“Ni los veo ni los oigo”

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José Guadalupe Robledo Guerrero.

Cuando fue presidente Carlos Salinas de Gortari, acuñó una frase que quedó en los anales de la política como un claro desprecio a sus opositores perredistas: “ni los veo ni los oigo”. Está misma frase es la que Andrés Manuel López Obrador le aplica a sus opositores, a aquellos que considera enemigos por las múltiples críticas que le hacen a sus ocurrencias disfrazadas de políticas públicas.

Tal es el caso de los diez mandatarios estatales que recientemente abandonaron la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) por ya no ser una eficaz representación ante la federación. Estos gobernadores de Aguascalientes, Jalisco, Michoacán, Durango, Colima, Tamaulipas, Guanajuato, Nuevo León, Coahuila y Chihuahua, optaron por constituir una Alianza Federalista para revisar el Pacto Fiscal y buscar hacer un nuevo reparto de los impuestos para cada entidad.

Ante esta acción, AMLO respondió en la mañanera estar dispuesto a entablar diálogo con los mandatarios estatales, pero al tomarle la palabra el gobernador Miguel Ángel Riquelme y preguntarle ¿Cuándo nos vemos?, el presidente López Obrador les dio otra respuesta: “No hay dinero, no tendrán más recursos de la federación”. Y pese a que los gobernadores han insistido en reunirse con el presidente, éste les ha aplicado la fórmula salinista: Ni los veo, ni los oigo.

La Alianza Federalista ha amenazado con romper el Pacto Fiscal por considerar que existe una distribución inequitativa del presupuesto a los estados, en tanto los mandatarios morenistas insisten en que la amenaza de los gobernadores es una idea desesperada previa a las elecciones de 2021.

Desde entonces han corrido infinidad de comentarios sobre el particular, en donde se confunde Pacto Federal con Pacto Fiscal. Por tal razón, hay quienes piensan que los gobernadores de los diez estados de la Alianza federalista están planteando salirse del Pacto Federal, para anexarse a los Estados Unidos o separarse de México y constituir otra república.

Lo cierto es, que Pacto Federal es la unión de los 31 estados del país y la Ciudad de México para formar un país, los Estados Unidos Mexicanos; mientras que lo que quieren los gobernadores aliancistas con el rompimiento del Pacto Fiscal es centrar la discusión sobre la reforma tributaria, es decir cómo organizar, cómo recaudar los impuestos, cómo aumentar la bolsa y cómo asegurar que cada ámbito de gobierno tenga los recursos para gestionar eficazmente sus responsabilidades.

Sin embargo, López Obrador sigue sin ver ni oír a los mandatarios que le reclaman mayores recursos ante la disminución de sus presupuestos estatales. Y aunque estos diez gobernadores representan la tercera parte de las entidades del país, AMLO continúa despreciando sus demandas, diciéndoles que si quieren más recursos combatan la corrupción y aumenten la recaudación de impuestos.

López Obrador no ha entendido que es presidente de todos los mexicanos, y no solamente de los que votaron por él, que dicho sea de paso, sus votantes también representan la tercera parte del electorado nacional

¿Qué pasará con la Alianza Federalista de gobernadores? Nadie lo sabe, lo cierto es que hasta ahora es el único equilibrio en la política nacional, y su demanda es revisar el Pacto Fiscal, para que a cada estado le den los recursos a que tiene derecho, pero el “ni los veo, ni los oigo” parece dominar al que despacha en Palacio Nacional, quien reparte el dinero de los impuestos en programas clientelares, para que voten por Morena…

Política aldeana

A mediados del 2005, al inicio de la campaña por la gubernatura de Humberto Moreira Valdés, un grupo de periodistas lo encontramos a la salida de la televisora RCG, y sin preguntarle nos confió que venía de solicitarle a Roberto Casimiro González (dueño de la televisora) que le fiara la publicidad para su campaña.

Alguien le preguntó: ¿Para qué pedir fiado profesor, si en el gobierno hay un guardadito para la campaña?

Con una mueca de disgusto, Humberto Moreira soltó la acusación: “Si había ese guardadito, pero Enrique Martínez y Martínez se robó los 600 millones que se tenían para la campaña”.

Hasta el momento, 14 años después, no se sabe qué tan cierta es la acusación del profesor que nos gobernó 6 años, y nos dejó una deuda de más de 36 mil millones de pesos, de los cuales nadie sabe en qué se gastaron y ya nadie se acuerda, a pesar de las enormes carencias económicas de Coahuila.

Pregunta huérfana

¿Será verdad que Jaime Bueno Zertuche es el próximo candidato por el PRI para la presidencia Municipal de Saltillo?