José C. Serrano Cuevas.
El Instituto Nacional de Migración (INM) es un órgano técnico desconcentrado de la administración pública federal dependiente de la Secretaría de Gobernación, el cual aplica la legislación migratoria vigente.
Son usuarios de este organismo quienes visitan México de otros países, y aquellos que quieren permanecer en territorio nacional en forma temporal o permanente, así como los mexicanos que contratan extranjeros, y quienes desean establecer vínculos familiares con una persona extranjera.
El INM fue creado el 19 de octubre de 1993 por decreto del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari.
Organizaciones defensoras de los derechos humanos como Amnistía Internacional, Sin Fronteras, Instituto de Estudios y Divulgación sobre Migración, han generado polémicas y manifestaciones públicas, en las que expresan que el INM es una institución descompuesta, con perfil policiaco, infiltrada por el crimen organizado, opaca y burocrática, que favorece la ilegalidad y la corrupción y tolera los abusos cometidos por servidores públicos y por los delincuentes.
En diversas ocasiones se ha acusado a este organismo de ser una de las principales dependencias que hacen uso de la violencia al momento de «asegurar» a personas extranjeras que se introducen a México de manera temporal (principalmente centroamericanos).
Otro factor que ha generado el repudio de la sociedad mexicana es el racismo implícito con el que realizan las inspecciones migratorias en las denominadas «revisiones aleatorias», puesto que confunden a ciudadanos mexicanos que tienen piel oscura y rasgos étnicos mayas con ciudadanos centroamericanos.
A este filtro de inspección se le considera retrógrada y de carácter neonazi, pues utiliza técnicas ofensivas para la dignidad humana, que consiste en clasificar a ciertos grupos o etnias por el simple hecho de tener una piel diferente a la que supuestamente tiene la mayoría de la población.
Se ha corroborado que algunos integrantes de esta dependencia tienen nexo directo con traficantes de personas, puesto que el sueldo que perciben estos empleados no justifica la posición que ocupan en las capas medias de la población.
Por otra parte, se ha hecho hincapié sobre las condiciones de la mayoría de las estaciones en donde los migrantes son alojados para proceder a su posterior repatriación, las cuales suelen ser muy precarias y, en muchas ocasiones sobrepasan el límite de su capacidad, situación que suele ser muy incómoda y degradante para los detenidos en estos sitios. Esto lo han afirmado expertos como Alejandro Solalinde.
José Alejandro Solalinde Guerra, nació en Texcoco, Estado de México, hace 78 años. Él es un sacerdote católico, activista y defensor de los derechos humanos, director del albergue Hermanos en el Camino, que proporciona asistencia humanitaria integral, además orientación a los migrantes de América Central y América del Sur.
El hecho de proteger a los migrantes indocumentados que han sufrido violaciones a sus derechos humanos, lo ha puesto en la mira de distintos grupos criminales que lucran con la integridad de las personas en negocios que giran en torno al tráfico de seres humanos, armas, e incluso, órganos.
En febrero de 2007, fundó el albergue Hermanos en el Camino, ubicado en Ixtepec , Oaxaca; éste tiene como propósito brindar un lugar seguro para migrantes, ahí se les proporciona alimento, ropa, posada y asistencia médica y psicológica, así como orientación jurídica.
Alejandro Solalinde comentó en medios informativos, el pasado 3 de abril, que el INM podría desaparecer, para dar paso a la creación de la Coordinación Nacional de Asuntos Migratorios y Extranjería.
El activista detalló que esta coordinación funcionaría como un consejo de protección de los derechos humanos de los migrantes y de todas las personas en situación de movilidad humana.
La coordinación contaría con el apoyo de la Secretaría de Gobernación, de la Secretaría de Relaciones Exteriores, de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación.
Alejandro Solalinde se reunió la tarde del martes 4 de abril con el presidente Andrés Manuel López Obrador, para abordar el tema de la creación de la ya enunciada coordinación, que sustituirá al INM. En dicha reunión quedó claro que los mandos militares dejarían de realizar tareas de estrategia migrante, en el nuevo organismo.
El experto activista informó que ya hay autorización para que, en breve, se convoque a los posibles participantes. Dijo que en esta nueva dependencia deben estar involucrados los cónsules y embajadores de las naciones de procedencia de los migrantes indocumentados.
Campea en el ánimo ciudadano el anhelo de que Francisco Garduño Yáñez, actual director del INM, sea excluido de la nómina: ¡Chango viejo no aprende maroma nueva!
