El “Tío Laureano” un personaje icónico de nava, Coahuila.

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Rigoberto Losoya Reyes.

Laureano de León Lozano, originario de Cerralvo, Nuevo León, donde fue bautizado el 12 de julio de 1849, según el libro de bautismos de dicho lugar. Este pintoresco personaje se avecindó en la Villa de Nava donde alcanzó fama por su buen humor y ocurrencias, tanto que vino a ser considerado un digno representante de Nava.

Ya radicado en esta Villa coahuilense, estando viudo, contrajo segundas nupcias el 1 de marzo de 1914, con la señorita Magdalena Berrueto, celebrando la unión civil el Juez del Francisco Valdés. Declaró tener 67 años de edad y dedicado a la agricultura, hijo legítimo de Francisco de León y de Guadalupe Lozano, ya finados. La contrayente, era originaria de Comanja de Corona, Estado de Jalisco, de 38 años de edad y vecina de la Villa de Nava, hija legitima de mauro Berrueto y Quirina Parga. El pretendiente presentó como testigo a don Francisco Mondragón y Modesto Galván. Este personaje suele ser confundido por algunos historiadores con Laureano de León Villarreal, hermano de José Patricio de León Villarreal, originarios de Piedras Negras, Coahuila.

Laureano de León Lozano.

El 21 de agosto de 1924 de acuerdo con el acta número 62, página 31 del Libro de defunciones del Registro Civil, ante el Juez del Registro Civil Fructuoso M. Ramos, compareció la señora Magdalena Berrueto de León, de 46 años de edad y expuso que ese día, a las seis horas, falleció en la Villa de Nava don Laureano de León Lozano a la edad de 74 años de edad. Asistieron como testigos Antonio González y Enrique Garza.

El historiador Antonio Guerrero cita sobre este personaje, que laboró en las plantaciones de Texas y de ahí se trasladó a la Villa de Nava, Coahuila, donde rentó un solar, compró una carreta y se trasladó a Piedras Negras para comprar mercancías e iniciar su propio negocio, llamado “5 de mayo”, y que se ubicaba frente a la plaza principal. Se afirma que don Venustiano Carranza le complacía conversar con él, para pasar un buen rato por su peculiar personalidad.

Entre sus múltiples ocurrencias que se recuerdan del tío Laureano, se afirma que solicitó al alcalde le expidiera un oficio donde se autorizaba lo siguiente:

“Yo presidente municipal de Nava, autorizo a mi compadre Laureano de León, portador de la presente, para que traiga pistola cuando quiera y donde quiera, rúbrica y sello”.

Lo anterior con motivo de que se iba a trasladar a la ciudad de Monterrey donde unos policías le detectaron una funda de pistola vacía, siendo remitido a la comandancia, donde le expresaron que el oficio de su compadre no tenía validez y les manifestó: “¡Si nomás andaba probando el oficio de mi compadre!”.

El famoso tío Laureano debido a sus ocurrencias fue inmortalizado en el cine nacional y gracias a ello, lo seguimos recordando a este pintoresco personaje.