- Podría ser que el gobierno de México intercediera a favor de Cuba, Nicaragua y Venezuela, pero “sin arriesgar 50 mil millones de dólares por remesas”.
- Nicolás Maduro no es reconocido por el gobierno de EU como presidente de Venezuela.
- El trío de dictadores no puede pisar tierras estadounidenses.
Pascacio Taboada Cortina.
Millones de mexicanos con espíritu democrático consentirían que, si el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, verdaderamente quiere hacer labor para que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, permita la asistencia de los presidentes de Cuba, Nicaragua y Venezuela en la próxima “Cumbre de las Américas”, la opción sería convencer, primero, a los dictadores Miguel Díaz-Canel, Daniel Ortega y Nicolás Maduro, a que convoquen a elecciones libres en sus países, y dejen de buscar “chaperón” que les allane el camino a Los Ángeles, California.
Por otro lado, consideramos que, antes de hacer declaraciones públicas sobre el particular, el presidente López Obrador debería meditar cabalmente su decisión de recomendar al trío de dictadores, sobre todo que desconoce los antecedentes jurídicos por los cuales ninguno podría pisar territorio norteamericano, sólo con el pretexto de la búsqueda de la “unidad de América Latina”.
Por ejemplo, Nicolás Maduro no es reconocido por el gobierno de EU como presidente de Venezuela. Oficialmente reconoce a Juan Guaidó. Además (Maduro) es motivo de al menos dos acusaciones graves por EU: terrorismo y narcotráfico. Daniel Ortega, de Nicaragua, tampoco goza de la simpatía del gobierno norteamericano, debido a su condición de ser “presidente de facto” y violador de los derechos humanos en su país.
Es muy importante también, recordar al presidente de México que millones de mexicanos viven y trabajan, estudian y luchan todos los días por un mejor nivel de vida y oportunidades de empleo en casi toda la Unión Americana. Ellos, y sólo ellos, realizan grandes esfuerzos por ahorrar y enviar a México remesas a sus familias que, este año, el mismo gobierno mexicano estima en 50 mil millones de dólares. Estos valores no los puede desestimar ni arriesgar el gobierno de López Obrador, por virtud de que representan la séptima parte del Presupuesto de Egresos de la Federación.
Tenemos que aguantar, como “patada en el estómago” –perdón por no mencionar a los productos de gallina—que en pleno Siglo XXI aún existen presidentes que gobiernan “de facto”, como auténticos reyes; que sojuzgan a sus pueblos y los mantienen a su lado con promesas incumplidas hasta por decenios; que ordenan y mandan como “dioses terrenales” por el tiempo que les da la gana.
Pero las cosas cambian. Los mexicanos no somos partidarios de las dictaduras. Queremos libertad de acción y de libre pensamiento; que las decisiones que nos involucran, no sean obligadas o unilateral. Primero los mexicanos, después los mexicanos y, si nos equivocamos, también los mexicanos.
Por estas razones y otras que tienen que ver con las relaciones comerciales y diplomáticas, señalar nuestro desacuerdo con López Obrador, específicamente en un convenio con el gobierno de Cuba, para la contratación de 500 médicos que vendrían a nuestro país a reforzar la atención médica de los mexicanos.
Al respecto, diversas organizaciones locales de especialistas médicos, declaran todos los días que esa decisión fue una “pose” del presidente de México, porque de ninguna manera hay falta de médicos en este país. Al contrario, existen más de 50 mil desempleados que requieren del apoyo de las instituciones mexicanas de salud pública, la cual quedó desmantelada al desaparecer el Seguro Popular y crear el INSABI que, en esta administración, no sirve para nada.
“Otro detalle”, es la venta de vacunas que realizó Cuba hacia México durante la pandemia de Covid 19, la denominada Sinovac, la cual ahora se sabe que no está aprobada para su aplicación mundial. Esto, por una parte, pero por otra, la noticia recientemente publicada, es en el sentido de que, 14.5 millones de vacunas de los laboratorios Astra-Zeneca, caducaron y tenían un valor de más de 50 millones de dólares. Estos resultados hay que acreditarlos al gobierno, pero en particular a un científico de la virología, pero también de la mentira y el engaño, llamado Hugo López Gatell.
Necesitamos ser claros y precisos. Cuba, desde los tiempos gloriosos de Fidel Castro –le sobraban soldados entrenados para la guerra—tuvo un comportamiento favorable a enviar ejércitos mercenarios a otros países, a fin de ingresar dinero a su país. Un ejemplo lo tenemos en Angola, en África, donde mantuvieron hasta dos mil soldados durante 1975 a 1991. El motivo era el dinero.
Su accionar se extendió por otras naciones africanas. En los tiempos actuales, siguen con esa tradición de enviar contingentes a otros países, con el riesgo de que su intención sea calificada como “trata de personas e incluso esclavitud”. Los nuevos grupos de soldados, son ahora supuestamente especialistas médicos, cuando en realidad son enfermeros y paramédicos, debidamente capacitados en teorías orientadas a la extensión del socialismo. Durante la pandemia en México, los “médicos” cubanos se llevaron 340 millones de pesos.