PERDIDOS

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Oliverio Ascascius.

Todas las mentes,
ofuscadas
como los gritos que lloran desesperados.
Como el delirio de una noche ebria de pasión.

Preparan
como las tarántulas,
el impulso que ha de dar lugar
al salto fantástico.

Irán, no sólo al limbo de las bellotas,
sino al oscuro cielo
donde giran como juguetes sin control
los amantes desprestigiados.

Aquellos que no supieron superar
su grotesca forma de amar.

Eso es lo que les espera
a los que esparcidos por la tierra
no se buscaron,
o no supieron encontrarse.

Los que estando frente a frente
no supieron
o no quisieron
reconocerse.