- NYT señala al ejército mexicano por espionaje al subsecretario de Derechos Humanos de México.
- Espionaje contra periodistas y defensores de derechos humanos continúa impune pese a denuncias hechas desde los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
Abigail Angélica Corre Cisneros.
Ningún personaje queda a salvo del espionaje en México. De acuerdo con una investigación que recién publicó el New York Times, Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos de México, fue infectado con el programa espía Pegasus.
El reportaje del NYT dice que mientras Encinas investigaba abusos del ejército nacional, lograron infiltrarse en su dispositivo móvil. El periódico destaca que el ejército es la única entidad en México que tiene acceso a este software, según cinco personas con conocimiento de los contratos. De hecho, el ejército mexicano ha infectado más celulares con esa tecnología que cualquier otra instancia gubernamental en el mundo.
El espionaje se dio mientras lideraba la comisión de la verdad del gobierno sobre la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, desde entonces saben toda su vida digital. El programa espía se empleó también en otros funcionarios relacionados con indagatorias de violación a los derechos humanos por parte de las fuerzas armadas.
La sugerencia de que es el ejército mexicano quien está detrás del espionaje es alarmante puesto que el presidente López Obrador dio, desde el inicio de su gobierno, mayor protagonismo a esta institución, quizá por esto se empeñe en negar que hay deshonestidad en quienes depositó su confianza.
Pegasus se utilizó en el gobierno de Enrique Peña Nieto para espiar a periodistas y activistas, también por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional. La reciente investigación se fundamenta en un análisis forense de Citizen Lab, grupo de vigilancia con sede en la Universidad de Toronto, en Canadá, y sigue apuntando a que en México el ejército es el que espía.
El programa se creó inicialmente para combatir redes del crimen organizado, organizaciones terroristas o cadenas de pedofilia. Sin embargo, hace unos años hubo un escándalo porque fue utilizado en varios países para atacar a periodistas y quienes se opusieran a los gobiernos donde se llevaron a cabo los hackeos.
En el sexenio pasado Pegasus se usó desde la Agencia de Investigación Criminal (AIC), la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen). El programa se adquirió durante el mandato de Felipe por 5.6 mil millones de pesos. Pero Enrique Peña Nieto pagó 32 millones de dólares, según la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF).
La empresa que lo creó, NSO Group, afirma que solo vende Pegasus a agencias de gobierno para tareas de lucha contra el terrorismo, la delincuencia organizada, redes de pedofilia o grupos de secuestradores; sin embargo, se ha demostrado que los objetivos principales son quienes de alguna manera afectan los intereses de los gobiernos.
Es una violación a los derechos humanos y además pone en riesgo la seguridad de quienes son afectados a través de sus teléfonos celulares. Principalmente activistas y periodistas corren riesgo de ser atacados, intimidados o chantajearlos con tal de que no saquen a la luz posibles casos que afecten la imagen del gobierno.
México encabeza el ranking del país con más teléfonos que fueron infectados con Pegasus durante el gobierno de Enrique Peña Nieto: 15 mil números, según Pegasus Project. Al menos 15 casos fueron contra periodistas, entre ellos corresponsales extranjeros y de investigación nacionales. Decenas de defensores de derechos humanos y actores políticos incluyendo al ahora presidente Andrés Manuel López Obrador, familiares y su círculo más cercano.
Pese a que el software espía alcanzó brazos del propio gobierno, los casos en contra de activistas y periodistas continúan impunes desde los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, ya al parecer seguirán así en el presente.
El gobierno actual aseguró que no hay espionaje; sin embargo, en 2019 la Sedena contrató a la empresa Comercializadora Antsua, representante de NSO Group en México para el servicio de “monitoreo remoto”, por 40 millones de pesos.
Desde el Centro
La recuperación del tramo ferroviario concesionado a Ferrosur en Veracruz significó una caída en el valor de las empresas de Germán Larrea, quien tenía la concesión del segmento ferroviario. Según el índice de multimillonarios de Bloomberg, en menos de una semana, el segundo hombre más rico de México perdió mil 830 millones de dólares de su fortuna. Luego de que el magnate quisiera cobrar una indemnización exorbitante de 9 mil 500 millones de pesos al gobierno mexicano, el presidente Andrés Manuel López Obrador revocó permisos y expropió el trecho al considerarlo de “interés público” y “seguridad nacional”. La Milpa Maya Peninsular de Yucatán o “Ich Kool” fue reconocido por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) como “Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial” (SIPAM). En la sede de la FAO en Roma, Italia, el director general de este organismo internacional, Qu Dongyu, entregó el certificado, que es el segundo reconocimiento a un sistema de producción mexicano como SIPAM, después del otorgado al “Sistema de Chinampas” de la Ciudad de México en 2017.
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