Banderazo de salida al turismo legislativo

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José C. Serrano Cuevas.

La diplomacia parlamentaria incluye las actividades que los congresos y los legisladores realizan en el plano internacional. Para el caso de México, la diplomacia parlamentaria se puede dividir en tres grandes grupos.

El primero se refiere a las actividades de carácter constitucional que el Congreso mexicano realiza en materia de política exterior, tales como la aprobación de tratados internacionales, el análisis de la política exterior, entre otras.

El segundo grupo comprende las actividades que, de manera independiente, realiza el Congreso mexicano en conjunto o los senadores y diputados por su cuenta. En este grupo se pueden incluir la participación en organizaciones internacionales, como la Unión Interparlamentaria, los grupos de amistad y todas las actividades que realizan los congresistas mexicanos en el exterior, que tienen vínculo directo con su labor legislativa.

El tercer grupo está compuesto por aquellas iniciativas que tienen los legisladores para poder influir en el proceso de toma de decisiones de la política exterior de México. En este caso particular, los legisladores recurren a ciertos instrumentos para poder participar en el diseño de dicha política. Los mecanismos más utilizados son los «puntos de acuerdo».

En general, los puntos de acuerdo son exhortos que hace el Congreso para que el Ejecutivo adopte una decisión acorde a la visión de los legisladores. Sin embargo, estos instrumentos no tienen carácter vinculatorio, porque no existe una ley que obligue al Ejecutivo a cumplir con tales propuestas. De conformidad con la Constitución mexicana, el presidente dirige la política exterior. En otras palabras, el Ejecutivo goza de una preeminencia en el proceso de toma de decisiones de la política exterior.

Debido a esta supremacía de la rama ejecutiva, los congresos buscan mecanismos para contrarrestarla. Los puntos de acuerdo resultan instrumentos que buscan alcanzar dicho objetivo. Los diferentes puntos de acuerdo que existen son: exhortos, solicitudes de información, extrañamientos, reconocimientos, solicitudes de comparecencia, creación de grupos de trabajo, entre otros.

A sabiendas del teje y maneje de la política exterior, la presidenta del Senado mexicano, Olga María del Carmen Sánchez Cordero Dávila, mejor conocida como Olga Sánchez Cordero, realizará una gira de trabajo a Marruecos, Bélgica y Turquía, para reunirse con delegaciones parlamentarias y misiones diplomáticas, así como para participar en asambleas de organizaciones internacionales como la Unión Interparlamentaria que agrupa a 178 cuerpos legislativos.

La otrora secretaria de Gobernación, señalada como el florero más costoso del gabinete del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ha expresado que en cumplimiento de las facultades constitucionales que tiene conferidas, y en representación de la Mesa Directiva del Senado, impulsará una mejor coordinación entre diversos parlamentos del mundo y promoverá la cooperación multilateral con diferentes naciones, durante esta gira de trabajo que inició el viernes 10 y culminará el viernes 24 de junio.

La ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en retiro, notaria pública y mujer de mundo, irá acompañada por una delegación de legisladores integrada por el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, Héctor Enrique Vasconcelos y Cruz, la copresidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores Europa, Gabriela Benavides Cobos y la copresidenta de México de la Comisión Parlamentaria Mixta México-Unión Europea, María Gabriela López Butrón.   

En el anecdotario mexicano han quedado registradas las giras de trabajo de presidentes de la República acompañados por legisladores de ambas cámaras. El celebérrimo expresidente Luis Echeverría Álvarez, acostumbraba fletar hasta tres aeronaves para llevar a sus viajes internacionales a personajes de la política, capitanes de la industria, intelectuales orgánicos y fayuqueros profesionales como el extinto Joaquín Gamboa Pascoe, cargado siempre de aparatos electrodomésticos. Sus compañeros parlamentarios le decían el senador microondas.

Los ciudadanos de a pie piensan que el Senado abandonó la austeridad republicana, para gozar a plenitud del turismo legislativo. Los exhortos que las y los legisladores le presenten a AMLO, terminarán más temprano que tarde en el archivo muerto.