Fernando Rangel de León.
En estos últimos 60 días, desde el domingo 2 de abril, hablaron los partidos y sus candidatos a la gubernatura de Coahuila, dijeron de todo en los debates, en los foros, en las conferencias de prensa, en los mítines, en toda clase de su propaganda verbal, escrita y visual; utilizando toda clase de medios para convencer a los electores a que voten por ellos.
Todos ellos dijeron ser los mejores para ser el mejor gobernador; prometieron “el oro y el moro”; hablaron bonito “bajando el cielo y las estrellas”, para todos; se comprometieron a ver ante todo y por todo por el bien de la población, dijeron no a la corrupción, combate a la violencia y a la inseguridad; dijeron todo lo que los candidatos dicen siempre.
Si se sumaran todas las promesas de campaña de los 4 candidatos a la gubernatura de Coahuila, podría elaborarse el mejor programa de gobierno estatal en la historia de la entidad; y quien ganara, haría el mejor papel con el apoyo de todo el pueblo unido.
La cercanía de las elecciones presidenciales de 2024, dieron a estas elecciones de Coahuila de 2023, un carácter nacional porque las cúpulas de los partidos PT y PVEM, negociaron en lo más alto y totalmente en lo oscurito y a espaldas del electorado, quitarles el apoyo a sus candidatos Ricardo Mejía Berdeja y Lenin Pérez Rivera, respectivamente, para dárselo a Morena; a cambio de que ambos partidos sean incluidos en la coalición Juntos Seguimos Haciendo Historia, en las presidenciales, en las que buscan obtener diputaciones y senadurías; viendo así desde Ciudad de México, a los coahuilenses como “Dios a las liebres, chiquitas y orejonas”.
Esa traición cupular del PT y PVEM, ideada por Morena, se pagará con el voto de castigo para este partido y para Guadiana, porque ofendió la dignidad de los electores coahuilenses que de buena fe creyeron que realmente estaban apoyando a Ricardo Mejía Berdeja y a Lenin Pérez Rivera, respectivamente, cuando solo los utilizaron como piezas de ajedrez, que con esa perversa maniobra quieren que a toda costa gane el candidato de aspecto desagradable.
Pero los que tenemos la última palabra somos los coahuilenses.
Por lo que el próximo domingo 4 de junio, ¡hablaremos como electores!