Fernando Rangel de León.
En el mes de octubre y los cuatro primeros días de noviembre, fallecieron al menos 253 personas en la Zona Metropolitana de la Laguna, 141 de Torreón, 16 de San Pedro de las Colonias, 11 de Francisco I. Madero, y 7 de Matamoros, en Coahuila; 59 de Gómez Palacio, 14 de ciudad Lerdo, 3 de Tlahualilo, y 2 de Mapimí, del estado de Durango, a causa del COVID-19; lo que decidió a los gobiernos de esos estados y de esos municipios a tomar medidas para detener su contagio.
Entre esas medidas que ya se están aplicando por el lado de Coahuila, y que durarán hasta el 12 de noviembre -si es que las circunstancias lo permiten- son multas de hasta 45 mil pesos a los dueños de domicilios y fincas particulares en donde se hagan fiestas privadas con la asistencia de más de 15 personas y con música en vivo, sin importar su ubicación; cancelación de autorización de bodas, de bautizos, XV años, eventos deportivos de contacto, mercados ambulantes, tianguis; restricción de un 50% en los restaurantes-bar, en donde no podrán permanecer más de dos horas; reducción a un 40% en los comercios, 50% en las iglesias, 50% en autobuses y solo dos pasajeros en taxis en la parte de atrás, entre otras.
Por el lado de Durango, además de algunas de esas medidas, se suspenderá el transporte público desde las tres de la tarde del sábado 7 hasta las cinco de la mañana del lunes 9, por los siguientes dos fines de semana; se cerrará el paso por tres puentes de Gómez Palacio a Torreón; quedando libres el del puente Plateado (Muzquiz) y el de Solidaridad (Ramos Arizpe), por arriba y por abajo.
Todas esas medidas son violatorias de los derechos humanos de libre tránsito, de reunión, de trabajo, de comercio, de industria, de inviolabilidad de domicilio, etcétera, del individuo; pero son necesarias y se justifican porque el Estado tiene el deber de proteger a como dé lugar la vida y la salud de la población, aun en contra de su voluntad, en estas horas aciagas de la humanidad a causa del Coronavirus, al que todos debemos de enfrentar con todo lo que podamos, como si nosotros fuésemos los infectados; pues se ha convertido en el enemigo número 1 del género humano.
Por eso los gobiernos de Coahuila y de Durango, y los de los municipios de la Laguna, deben de homologar, de igualar, como un solo frente, todas sus medidas tendentes a frenar el COVID-19, cuanto antes, para que sean efectivas y benéficas para todos sus habitantes, quienes debemos de acatarlas.
Seamos conscientes de que los gobiernos están haciendo hasta lo imposible por prevenir el Coronavirus, en lugar de atenderlo en las instalaciones de salud pública porque no se cuenta con los hospitales, las camas, los insumos, los equipos, los médicos, enfermeras, y demás personal, necesarios, suficientes y bastantes para atender a los pacientes de este grave mal.