La pifia de Marcelo Ebrard

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José Guadalupe Robledo Guerrero.

Hace años, cuando aún vivía el dirigente vitalicio de la CTM, Fidel Velázquez Sánchez (1900-1997), un senador de los Estados Unidos -buscando culpables- acusó a México de no combatir al tráfico de estupefacientes, y exigía a su gobierno que le diera una mala certificación al nuestro y le retirara los apoyos en dólares que nuestro país recibía de sus vecinos para combatir el narcotráfico, arguyendo que México era el trampolín que utilizaba Colombia para llevar la droga a EUA.

Marcelo Luis Ebrard Casaubón

Seguramente por órdenes presidenciales, Fidel Velázquez respondió a la acusación del legislador estadunidense, haciéndole ver que para que México sea el trampolín de la droga, Estados Unidos es la alberca llena de insaciables drogadictos. Después de esta declaración, la prensa mexicana se llenó de reportajes, análisis e investigaciones donde se demostraba lo dicho por el dirigente cetemista y el nulo combate al narcotráfico de las autoridades norteamericanas, quienes nunca encarcelan a los peces gordo de la comercialización de la droga.

Esto viene a colación, debido a que una pifia semejante, ahora de parte de las autoridades mexicanas, se dio a conocer en días pasados. Resulta que la Secretaría de Relaciones Exteriores, cuyo titular es Marcelo Ebrard, demandó a nombre del gobierno mexicano a 11 fabricantes y vendedores de armas de Estados Unidos, a quienes pedirá una compensación de entre 10 y 15 mil millones de dólares, porque –según él- las armas traficadas ilegalmente a México son las causantes de 7 de cada 10 homicidios ejecutados en nuestro país. Se dice que a México entran ilegalmente 500 mil armas cada año.

La primera respuesta de los acusados fue que el gobierno mexicano busca chivos expiatorios, para culparlos de que nada ha hecho por perseguir a los delincuentes y dar seguridad a los ciudadanos. Y aunque algunos editorialistas mexicanos apoyaron la pifia de Marcelo Ebrard, quien ya convirtió la diplomacia mexicana en una sala de acusaciones, lo cierto es que la ocurrencia es tan absurda como si los Estados Unidos demandaran a los narcotraficantes por los 90 mil estadunidenses que pierden la vida anualmente por sobredosis de fentanilo.

Quizás al senador norteamericano de la época de Fidel Velázquez como a Marcelo Ebrard comodín de López Obrador, se les olvidó que para que la droga entre en Estados Unidos, y para que las armas ilegales ingresen a México, es porque sus aduanas, policías, ejércitos y gobiernos no están haciendo su trabajo porque están involucrados en el colosal negocio que representa el tráfico de drogas y armas.

En lo que todos coinciden, es que la demanda de Ebrard-López Obrador está perdida de antemano, y para saberlo sólo hay que considerar un dato: ningún presidente de los Estados Unidos que ha intentado restringir la venta de armas en su país ha tenido éxito. Para no darle vueltas al asunto, es menester señalar que los fabricantes de armas son uno de los cárteles mundiales más poderosos, que junto con los bancos, la producción de alimentos, las farmacéuticas, son los cárteles que dominan al mundo y tienen a sus habitantes arrodillados y padeciendo los flagelos de sus actividades.

Por otro lado, es sospechosamente casual que la demanda mexicana se haya hecho precisamente cuando Coneval informaría que de 2018 a 2020 los pobres en México habían aumentado, ahora hay 3 millones 800 mil pobres más, y que la pobreza extrema aumentó de 8.7 a 10.8 millones, es decir que los mexicanos en extrema pobreza son el 8.5 por ciento de la población.

Debido a esto, para muchos la demanda del gobierno de la 4T, perdida de antemano, es una cortina de humo para distraer a los mexicanos de los graves problemas que no ha resuelto el gobierno lopezobradorista, como son la inseguridad, los estragos económicos de la pandemia, los problemas de la salud ahora incrementados con la llamada tercera ola del Covid, y otros muchos más que se siguen acumulando, mientras AMLO diariamente se echa incienso, y se autoproclama como “transformador” al nivel de Benito Juárez.

¿Y la partidocracia? Metida de lleno en la politiquería electorera, unos tratando de conservar el poder unipersonal de un solo hombre con ínfulas de dictador, que engaña a los mexicanos con una transformación que dice cambiar para que todo siga igual, y los otros buscando conservar sus privilegios con la impunidad pactada de antemano.

Política aldeana

El retorno a clases ha sido convertido por López Obrador en otro más de sus galimatías. Por un lado, el presidente asegura que por encima de la opinión mayoritaria se volverá a las aulas; y por el otro, insiste en que los padres de familia decidirán si envían o no a sus hijos a la escuela. Mientras tanto, la sedicente secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez Álvarez sigue ausente del problema y de su responsabilidad. ¿Y los mexicanos? Mirando el toro desde la barrera. Manteniéndose mudos, sordos y paralíticos, aunque los daños que le causarán a sus hijos serán graves e irremediables.

Pregunta aldeana

¿Será cierto, como dice López Obrador, que el problema que más interesa a los mexicanos son los baches?