El suicidio político de Morena

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J. Alfredo Reyes
publicado en vanguardia 18/10/2020

El pasado 26 de julio, aniversario del asalto al Cuartel Moncada que dio origen al actual régimen cubano, publicamos en este espacio el artículo titulado “El desmoronamiento de Morena”, donde dimos cuenta de la guerra entre las tribus de ese Movimiento de Regeneración Nacional y señalamos que Morena era un partido político en plena perredización.

Bueno, pues de ese tiempo a la fecha hemos visto cómo las instancias municipales, estatales y nacionales de Morena han acelerado su descomposición por la anarquía de ese movimiento que pretende la transformación de este País.

Y a como van las cosas, sólo una noche de cuchillos largos podrá salvar a Morena del canibalismo de sus propios militantes que ha resultado muy corrosivo para la 4T, como son las traiciones de mujeres al estilo de Elisa Villalobos que acabó con la fracción de Morena en el Congreso local o la siempre farsante Lilly Téllez llevada equivocadamente por AMLO al Senado y ahora es una vociferante panista, pues la Téllez siempre fue enemiga de la izquierda de Cuauhtémoc Cárdenas y lo mismo ahora en contra del Dr. Hugo López-Gatell, un asunto que a nadie debe extrañar porque Lilly Téllez siempre ha sido una infame pedorreta de los Salinas para efectos de golpeteo político. Rosa Albina Garavito hubiera sido la opción ideal de Sonora para el Senado.

Y vaya que hacer una purga de militantes de cualquier partido político en este País no es cosa fácil. Nuestra maravillosa ley electoral protege los derechos políticos de todo ciudadano, incluyendo los de coñas y rufianes, lo que ha convertido a la traición política en toda una institución.

Y es que mencionar la palabra “purga” nos remite a las razias del comunismo y el fascismo que no tenían miramiento alguno contra los traidores; basta recordar las purgas estalinistas, a las de Mao, la de Giulio Andreotti en la Democracia Cristiana italiana y hasta la del mismo Movimiento 26 de Julio que persiguió a Huber Matos, Carlos Franqui, Raúl Chibás y a Luis Boitel entre otros. Del mismo modo en que “La Noche de los Cuchillos Largos” es la clásica purga del fascismo en contra del general Ernst Röhm y los mandos principales de las SA.

El clásico monólogo de Toni Servillo interpretando a Giulio Andreotti lo explica todo: “He tenido que encarnar el poder para ejecutar una monstruosa e inconfesable contradicción: perpetuar el mal para garantizar el bien”. La cruel verdad por la que el demócrata cristiano Aldo Moro no pudo sobrevivir a su pacto con el Partido Comunista Italiano.

Todo lo contrario a lo que AMLO quiere hacer en México; garantizar la perpetuidad del mal haciendo el bien. “Abrazos no balazos”. “Amor y paz”, “No vamos a reprimir” y, por supuesto, nunca llagar a una saludable purga en Morena.

La pedorreta Lilly Téllez ya traicionó al Peje. Elisa Villalobos ya saboteó a Morena en Coahuila. El Cabildo morenista en Parras ya se vendió al cacique Evaristo Madero Marcos.

¿Qué sigue? Pues la obvia traición de Santana Guadiana y Reyes Flores apoyando al panista Guillermo Anaya al Gobierno de Coahuila.

Hoy domingo veremos si Reyes Flores Hurtado supo ser un superdelegado en Coahuila cuya eficiencia se refleje en la preferencia del pueblo al gobierno de la 4T. Su fracaso será el mejor apoyo para Guillermo Anaya y el traidor Armando Santana Guadiana Tijerina.