Política aldeana. Alito, el peor de todos

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 Para el priismo de Coahuila, Alejandro Moreno Cárdenas “Alito” es catalogado como el peor dirigente que ha tenido el PRI en su historia. Perdió 14 estados, con una población de 6.5 millones que había al iniciar su gestión. Ahora solo quedan un millón de militantes y aun así busca reelegirse asesorado por el exgobernador, Rubén Moreira Valdez, quien repetirá como diputado federal.

 La ambición desmedida de “Alito” no tiene límites, porque se colocó en el primer lugar de la lista y se posesionará de un escaño en el Senado por la vía más fácil, la plurinominal.

Los priistas afirman que Alito no tiene oídos para nadie, solo escucha a Rubén Moreira, a quien considera su amigo, asesor y confidente; otros dicen que es su titiritero.

 A los priistas destacados los ignora, sin importarle en lo más mínimo la opinión que tienen de él, los 16 exgobernadores como Enrique Martínez y Martínez, Dulce María Sauri, Pedro Joaquín Coldwell, José Reyes Baeza, Natividad González Parás, Benjamín Clariond y Sócrates Rizzo, entre otros.

Otros 250 priistas distinguidos están inconformes como, Francisco Arroyo Vieyra, Enrique de la Madrid, Fernando Lerdo de Tejada y José Ramón Martell por citar algunos. Todos firmaron un desplegado donde exigen un cambio profundo en el PRI. Coinciden en que Moreno Cárdenas no debe reelegirse por el cuestionado trabajo realizado al frente del Partido Revolucionario Institucional.

  A esto se agrega que “Alito” continúa aplicando un liderazgo excluyente que ha generado división y alejado a cuadros valiosos. En la cúpula nacional, los priistas afirman que no tiene oídos para nadie, solo escucha a Rubén Moreira, a quien considera su amigo, asesor y confidente; otros dicen que es su titiritero.

 Los priistas señalan a Alejandro Moreno que, tras perder 8 gubernaturas en 2021, no atendió las recomendaciones de varios expresidentes de separarse del cargo. Incluso, afirman que los actuales dirigentes violaron normativas al convocar asambleas nacionales, para manipular reformas estatutarias y permitir la reelección del presidente actual del CEN, centralizando sus atribuciones en parlamentos federales y locales.

 “Alito” asumió la presidencia del PRI en 2019 y extendió su mandato hasta 2023, justificando una influencia en las elecciones de 2024, que resultaron desastrosas para este partido político.

 En cinco años, Moreno Cárdenas perdió 26 gubernaturas y solo mantiene el poder en Coahuila y Durango. En 2023 no pudo ganar el Estado de México. Los exgobernadores inconformes y los destacados priistas afirman que el PRI está debilitado y debe repensarse y recomponerse si quiere resurgir en los próximos escenarios nacionales.