De los agroquímicos y plaguicidas a los fitosanitarios: una evolución responsable e imprescindible

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  • La ciencia y la regulación han permitido que la industria de fitosanitarios evolucione hacia productos más específicos y seguros.
  • Gracias a su uso responsable, es posible asegurar la producción de alimentos para una población en constante crecimiento.

Dr. José Escalante de la Hidalga.
Presidente de la Asociación Mexicana de Fitosanitarios A.C.

El concepto de productos destinados a proteger cultivos ha evolucionado significativamente. En sus inicios, los términos «agroquímicos», «plaguicidas» y “pesticidas” se utilizaban de manera general para englobar desde fertilizantes hasta insecticidas, fungicidas y herbicidas. Sin embargo, en las últimas décadas, la creciente conciencia ambiental y los avances tecnológicos han transformado tanto el lenguaje como el enfoque de estos productos, ahora conocidos como Nutrientes Vegetales para los fertilizantes y Fitosanitarios para los productos de protección de cultivos.

Farmers and Agronomist spraying pesticide on field with Harvest.

En la década de los 60, algunas críticas exageradas sobre el impacto de los pesticidas generaron confusión entre el público. Se mencionó que ciertas regiones del planeta estaban perdiendo toda su vida silvestre y se argumentaba que diversas enfermedades humanas comenzaban a agravarse debido al uso de los químicos agrícolas, generando temor e incertidumbre. Se pronosticaba que eso le pasaría, en algunos años no muy lejanos, a todo el planeta. 

Sin embargo, esos pronósticos resultaron ser alarmistas, aunque llevaron a la prohibición de productos como el DDT. El director del Programa global contra la Malaria señaló en aquel momento que el DDT no acarreaba riesgos para la salud si se utilizaba adecuadamente. Hoy, el DDT está clasificado por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) en el grupo 2 A como probablemente carcinógeno para los humanos, aunque su salida se debió más que nada a su persistencia; ese producto está en la misma categoría que está comer carne roja, ser tinturista o trabajar de noche.

Asimismo, hay que tener en cuenta que otros productos de uso cotidiano también están en las listas de la IARC. Por ejemplo, el paracetamol se encuentra en el grupo 3 de la clasificación estándar de la IARC sobre carcinogénesis, así como el paracetamol, de las cuales existen pruebas inadecuadas de carcinogenicidad en humanos e inadecuadas o limitadas en animales de experimentación, por lo que «No pueden ser clasificados respecto a su carcinogenicidad”.

La ciencia y la regulación han permitido que la industria de fitosanitarios evolucione hacia productos más específicos y seguros. Los fitosanitarios modernos se desarrollan bajo estrictas regulaciones internacionales para garantizar que no representen riesgos para la salud ni para el medio ambiente. Estas normativas han permitido mejorar continuamente la seguridad y eficacia de estos productos en la agricultura mundial.

Gracias a los fitosanitarios, la agricultura mundial alimenta a más de 8 mil millones de personas en prácticamente la misma cantidad de tierras agrícolas que en 1900, en que se alimentaban a 1,500 millones. Estos productos han permitido aumentar la productividad sin necesidad de expandir la frontera agrícola, protegiendo así bosques y ecosistemas naturales. Esto es crucial en un mundo cada vez más poblado y con recursos limitados.

Además de los fitosanitarios químicos, existen productos biorracionales que complementan el manejo de plagas. Estos incluyen bacterias y extractos vegetales como el del árbol de Neem y otros. Aunque su participación en el mercado es de alrededor del 4 a 5%, la investigación en estos productos continúa creciendo como parte de un enfoque integrado para el manejo de plagas. Sin embargo, los fitosanitarios químicos son y seguirán siendo esenciales debido a su eficacia y su cada vez mayor inocuidad ambiental.

En México, la Asociación Mexicana de Fitosanitarios (AMEXFIT), antes Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos (UMFFAAC) y la Asociación de Protección de Cultivos (PROCCYT) crearon el programa Amocali, A.C.-Campo Limpio con el objetivo de reciclar y dar una correcta disposición a los envases vacíos de agroquímicos. Programa que ya cumplió 14 años recogiendo envases.

Tanto AMEXFIT como PROCCYT, organizaciones clave en la industria de protección de cultivos, cuentan con programas dedicados a la atención de emergencias por intoxicación: ATOX y SINTOX, respectivamente, los cuales dan asesoría gratuita con médicos especializados en intoxicaciones, las 24 horas del día, los 365 días del año.

Los fitosanitarios son productos esenciales para la agricultura moderna, diseñados para proteger los cultivos de manera segura, eficaz y respetuosa con el medio ambiente. Gracias a su uso responsable, es posible asegurar la producción de alimentos para una población en constante crecimiento, sin comprometer los ecosistemas naturales ni la salud humana. El futuro de la agricultura depende de seguir desarrollando fitosanitarios cada vez más seguros y sostenibles, permitiendo a los productores agrícolas enfrentar los retos globales de forma eficiente.

Todos nos alimentamos de los mismos cultivos.