Rufino Rodríguez Garza.
Puede que sean los últimos fríos de la temporada, ya que ha entrado la primavera.
La temperatura era de 7 grados, pero lo que más calaba era un recio vientecillo del nororiente.
La loma no tiene nombre, pero al lado norte de esta elevación existe una “presa” natural que los vecinos del ejido bautizaron como “Lagunilla”. Al igual que la Presa Pantalones ésta tampoco tiene agua.
Pantalones apenas hace una semana le quedaba algo del vital líquido. Actualmente el ganado de estos potreros se acerca a los abrevaderos de un anillo que es llenado por el líquido extraído de un pozo profundo que proporciona el agua y donde lo animales llegan a saciar su sed. La bomba es solar, sus paneles le proporcionan la energía suficiente para activar la pichancha sumergible.
Las presas están a la espera de llenarse con las lluvias de marzo o hasta mayo, ya que no se tiene seguridad de que llueva, con eso del cambio climático.
Desde esta modesta altura se observa la famosa Presa Pantalones, ahora ausente de agua y otros lugares que son de importancia para la arqueología de Coahuila como lo son: Puerta Grande, La Falsa, Cañón de los Caballos y otros sitios dignos de recorrer.
En el tiempo de mi recorrido (4 horas aproximadamente) localicé algunos grabados que son de una notoria importancia, pues podemos observar varios tipos de herramientas como: proyectiles, navajas enmangadas y no pocas figuras abstractas.
Casi primavera y las palmas tienen sus hermosas flores que se utilizan como un exquisito alimento para los vecinos de las comunidades ejidales; pero ya los más antiguos cazadores-recolectores los consumían.
Los nopales ya están echando flores y habrá otro alimento en la mesa de la tradición de la comida de Semana Santa.
Recorrí el promontorio de poniente a oriente; en el lado poniente se encuentra un grabado que me llamó mucho la atención, pues es la representación de una mariposa. Este insecto se relaciona con la guerra, pero también con la fertilidad. En la cortina de dicha presa hay también una clara representación de este bonito insecto.
En los alrededores de este valle del Pelillal hace algunos años localizamos arte rupestre móvil, pequeñas piedrecillas del tamaño de nuestra mano con unos exquisitos grabados incisos, donde uno de los motivos más socorridos es precisamente la mariposa.
Estas tablillas las pudimos observar en las chimeneas o fogones; esta manifestación que nos atrevemos a sugerir que se trata de un tipo de ofrenda a los entes superiores. Estas piezas sólo se han localizado en lugares o sitios muy concretos, en la localidad de Mina, Nuevo León y los propios del Valle del Pelillal, aunque aquí con más abundancia que las piezas del vecino estado.
En esta modesta serranía de no más de 1 km pude observar un grabado que hay que destacar, se trata de las huellas de venado o eso me parecieron, pero con la característica del tamaño; es decir unas minúsculas huellas. Aquí estos rastros de cérvidos son abundantes, pero aun así estas destacan por su pequeña talla.
No se observa a simple vista huellas de vandalismo, fuera de unas iniciales muy recientes, quizá de pastores de la localidad.
Este hermoso Valle del Pelillal entrega sus secretos de una forma muy limitada, hay que darse el tiempo de recorrerlo palmo a palmo para descubrir su velo escondido de tesoros arqueológicos.
.