Oliverio Ascascius.
Hay una interrogación
que quedará flotando en la vida del hombre.
Y tres veces nos preguntaremos por qué.
¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?
La interrogación
será heredada por designio
a quien esté detrás de éste,
y solo por eso
la interrogación seguirá flotando
aún después de su muerte…
¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?
Hay una interrogación que nos hacemos,
que nos hemos hecho siempre.
Pero nunca, -por inquietante deducción-
Nunca conoceremos su respuesta.
Hay una interrogación
que yace vacía,
y a la vez está llena de dudas sin sentido.
Aparece. Desaparece.
Creemos saberlo todo,
pero no estamos seguros.
Hay una interrogación
que aunque se vislumbren sus palabras,
y a veces se palpen sus preguntas…
La respuesta nunca podrá darse.
Porque la interrogación
flota sin dejarse atrapar,
y la pregunta también flota
sin poder
ni querer
detenerse.
Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?
¿POR QUÉ?