Política aldeana

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Desde la campaña para gobernador de Coahuila, un político lagunero de gran colmillo en estas lides, aseguraba que con Manolo Jiménez Salinas la política de nuestro estado cambiaría, que ya no serían los mismos que durante 18 años se han apropiado de los puestos públicos y de sus redituables sueldos.

Esto se comienza a percibir cuando algunos de los secretarios del gabinete de Manolo Jiménez son personajes nuevos en la administración pública, algunos venidos de su equipo con que gobernó el ayuntamiento de Saltillo. Y no es para menos, Manolo no podrá prescindir de inmediato de algunos funcionarios que se quedaron por recomendación o para que capaciten a los nuevos. Una de las decisiones del nuevo gobernador que más se señalan, es haber nombrado a Óscar Pimentel en la secretaría de Gobierno en lugar de a Eduardo Olmos a quien todos decían que sería él, y con quien todos querían amarrar acuerdos y negocios.

El otro semejante es José Lauro Villarreal Navarro a quien mandaron como director general de la Comisión Estatal de Agua y Saneamiento de Coahuila, un cargo segundón. Según la experiencia gubernamental que se convirtió en un canon político para los gobiernos estatales: los primeros dos años del sexenio son para poner a los suyos, los siguientes dos años para realizar sus obras y proyectos y los últimos dos años, para preparar la sucesión. Si esto se realiza en el gobierno de Manolo Jiménez, seguramente los funcionarios que quedaron de las administraciones pasadas serán sustituidos en los siguientes dos años. Esperemos.