Otra vez nos equivocamos

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Jorge Arturo Estrada García.

“Hay que hacer creer al pueblo que el hambre, la sed, la escasez y las enfermedades son culpa de nuestros opositores y hacer que nuestros simpatizantes se lo repitan en todo momento.”.
Joseph Goebbels.

“Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar.”.
Joseph Goebbels.

Fracasó el gobierno de Andrés Manuel. Sus acciones para mejorar la calidad de vida no funcionaron. Además, en los tres años recientes, el mundo se cimbró y nuestro presidente no estuvo a la altura de los retos. Actualmente, la inflación, la inseguridad, el destruido sistema de salud, la escasez de empleos formales y la falta de oportunidades de progreso, agobian a los mexicanos. Sin embargo, el partido político de López Obrador se convirtió en un éxito, conquistando gobernaturas y congresos estatales. Ya tiene 22 de las 30 que se han disputado.

El presidente de la república, impuso a la mentira como la piedra angular del nuevo país que surgiría de la Cuarta transformación, pero la realidad ya se la derribó, ya que solamente existía en la mente del mandatario. México, ciertamente es un país que está en peores condiciones que cuando lo recibió el presidente. Son pocos los logros y son enormes los problemas que cada vez más mexicanos padecemos. Otra vez nos equivocamos, expulsamos a los corruptos del Prian y adoptamos a los corruptos e incapaces ex prianistas, vestidos de Morena.

Es cierto que los problemas globales como la guerra en Europa, la inflación y la enorme epidemia viral, dañaron los planes del presidente; tuvo mala suerte. Pero, también es cierto que ni él ni sus colaboradores han tenido el talento para atemperar la tempestad ni mejorar las cosas. Además, el tabasqueño no cumplió sus promesas electorales: El país no progresó, no erradicó la corrupción, ni la impunidad, ni acabó con la inseguridad.

El presidente de la república impuso a la mentira como la piedra angular del nuevo país que surgiría de la Cuarta transformación, pero la realidad se lo tumbó: sólo existía en la mente de él. México, ciertamente es un país en peores condiciones en las que lo tomó López Obrador, son pocos los logros y son enormes los problemas que cada vez más mexicanos padecemos.

La migración está imparable. Los mexicanos se convirtieron, otra vez, en los principales ilegales que arriesgan su vida para buscar mejores opciones de vida en el país vecino. Estas cifras crecen cada día; y así, ha aumentado en un 268 por ciento la captura de migrantes mexicanos por parte de las autoridades migratorias de Estados Unidos, en el 2022, respecto al 2019.

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos reportó que, entre octubre de 2021 y febrero del 2022, un total de 312 mil 831 mexicanos, un promedio de 2 mil 71 al día, fueron detenidos al intentar cruzar la frontera sur de EU. En contraste, entre octubre de 2018 y febrero de 2019 la cifra solamente llegó a 84 mil 847.

La inseguridad y la baja calidad de los empleos en el país han detonado la expulsión de jóvenes que buscan un futuro mejor. El INEGI reporta que tenemos a 17 millones de mexicanos en riesgo de caer en la pobreza; el 80 por ciento de los trabajadores gana tres salarios mínimos o menos. Sólo el 20 por ciento percibe más de 3 mínimos. 31 millones trabajan en la informalidad y únicamente 25 millones cuentan con formalidad y sus prestaciones. En el 2020, 9 millones de mexicanos cayeron en la informalidad. Cada vez, son más los empleados en condiciones críticas porque no les alcanza más que para estar en la línea de la sobrevivencia, ya están en esa situación, el 30 por ciento del total de 56 millones.

En tres años, el muy malo y precario sistema de salud del país fue desmantelado, desaparecieron el Seguro Popular crearon el fantasmal Insabi que nunca tuvo ni medicinas ni doctores, a veces ni hospitales; ahora “crearon el IMSS-Bienestar, que viene a saturar las atestadas clínicas del decrépito Seguro Social.

En el mes de junio, del presente año, se rebasaron los 121 mil asesinatos en lo que va del sexenio. Los criminales se han vuelto más violentos, en mayo hubo jornadas de 100 homicidios por día. Los abrazos ya fueron derrotados y los balazos imperan. Somos un país de muertos, desaparecidos y tumbas clandestinas.

La corrupción tampoco pudo ser derrotada, el fiscal Alejandro Gertz Manero ha sido exhibido como un tipo rencoroso y sin escrúpulos, además de muy malo para encarcelar a los delincuentes. El caso emblemático del sexenio, el de Emilio Lozoya, el que evidenciaría al régimen de Enrique Peña Nieto, a sus virreyes, a sus cortesanos y a sus amigos panistas se convirtió en un fracaso monumental. Actualmente, se le percibe como una farsa entre bufones, tan poderosos como incapaces.

La fuerza del presidente se genera a partir de sus palabras que alimentan el rencor y las esperanzas de millones de mexicanos, permanentemente sumidos en la pobreza, creciendo, sobreviviendo y muriendo en el desaliento. Las malas decisiones del palacio nacional resultaron en más de 700 mil muertos por la pandemia. Solamente poco más del 60 por ciento de los mexicanos tienen las tres dosis de vacunas, el 80 anda en una sola dosis. Las muertes y las mentiras serán la marca del sexenio del Peje. A menos, que su 4T se mantenga en el poder.

Es notable que en 43 meses de la gestión de López Obrador el mandatario mexicano ha formulado casi 80 mil afirmaciones falsas; mentiras que lo convierten en uno de los jefes de Estado más falsarios del planeta.

Así, estamos inmersos en un mundo inestable y en un país fallido. El cual, es conducido por un personaje que ya solamente tiene en mente ganar elecciones, las del año próximo en Coahuila y el Estado de México, los últimos bastiones del PRI. Pero principalmente, la madre de todas las batallas: la presidencial del 2024; la que definirá el futuro de la Cuarta Transformación y de su líder. Si pierde Morena, AMLO no estará en el panteón de los héroes junto a Benito Juárez, Miguel Hidalgo, Francisco I, Madero y Lázaro Cárdenas. Por el contrario, él y varios de sus colaboradores principales podrían ser sometidos a procesos judiciales e incluso serían encarcelados.

Pobre México, transitando hacia el futuro con esos rostros y esos personajes del pasado gobernando; eso será suicida, pero no aprendemos. Las élites llegarán a acuerdos, los magnates financiarán a oficialistas y a opositores. Ganará el que haga más trampas en la jornada electoral. Las corcholatas del presidente y los opositores pertenecen a la misma clase política que nos metió en este pozo de odio, incapacidades y corrupción.

De esta forma, este primer episodio de la Cuarta Transformación quedará registrado como un gobierno fallido. AMLO, pasará a la historia como el aniquilador del PRI; y como un vendaval, que arrasó, con mucho de lo poco que habíamos logrado en 100 años de postrevolución. Muchas veces la democracia entrega el poder a los menos indicados y en los peores momentos. Veremos.