El grito

0
845

Fernando Rangel de León.

Casi no vale la pena decirlo, pero el Grito, como lo conocemos, no lo dio Hidalgo, en Dolores, Guanajuato, el 15 de septiembre de 1810; pues lo que ahí hizo fue arengar a los feligreses de su parroquia, que salían de misa; a levantarse en armas en contra del gobierno español, que tenía casi tres siglos dominándonos.

El primero en dar el Grito, fue Ignacio López Rayón, el 16 de septiembre de 1812, en Huichapan, Hidalgo; y desde entonces hasta la fecha, se suspendió una sola vez en 1847, con motivo de la invasión norteamericana a México, y cuya defensa la recordamos con la gesta heroica de los Niños Héroes: Fernando Montes de Oca, Juan Escutia, Juan de la Barrera, Francisco Márquez, Vicente Suárez y Agustín Melgar, el 13 de septiembre.

El Grito no nada más es el recuerdo del inicio de la Primera Transformación (15 de septiembre de 1810-27 de septiembre de 1821), sino que también acendra la mexicanidad del pueblo, y refuerza el sentimiento de pertenencia a México; por eso ha rebasado al mal gobierno; dando su propio Grito, en espacios libres como la Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM,  en voces de líderes nacionales como Heberto Castillo y Cuauhtémoc Cárdenas; sin soslayar el que dio Manuel Clouthier, en el Ángel de la Independencia.

En este 2020, se ha especulado mucho de que en algunos de los 2,458 municipios y 16 alcaldías (lo que fueron las delegaciones en el Distrito Federal), del país, no habrá Grito, a causa del Coronavirus.

En el balcón central de Palacio Nacional, sí dará el tradicional Grito el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador; pero se especula que sin la presencia de los alrededor de 110 mil asistentes que suelen acudir año con año como toda una tradición a la plancha del Zócalo capitalino.

Por el fervor patrio que despierta el Grito, es probable que algunos de los miles que tienen la costumbre arraigada de asistir a la Plaza de la Constitución (el Zócalo), rompan cercos y superen vallas y penetren a ella para ver y oír lo más cerca posible a su Presidente, vitorear a los héroes y tañer la campana que tocó Miguel Hidalgo, en la Parroquia de Dolores.

Sin que haya una lista oficial de lo que se dice en el Grito, lo más común es: ¡Vivan nuestros héroes que nos dieron patria y libertad!, ¡Viva Hidalgo!, ¡Viva Morelos!, ¡Viva Allende!, ¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez!, ¡Viva Leona Vicario!, ¡Viva México!, ¡Viva México!, ¡Viva México!

Pero cada Presidente de la República, a esas expresiones le ha añadido otras como Lázaro Cárdenas, que agregó: ¡Viva la Revolución Social!

El gobierno no puede impedir por decreto que el pueblo se sume a la algarabía de la ceremonia del Grito, o que le impida dar el suyo; siempre y cuando todo sea en orden y en paz.