Mis sexenios (56) “Chuma” Montemayor y los negocios de la familia gobernante

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José Guadalupe Robledo Guerrero.

Para mediados de 1996, mientras Rogelio Montemayor y su hermano Jesús María se dedicaban a saquear al estado, la política coahuilense la manejaban dos nefastos sujetos: Carlos Juaristi Septién y Óscar Olaf Cantú Ramírez. Mientras tanto, Rogelio Ramos Oranday, inventaba otra ociosa obra pública: la remodelación de la Plaza de Armas.

Al mismo tiempo, Montemayor hizo correr el rumor de que después de su tercer Informe de gobierno se iría al gabinete zedillista, en sustitución del Secretario de Hacienda Guillermo Ortiz.

En ese entonces, Jesús María Montemayor Seguy (“Chuma”) había pasado a la historia del pueblo en donde son caciques, pues la directora del Icocult, Magolo Cárdenas, impuso el nombre del hermano del gobernador a la Casa de la Cultura de Sabinas, y el Zócalo de Piedras Negras definía al “Chuma” como “uno de los principales promotores culturales de Sabinas”.

Jesús María Montemayor Seguy (“Chuma”)

Quince días después, el periódico La Voz de Monclova publicaba una nota titulada: Escándalo en la realeza, donde daba cuenta de una riña a golpes protagonizada en el Casino de Sabinas entre Ezantino Z. Cruz y “Chuma” Montemayor, en una fiesta de la élite sabinense, teniendo como testigo al gobernador. Éste fue otro más de los escándalos del hermano que cogobernaba a Coahuila con Rogelio Montemayor.

A finales de mayo, Montemayor se vio obligado a enviar una carta al Siglo de Torreón donde señalaba: 1.- “… tengo hermanos, todos ellos son mayores de edad y por lo tanto directamente responsables ante la ley por sus actos… cualquier denuncia presentada y sustentada conforme a Derecho, sobre actos atribuibles a algún hermano o familiar de Rogelio Montemayor, será legal y escrupulosamente investigada y perseguida. Si tal fuera el caso en relación al rumor al que hace referencia en su columna, sabríamos cumplir y hacer cumplir la ley”.

El motivo de la carta era que en la columna “verdades y rumores” del Siglo de Torreón, firmada por el agente 007, se había publicado que a través del Coproder (Consejo Promotor para el Desarrollo de las Reservas Territoriales) “Chuma” Montemayor estaba adquiriendo terrenos para su beneficio personal. Pero al igual que Salinas de Gortari, Montemayor nunca frenó a su incómodo hermano, pues seguramente participaba en los negocios.

Para estas fechas ya se sabía qué maquinaria pesada había “desaparecido” del lote que le incautaron al Grupo Aztlán de Juan Chapa Garza (a) José Luis Treviño, y que estaba custodiada por el gobierno montemayorista.

Según los conocedores, entre otras máquinas se habían llevado: 8 buldozer, 4 escavadoras, 4 motoconformadoras, una zanjeadora, 4 camiones revolvedores y una colección de autos que tenía Juan Chapa Garza en Lomas de Lourdes. Según el rumor popular, el hermano del gobernador, “Chuma” Montemayor, se había adueñado de tal maquinaria.

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          A meses de terminar su periodo de Rector, Alejandro Dávila Flores ya sabía que no se reelegiría, y que su sucesor sería José María Fraustro Siller, quien además de que ser un miembro destacado en el grupo de Enrique Martínez y Martínez (enemigo principal de Montemayor), violaba el Estatuto Universitario, porque no se había separado de su cargo público en Fidagua un año antes. Pero nada de eso le importaba a Montemayor, quería tender puentes con el grupo político al que le debía su apodo más real: “El Hermano Lelo”.

A mitad de sexenio, también los pleitos en la corte estaban a peso. Las contradicciones eran derivadas de los negocios a la sombra del poder, del saqueo del erario coahuilense y de su lucrativa cercanía con el mandatario. Para esas fechas, el Secretario de Gobierno, Carlos Juaristi, estaba enfrentado con el Secretario de Finanza Antonio Juan Marcos Issa y con el “Contralor” Juan Antonio Cedillo Ríos, a quien acusaba de traidor.

Lucrecia Solano de Montemayor había nombrado desde su escritorio a la subprocuradora Juana María Flores Gómez; y Óscar Pimentel consiguió imponer como director de la Policía Ministerial al agrónomo Héctor Gutiérrez Cabello “El Peque” que hasta la fecha continua cobrando en las nóminas oficiales como “todólogo”. Por su parte, la inútil subprocuradora Flores Gómez impuso al delegado regional Edmundo Rodríguez Barrera y a agentes del Ministerio Público.

Pese a las denuncias constantes sobre la inseguridad, a Montemayor nunca le importó mejorar la justicia; al contrario, el gobernador y sus corruptos funcionarios hicieron todo para que la estructura de seguridad no funcionara, a pesar de que con Montemayor se inauguraron los secuestros en Coahuila, y que fue señalado por Eduardo Valle “El Buho (ex asesor del ex procurador Jorge Carpizo) como protector de narcotraficantes, acusado de lo mismo por el panista Rosendo Villarreal Dávila.

Para entonces, Enrique Martínez tenía más de un año autoexiliado en Monterrey como Coordinador Regional del Comité Ejecutivo Nacional del PRI en Nuevo León. Para EMM el cargo del CEN de su partido le sirvió para poner tierra de por medio al conflicto político que tenía con Rogelio Montemayor y su esposa Lucrecia Solano, desde que el Presidente Salinas les obsequió la gubernatura de Coahuila.

Pese a las denuncias constantes sobre la inseguridad, a Montemayor nunca le importó mejorar la justicia

Para festejar su primer año en Nuevo León, Enrique Martínez concedió una entrevista al periódico El Norte de Monterrey, en donde hizo declaraciones en contra de Salinas de Gortari y en favor de Ernesto Zedillo.

Salinas ya no era presidente y estaba exiliado y Zedillo era el mandamás en turno. Según EMM: “Quien más se benefició con Salinas de Gortari fue el PAN”. “Estamos en contra de las decisiones cupulares”. “Exigimos castigo para quienes han realizado actos de corrupción”. “Antes que los intereses de grupo o de sectores, está el interés del partido”.

El 18 de agosto de 1996, Salomón Abedrop López solicitó licencia como Director de Egresos, porque sería el candidato del PRI a la alcaldía de Saltillo, y a pesar de que Abedrop López es pariente de los dueños del Grupo Industrial Saltillo, la familia López del Bosque determinó lanzar de candidato por el PAN a otro de sus parientes, Manuel López Villarreal, hijo de Isidro López y sobrino del exalcalde saltillense Rosendo Villarreal Dávila.

A pesar del parentesco entre los candidatos del PRI y el PAN, el panista Manuel López inició su campaña acusando a Salomón Abedrop de haber mejorado su situación económica en la Dirección de Egresos de la Secretaría de Finanzas, de no haber terminado su licenciatura y de que provenía de una familia de banqueros amigos de Salinas de Gortari y causantes de la crisis económica de México.

Por estos días se decía que el “Contralor” estatal Juan Antonio Cedillo Ríos suspendió una auditoría que estaba haciendo a la Dirección de Construcción de la Secretaría de Obras Públicas, debido a que se descubrió que una suma de 600 mil pesos, aprobada para los Ceresos, se había gastado en remodelar la casa de Antonio Karam Maccise (Secretario de Obras Públicas) y la casa de Juan Antonio Cedillo Ríos (Secretario de la Contraloría).

Cedillo Ríos suspendió la revisión contable, pues con tantos negocios que hacían, se le olvidó que los recursos para los Ceresos se habían desviado en su propio beneficio.

(Continuará).

Pandillas montemayoristas