Luis Fernando Hernández González.
Queda como testimonio oportuno el llamado del gobernador del estado Manolo Jiménez Salinas, cuando expresa con días de antelación, que los integrantes de nuestra universidad en una contienda electoral clara y veraz, logren bajo el indicativo de sus propios órganos de gobierno los mejores resultados que la sociedad coahuilense espera de su proceso eleccionario, y con ello se continúen ampliando los horizontes de superación académica y cultural para que conjuntamente y en acuerdo, llevemos como sociedad a nuestro estado al siguiente nivel de superación que demanda nuestro desarrollo como entidad, como también manifestó su compromiso de gobernante al apoyar a la universidad para que cumpla adecuadamente su cometido.
La sucesión para desempeñar el puesto de dirección de rector, en la Universidad Autónoma de Coahuila, fue un ejercicio cívico de corte enteramente institucional que se desarrolló dentro de los parámetros que los propios integrantes de nuestra Máxima Casa de Estudios en Coahuila, se han fincado como norma en su estatuto que rige cada una de las acciones que ahí se despliegan en uso enteramente formal que constituye el valor ético y moral en lo que se basa su autonomía.
De esta forma la copiosa se dio en absoluta tranquilidad un proceso eleccionario de participación tanto de alumnos, docentes, investigadores y personal directivo para mediante su sufragio personal y ante las urnas en cada una de las escuelas y facultades se expresó la voluntad y el sentir de la comunidad, para de esta forma elegir al Ing. Octavio Pimentel Martínez como su nuevo rector de esta importante institución en la vida y formación de los coahuilenses.
Por supuesto que ante una situación social de esta naturaleza en la que se busca una armonía y orden, también vimos el oportunismo de intereses propio de estos lamentables tiempos de confrontación como de igual polarización que hoy se vive en México, cuando un reducido grupo de personas universitarios y ajenos a esta institución sale y se apostan en vialidades fundamentales en el ir y venir de la ciudad de Saltillo, generando con sus acciones llamar la atención bajo los signos del caos, la anarquía y desestabilización de la ciudad.
La confluencia de criterios y de pensamiento divergente es parte fundamental en la conciencia formativa de todo universitario, puesto que es el mismo claustro educativo, el espacio propicio para el planteamiento de apreciaciones que la misma academia fomenta, propiciado con ello en alumnos docentes e investigadores, el análisis y debate de ideas bajo el esquema formativo el cuál es su propia esencia del ser.
Al retomar su principios y valores que le originan en la vida de los coahuilenses en función de sus actividades, los habitantes del estado deberemos de reconocer la actitud conciliadora y de entendimiento que tanto sus nuevas autoridades universitaria, como también el llamado de organismos empresariales han manifestado para que los jóvenes vuelvan de la toma de calle y vialidades, a la discusión de sus propuestas al interior de sus recintos buscando una claridad y objetividad para el mejor entendimiento con el que se nutra la vida universitaria de Coahuila.
Al hablarse de una injerencia social externa no deja de mostrarse el deshonesto interés de simpatizantes y militantes de Morena quienes distintos medios informativos dieron en sus notas informativas sentido de ello.
Será sin duda la nueva conducción de autoridades universitarias, la que mediante su convocatoria abran la participación y así, generen para la UAdeC los mejores resultados innovadores que exigen estos dinámicos tiempos no solo de Coahuila, sino del mundo entero, en donde alumnos y maestros con esa conciencia de análisis crítico se plantearan los nuevos retos que demandan la competitividad y el uso del talento de hoy, en todos los campos del conocimiento.
En ustedes esta obtener universitarios los mejores resultados
