Gota a gota el agua se agota

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Iván Nájera Agüero.

En los últimos meses el problema del agua se posicionó de nueva cuenta como uno de los temas más relevantes en la agenda pública del país. Entre las razones podemos mencionar a las concesiones otorgadas para extraer y explotar el agua superficial y subterránea, por otra parte, la desigualdad en el acceso y la disponibilidad, la falta de infraestructura, el aumento de la sequía, la escasez y el cambio climático.

El Monitor de Sequía, elaborado por el Servicio Meteorológico Nacional que depende de la Conagua, registró en el último corte de información que 22.42% del territorio nacional presenta condiciones anormalmente secas; 22% con sequía moderada; 18% sequía severa; 6.36% sequía extrema y 1.23% con sequía excepcional y 29.99% sin afectaciones. Cerca del 70.01% del país muestra signos de sequía, siendo las regiones del norte, noroeste y centro las más afectadas, lo que ha generado consecuencias negativas para los sectores productivos, de igual manera la distribución del agua para el uso diario de los ciudadanos.

En México, el porcentaje más grande del agua se usa en la agricultura; alrededor de 70% del agua dulce se destina a la producción de alimentos, 19% al sector industrial y el porcentaje restante, 11%, al consumo humano. Sin embargo, el agua dulce es el recurso esencial para la vida humana; así, el suministro de agua de calidad se convierte en fuente de desarrollo, de vida. La ironía es que a medida que aumenta la población y los sectores industriales necesitan satisfacer su demanda de agua, la tierra aumenta el estrés hídrico debido a que las fuentes de recarga se están perdiendo y con ellas el equilibrio entre demanda de agua y capacidad de recarga, que va en caída.

Debido a esto hace poco el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador hizo un llamado a las empresas de Nuevo León para que redujeran su consumo de agua y se destinen a la población, empresas como Heineken, Grupo Modelo han mostrado disposición al diálogo y a buscar soluciones viables al estrés hídrico que vive Nuevo León. Claro que la escasez de agua afecta a todo el estado, pero el desabasto es casi absoluto en las colonias pobres y marginadas de Monterrey y los principales municipios de la entidad muy diferente del abundante flujo de agua potable en las zonas residenciales donde hay para llenar las albercas, regar campos de golf, etc.

Ahora hablando de Coahuila debido a la sequía prolongada que se ha presentado en el noreste de México, la Comisión Estatal de Aguas y Saneamiento, (CEAS)alertó problemas de desabasto en municipios como Sabinas, Múzquiz, Viesca y la Región de los Cinco Manantiales. Y agregando dificultades para el suministro en Ramos Arizpe y Cuatro Ciénegas, con problemas en las zonas rurales. Por último hubo una declaración por parte del gerente general de Aguas de Saltillo (Agasal) donde menciona que la capital de Coahuila tiene reservas de agua para un año y medio antes de llegar al punto de ruptura, pero aclarando que después de ese plazo no significa que la ciudad se vaya a quedar sin agua, sino que es el tiempo en que la demanda comenzará a superar la oferta que hay para abastecer a la población, siendo este un problema que se presenta en muchas partes del país y el claro ejemplo lo estamos viendo con Nuevo León, siendo el estado más cercano al nuestro.

Lo que antes escuchamos de “gota a gota el agua se agota”, lo veíamos muy lejos o casi imposible, pero ahora lo estamos viviendo y tal parece si siguen las cosas de esta manera, el desabasto de agua se incrementará en los próximos dos años.