Algoritmos de resultados en la política nacional y coahuilense

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Luis Fernando Hernández González.

Las funciones aritméticas y ecuaciones vienen a constituir una serie de desempeños múltiples en los quehaceres de la vida, contextualmente las encontramos en la planeación organizacional, sea esta gubernamental, económica, física, educativa, biológica, ambiental, histórica, social y literaria, es decir en todos los ámbitos y ambientes de nuestra cultura.      

Para la gran mayor parte de la población el tema de las actividades políticas resulta ociosa y ajena, ya que, de su especial criterio, al desplazan a ésta de sus comportamientos cotidianos y reservarse por sencilla que sea su participación sobre este tipo de temas que se dan bajo criterios de cultura cívica y participación, se presentan en las dinámicas poblacionales de orden público y social.

Por lo regular, un alto porcentaje de la población al apartarse de estas acciones participativas, limita el ejercicio de su voluntad, sin medir consecuencias que resulten en favor o perjuicio propio con sus respectivas derivaciones en la familia y en la misma sociedad, al dejar pasar por alto y sin ninguna responsabilidad inmediata, determinaciones que le concierne en la construcción equilibrada de su vida, sea esta personal o familiar.

Los números y resultados hablan por sí solos, sin aspavientos e inconsistencias discursivas.

Le comento a usted lo anterior por lo que hoy acontece tanto en el ámbito nacional como en aquellas entidades en donde ya próximamente se efectuaran elecciones políticas de distintos niveles de autoridad pública, situación que permite observar contenidos y efectos que las propias circunstancias entre adversarios y autoridades constituidas hacen aflorar, tanto con los recursos económicos, las acciones de presión y mediatización, para ejercer un dominio sobre actores y partidos.

 Así lo vemos como sin consideración ni medir ética y moral, se exhibe sin recato la operación política de adversario en la arena, bajo argumentos prejuiciosos con el ánimo de bajar al oponente en la contienda con sus comportamientos de desprestigio deleznables, con los cuales solo abonan al alejamiento del ciudadano de la política participativa y democrática.

Parece ser que la actividad política de ahora en el país, es de cero propuestas y resultados, más si con un alto contenido de diatriba y desacreditación que en nada contribuyen a la superación y expectativas que ofrecer a la sociedad en su ámbito contextual, bajo esta práctica que debe de ser colectiva, coercitiva y motivante  para la población, lo cual no se da  y mucho menos se propicia al solo generar división  y polarización entre quienes están a favor  y otros que representan planteamientos opcionales ajenos al poder.

La política como madre de toda presteza y acción colectiva en la sociedad, vemos que se aleja del orden y la conciliación de valores e intereses cívicos que deben de regir toda vida desarrollada en una sociedad moderna, alejando de estos comportamientos fuerzas coercitivas   físicas, económicas o de manipulación arbitraria del ejercicio y aplicación del derecho, que solo busque beneficiar la ostentación del mismo poder.

Dicho todo lo anterior con gran prestancia y claridad, podemos armar nuestros formularios y algoritmos a resolver tanto en nuestra apreciación nacional, como así también la propia visión nos permite contemplar el seguimiento de nuestra evaluación participativa en el ámbito local y estatal, puesto que existe una atmósfera ampliamente comunicada de diversas maneras y formas  de este tiempo,  bajo ningún argumento nos podemos retraer del no estar informados y documentados de lo que acontece en México, Coahuila y Saltillo.

Por esta misma razón nos damos cuenta de las mediciones y resultados de bajo aprecio sobre las aplicaciones gubernamentales del gobierno federal que considera el Instituto Mexicano para la Competitividad (lMCO) que en su frase de presentación enfatiza “Transformar a México con datos, argumentos técnicos y nuevas tecnologías. Toda crítica con propuesta, toda propuesta con fundamento”, apreciación que se refleja tanto en la economía nacional financiera como en el desarrollo económico que se observa, en la mala impartición de justicia, las cifras de la salud críticas ante la pandemia y sus defunciones, la carencia de acuerdo político y gubernamental, la nula división de poderes, el acotamiento de la libertad de expresión y la intolerancia a la disensión, son condiciones que acrecientan en la sociedad del país.   

Por otra parte el estado y la ciudad, destacan en cuanto a su evaluación y medición de factores que les permiten tener grados de competencia de alta valoración por sus aplicaciones y resultados de autoridad y gobierno, de esta forma nos habla de sistemas de Derecho confiable y estable; Manejo sensible del medio ambiente; Sociedad incluyente, preparada y sana; Sistema político estable y funcional; Gobierno eficiente y eficaz; Mercado de factores eficientes; Economía estable; Sectores precursores de clase mundial; Aprovechamiento de las relaciones internacionales; Innovación y sofisticación en los sectores económicos, lo cual nos indica para Coahuila y Saltillo tengan un sitio de distinción  frente a otras localidades y entidades del país. Conforme al Índice de Competitividad Estatal 2022, IMCO.