Mis sexenios (57). Pandillas montemayoristas

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José Guadalupe Robledo Guerrero.

Para mediados del sexenio montemayorista, los enterados conocían de la existencia de algunas pandillas que se habían organizado en torno de Montemayor, integradas por funcionarios corruptos y bautizadas por los conocedores:

1.- La pandilla de “Los Invidentes” era comandada por el Secretario de Finanzas Antonio Juan Marcos Issa, y entre sus miembros estaban Ignacio Diego Muñoz, Baltasar Hinojosa Ochoa, Miguel Ángel García García, Óscar Olaf Cantú Ramírez, entre otros.

Óscar Pimentel González

2.- La pandilla de “Los Ángeles de Charlie”, supuestamente dirigida por el Secretario de Desarrollo Social Rogelio Ramos Oranday e integrada básicamente por tres mujeres: Beatriz Flores Alvarado (la verdadera jefa del grupúsculo), Alba Celina Soto y Adriana Moreno. Otro advenedizo que se sentía parte de esta pandilla era Ricardo Álvarez García.

3.- La pandilla de “Los Bárbaros del Norte”, cuyo jefe máximo era el Secretario de Gobierno Carlos Juaristi Septién, quien por cierto en ese entonces acababa de adquirir otra residencia en Saltillo. Esta banda tenía entre sus miembros al sedicente Procurador Humberto Medina Ainslie, al “Legionario de Cristo” y Contralor Juan Antonio Cedillo Ríos, a Benigno Gil de los Santos, a Claudio Bres Garza, a Ramón Verduzco González, y a otros semejantes.

4.- La pandilla de “Los Córporos”, a la que lideraba el Secretario de Educación Óscar Pimentel González, y tenía entre sus miembros a su hermano Octavio Pimentel González, Héctor Gutiérrez Cabello (a) “El Peque”, Roxana Cuevas Flores, Germán Froto Madariaga, Salvador Jalife, Manuel Natividad Beltrán del Río, José Luis Dávila Flores y Alejandro Dávila Flores, quien ya había sido expulsado del grupúsculo por el “Córporo Mayor”.

5.- La pandilla de “Las artistas del PAN” era conducida por Martha Rodríguez, y sus adeptos eran la directora del Icocult Magolo Cárdenas, Mabel Garza, Armando “El Chino” Guerra y los satélites que giraban en torno de ellas. 

Falta considerar al grupúsculo de “Los Policías Federales”, y a la pandilla de “Chuma” Montemayor, conocidos como “Los Burreros”, en donde destacaban Marco Antonio Dávila Montesinos, Omar Fernández de Lara, Darío Martínez Álvarez, y otros de la misma calaña.

Además, la pandilla de “Los Libres”, a la que pertenecían el Secretario de Obras Públicas Antonio Karam Maccise, quien generosamente regalaba a sus jefes en turno diamantes que le compraba al joyero salinista de apellido judío, Goldman.

También hay que incluir a los protegidos de la pandilla de “Los Dinos”, como Fernando de las Fuentes Hernández, y a la pandilla de “Los Oportunistas” donde Noé Garza Flores era el ejemplo ideal de estos cortesanos y chambistas.

        Estos grupúsculos o pandillas, fueron a los que el 10 de noviembre de 1996 los coahuilenses les darían una lección, haciendo perder a los candidatos del PRI en Saltillo, Torreón y Monclova. Ese día los ciudadanos votarían en contra del montemayorismo.

En Saltillo los votantes rechazaron al candidato de Montemayor, Salomón Abedrop, quien perdió por 2,800 votos; en Torreón repudiaron al hermano y candidato del Secretario de Finanzas, Salomón Juan Marcos Issa; y en Monclova apabullaron al candidato del Secretario de Gobierno Carlos Juaristi. En aquella ocasión, Noé Garza Flores volvió a ser acusado por enésima vez de traidor, pues se desempeñaba como Presidente del PRI coahuilense al momento de la derrota priista.

Noé Garza Flores

En aquella ocasión, el enriquismo colaboró en la derrota electoral del montemayorismo, pues EMM estaba preparándose para participar -en dos años más- en la contienda por la gubernatura de Coahuila. Martínez y Martínez sabía que Montemayor seguiría obstaculizando sus posibilidades gubernamentales, por eso necesitaba que RMS se debilitará, y le ayudó para que perdiera los tres municipios más importantes de Coahuila: Saltillo, Torreón y Monclova.

El 27 de noviembre de 1996, el periodista defeño Carlos Ramírez escribió en su columna: “La derrota municipal del PRI en Coahuila, abrió serias interrogantes para las elecciones de gobernador en 1999… El principal problema fue la desarticulación del PRI, la pesada herencia salinista de Montemayor y desde luego los negocios familiares desde el poder”.

Como resultado del fracaso electoral priista, a finales de noviembre Montemayor hizo un enroque en su gabinete, destituyó a Alba Celina Soto de la dirección de “comunicación social” y la envió al DIF coahuilense, y para sustituir a Alba Celina se trajo a Jorge César González Villarreal del DIF estatal, otro mercader al poder.

Ya en poder de los tres municipios más importantes de Coahuila, el PAN preparó dos demandas por malos manejos en contra de priistas, una contra el exalcalde de Ramos Arizpe, Javier González Flores “La Aguililla”; y la otra contra el exdirector del Simas-Saltillo, el montemayorista José Luis Dávila Flores.

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       Días después de la derrota electoral, una “indiscreción” de Octavio Pimentel, señaló lo que ya se sabía, que la Rectoría de la UAdeC sería para José María Fraustro Siller, amigo íntimo de Enrique Martínez y Martínez.

Por tal motivo, Fraustro Siller se vio obligado a confirmar la filtración y se autodestapó como candidato a la Rectoría, él sería el beneficiario de la estrategia de Montemayor para tender puentes con Enrique Martínez.

A Montemayor no le importó que Fraustro violara doblemente el Estatuto Universitario, pues era a la vez Administrador del Fidagua (Fideicomiso para el Agua) y Presidente del Foro de Profesionales y Técnicos adheridos al PRI, cargos a los que debería haber renunciado un año antes de las elecciones como lo dispone la legislación universitaria.

Para inicio de 1997, Enrique Martínez y Martínez ya estaba nuevamente en Saltillo. En abril consiguió -por segunda vez- la candidatura a diputado federal. Dos meses antes, el 28 de enero, entrevisté a EMM, en donde contestó: “Soy priista de convicción no de conveniencia, pero se confunde la disciplina con la sumisión”. “En política hay que prepararse mucho para ser, pero más para no ser”. “Los principios e ideales no tienen fecha de caducidad ni concluyen”. “El salinato enriqueció a 24 familias y empobreció a millones de mexicanos”. “La partidocracia es anticonstitucional y se contrapone a la democracia”.

Refiriéndose al conflicto con Montemayor que se originó cuando le arrebataron la gubernatura, Enrique Martínez dijo: “Lo que pasó hace tres años ya está superado, no guardo resentimientos”. Pero era sólo un decir, EMM nunca lo superó, hasta la fecha.

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El 5 de abril de 1997 moría Heberto Castillo Martínez, político pro socialista con buena fama y mejor perfil, inteligente, culto, congruente, luchador, profesor universitario, líder social, político honesto. Un gran mexicano. 

Heberto Castillo fue secretario particular del expresidente Lázaro Cárdenas del Río y profesor de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.

Don Heberto era ingeniero civil egresado de la UNAM, inventor de la Tridilosa, un sistema de construcción que reemplaza trabes y losas de concreto reforzado, y que ha sido utilizado en México en puentes, porque produce ahorros de concreto y acero.

Heberto Castillo apoyó las luchas justas de ferrocarrileros, maestros y médicos, y por su involucramiento en el movimiento estudiantil de 1968, fue encarcelado dos años. En 1994 se convirtió en Senador de la República por el PRD, pero no terminó su periodo constitucional porque la muerte lo sorprendió el 5 de abril de 1997.

Como Senador de la República, don Heberto Castillo fue integrante de la Cocopa (Comisión de Concordia y Pacificación) del Congreso de la Unión….

(Continuará).

La nueva realidad