(En Piedras Negras)
El origen…
Rigoberto Losoya Reyes.
En 1998, emprendí la tarea de investigar el origen del Teatro Acuña, un inmueble que me atrajo enigmáticamente en la década de los 60´s, cuando se encontraba ya en ruinas. El abandono y falta de conciencia en cuanto a su valor histórico, provocó el fin de su existencia, para convertirse en un fantasma arquitectónico. Su origen se remonta al siglo XIX, en 1858, cuando Juan Rodríguez, quien había sido Pagador de la Colonia Militar de Guerrero, adquiere de parte del Ayuntamiento, el Solar que se localizaba en la calle Real de Comercio (Hoy Zaragoza).
El 21 de octubre de 1862, el terreno fue vendido a Juan García quien a su vez lo traspasa en 1890 a Federico Miller y a Dionisia Riojas de Miller. 17 años después, el 31 de enero de 1907, siendo presidente municipal, el Dr. Lorenzo Cantú, compra por parte del ayuntamiento la finca a la familia Miller que tenían un molino en Nadadores, Coahuila, en la cantidad de dos mil pesos con la intención de construir en dicho solar un teatro. El presupuesto de la obra superaba las posibilidades financieras del Ayuntamiento, no se contaba con capital sin afectar la situación económica del municipio, por lo que se pidió autorización al congreso del estado, para gestionar un préstamo con las señoritas Virginia, Flavia y Guadalupe García, vecinas de esta ciudad, y que además tenían una sociedad mercantil. Fue así como el 1 de agosto de 1908, concluye la operación hipotecaria por la cantidad de veinte mil pesos al 12% de interés anual.
El Ayuntamiento hipotecó a favor de las señoritas García, el edificio del Teatro, una vez concluido, y tenía las siguientes colindancias: 24.25 metros de frente a la calle Ignacio Zaragoza, por 44.60 metros de fondo, colindando por el norte con la propiedad de Trueba Hermanos, por el oriente, con Leónides Larralde y por el sur con Cayetano Villaseñor.
Según un Informe del Gobierno del Dr. Lorenzo Cantú, señalaba que se colocó la primera piedra el 5 de mayo de 1908 y fue inaugurado el 16 de septiembre de 1909. En su mejor época, se presentaron artistas de renombre nacional como la compañía de teatro de Virginia Fábregas.
El 23 de mayo de 1927, el ayuntamiento municipal al no poder pagar su hipoteca, decide vender el teatro a la misma sociedad de las señoritas García, señalando como justificación que el edificio es “demasiado viejo”. El Congreso autoriza dicha operación mediante el decreto número 814 que se publicó en el periódico oficial número 39 de fecha 14 de mayo de 1927.
El edificio se vendió en la cantidad de $62,884.54 pesos, autorizándose a liquidar a las acreedoras la cantidad de $43,484.54 pesos por concepto de capital y réditos que le adeudaban a tan reconocidas damas de la sociedad nigropetense.
Asimismo, se autorizó al ayuntamiento de Piedras Negras, a construir una escuela con la cantidad a favor y que fue $19,400.00 pesos. Un boletín de la cámara de comercio de 1930 señalaba que sus oficinas se encontraban en la segunda planta del teatro Acuña. El 13 de diciembre de 1935, las señoritas García disuelven su sociedad mercantil y deciden dividir el capital del teatro en partes iguales y el 23 de marzo deciden finalmente venderlo a la empresa “A. Rodríguez y Hno.” representada por su socio Adolfo Rodríguez y con domicilio en la ciudad de Monterrey.
El teatro fue mejorado y se le adicionó el equipo necesario para operar con eficiencia como sala cinematográfica y recinto teatral, aumentando su valor para que el 20 de marzo de 1944, los hermanos Rodríguez, lo hipotecaran a la empresa Fox Film de México, S.A., en la cantidad de seiscientos mil pesos, con la intención de invertirlos en una nueva sala cinematográfica que se planeaba construir en esta misma ciudad sobre la calle de Allende: El Cine Rodríguez.