Tal y como lo señalamos en este espacio, Agsal y el municipio de Saltillo están preparando la ampliación del contrato que se firmó en octubre de 2001 y que vence en octubre de 2026, para la operación del agua potable y drenaje de Saltillo. Según oficio del pasado 16 de octubre que le envió Agsal al cabildo saltillense, solicitan una ampliación del contrato por 7 años y seis meses más, que terminaría en marzo de 2034; prometiendo un Plan Anti sequía que incluye la construcción de un acueducto, y solicitan una aportación extraordinaria de 266 millones de pesos, en conjunto entre Agsal y el municipio; además, de otra aportación del municipio por 146 millones 662 mil pesos, correspondientes a líneas de agua y drenaje entregadas por los fraccionadores entre 2013 y 2022.
Hay que recordar que el pretexto del cabildo saltillense para la creación de la paramunicipal Agsal, fue que no podían cobrar el consumo del agua, menos normalizar su servicio, debido a que la tubería era vieja y se desperdiciaba el 40 por ciento del vital líquido. Pero Agsal no ha informado sobre las mejoras que hizo a la tubería, tampoco ha informado cuánta agua tenemos los saltillenses, y si vamos a tener agua con el vertiginoso crecimiento poblacional de Saltillo. Lo que declaró el director de Agsal Jordi Boch a Zócalo, es que se requiere perforar más profundo y más lejos. Saltillo en este siglo ha duplicado su población, los gobernadores siguen trayendo empresas que atraen familias de trabajadores y no sabemos cuánta agua tenemos para el consumo humano. Eso es lo que debe informar Agsal antes que le aprueben la ampliación del contrato, para que no nos suceda lo que a Monterrey en unos años más.