LA INUNDACIÓN DE 1922 EN PIEDRAS NEGRAS

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Rigoberto Losoya Reyes.

Con un titular a ocho columnas “Piedras Negras Inundada”, el periódico El Siglo de Torreón informaba a sus lectores, la lamentable situación de los habitantes fronterizos de Eagle Pass y de esta ciudad que se encontraban en condiciones muy lamentables, por el desbordamiento de las aguas del río Bravo. La población se encontraba sin los servicios básicos. Los primeros reportes, señalaban que cientos de casas fueron derribadas.

El 18 de junio el enviado especial del periódico, escribió lo siguiente:

“En estos momentos, a las dieciocho horas, el rio Bravo ha comenzado a aumentar su caudal de una manera alarmante. Miles de personas de ambos lados permanecen en las riberas contemplando las impetuosas corrientes que arrastran arboles”.

Álvaro Obregón acompañado de Manuel Pérez Treviño (Der) en Palacio Nacional. (1).

Infinidad de familias humildes que habitaban en chozas construidas en la ribera abandonaron sus hogares. Caravanas de hombres y mujeres se alejaron de sus “jacalitos” en busca de un refugio. La escasez de víveres y quedando incomunicados ante la suspensión de las operaciones del ferrocarril agravó más la situación.

Los ranchos situados en las márgenes del Bravo quedaron completamente desbastados, el ganado y los campos cultivados se perdieron.

De la ciudad de Torreón partió una brigada de la Cruz Roja Americana para brindar los auxilios necesarios a los damnificados. El comercio sufrió cuantiosas pérdidas.

El presidente de la república Álvaro Obregón, giró órdenes a los cónsules de la frontera para que prestaran ayuda a los damnificados mexicanos residentes en ambos lados de la frontera.

El jefe de la guarnición miliar en Piedras Negras, giró ordenes en el sentido de que con motivo de que la ciudad quedó en una total obscuridad se redoblara la vigilancia y varias patrullas recorrían la población para guardar el orden. Los dos puentes, tanto el de ferrocarril como el urbano quedaron destrozados, y se planeaba construir embarcaciones para pasajeros y mercancías.

El comercio quedó paralizado, especialmente en el centro de la ciudad, ante la acostumbrada visita de los norteamericanos. La comunicación entre ambas poblaciones quedó suspendida.

Se formó una Junta de Socorros integrada por don Rafael E. Muzquiz, como presidente, el señor Visitador de Aduanas, Antonio Flores como secretario, Claudio M. Bres como Tesorero, y como vocales: Ezequiel Ríos Landeros, administrador de la aduana y don Manuel P. Muñoz.

Los donativos no tardaron en llegar. El del gobernador General Arnulfo González, quien donó la cantidad de mil pesos, además de solicitar el apoyo del gobierno federal, respondiendo inmediatamente el presidente de la república Álvaro Obregón quien acordó conceder un subsidio de diez mil pesos para los damnificados de las inundaciones de Piedras Negras, Sabinas, Allende y Villa Acuña, dando órdenes para que se entregara inmediatamente dicha cantidad.

La Junta de Socorros que se estableció a raíz de las inundaciones repartió los artículos de primera necesidad entre los cientos de personas que en esos días estuvieron atravesando por situaciones desesperadas sin hogar y sin recursos para subsistir.

El 22 de junio el jefe del Estado Mayor presidencial, general Manuel Pérez Treviño, llegó en un tren de pasajeros, acompañado de varios jefes y Oficiales de su estado Mayor y una escolta compuesta de veinticinco hombres. Las autoridades civiles y el coronel Teodoro escalona, jefe de la Guarnición de la Plaza estuvieron presentes en la estación a dar la bienvenida al general. El objetivo del viaje es para apoyar y conocer de los daños causados por la inundación.

El 23 de junio, se informó que el tráfico entre Piedras Negras y Eagle Pass quedó reanudado, después de que celebraron un convenio las autoridades de Migración de uno y de otro lado.  Se puso al servicio de la población numerosas lanchas de gasolina para cruzar el río Bravo.  El 24 de junio se informó que se otorgarían todas las facilidades para reconstruir lo que el rio se llevó. El presidente de la república y el gobernador del estado giraron telegramas al presidente municipal de Piedras Negras Fernando de León para autorizar que todas las mercancías especialmente materiales de construcción, podían pasar por la aduana libres de derechos e impuestos de importación.  La Secretaría de Hacienda recibió las instrucciones necesarias para autorizar a la aduana de Piedras Negras permitir el cruce de los materiales, sin embargo, recomendando vigilar que no se abusara por comerciantes sin escrúpulos.

  • Imagen tomada de mediateca INAH.