El lenguaje del silencio (1)

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Simón Álvarez Franco.

Gerardo Castillo Ceballos, (*) Profesor de la Facultad de Educación y Psicología de la Universidad de Navarra, España, nos dice:

“En nuestra infancia aprendimos que para comunicar son imprescindibles las palabras. Más tarde descubrimos que los silencios también comunican y que no se limitan a ser contrapunto de la palabra, sino que son un elemento de comunicación en sí mismos”.

En descargo de los docentes que obviaron la comunicación de los silencios, hay que decir que en el mundo occidental, desde la antigua Grecia, la palabra ha sido siempre la base de la comunicación y un factor de la cultura. En cambio, el mundo oriental ha considerado el silencio y la contemplación no sólo como valor cultural, sino también como una fuente de sabiduría y espiritualidad.

¿Por qué no solemos buscar el silencio? Porque estamos muy condicionados por la agitación, la prisa y el ruido. Y si alguna vez encontramos silencios sin buscarlos no sabemos qué hacer con ellos. Y en vez de afrontar esa realidad huimos de ella para refugiarnos en el activismo o en el internet.

Un matrimonio con conflictos acude a un consultorio sentimental:

— El problema de ustedes es la falta de comunicación. Dice el terapeuta.

— ¡Pero si tenemos cinco celulares, somos amigos de Facebook y nos seguimos por twitter!, elesposo

— Esa no es la solución, sino la causa del problema. –contesta el terapeuta.

Existe algo aún más preocupante que vivir en un ambiente de ruido ensordecedor: acostumbrarnos pasivamente a ese ruido e incluso necesitarlo como sonido de fondo para todo lo que hacemos. Esa dependencia se observa, por ejemplo, en las personas que precisan el ruido del televisor para dormir la siesta; si alguien apaga el aparato cuando ya están en brazos de Morfeo, se despiertan sobresaltadas: “¿quién me ha apagado la tele?”, o el ama de casa, que después de haber despachado a sus hijos a la escuela y a su marido al empleo, se queda sola, dedicada a las labores de la casa, y de inmediato enciende el radio o el televisor, sin escucharlos ni verlos, solamente para oír ruido y no sentirse sola. Démonos cuenta de que oye, y a veces ve uno y otro aparato, pero no “escucha” ni “mira” uno y otro, simplemente se rodea de ruidos; ya que mirar y escuchar, requieren de poner su atención en ello, y obviamente su atención está centrada en sus actividades del hogar.

Este es el mismo efecto que se logra en los centros comerciales, tiendas y oficinas, consultorios, etc. oímos música de fondo, pero no le ponemos atención, es decir, no la escuchamos.

¿Cómo suelen reaccionar los jóvenes no deportistas cuando por primera vez ascienden a una montaña? Es bien sabido que la soledad y el silencio los descoloca y abruma.

Lo esencial del silencio no es la ausencia de sonido y de palabras. “El silencio no es una ausencia; es manifestación de una presencia, la presencia más intensa que existe. En esta vida lo verdaderamente importante ocurre en silencio. La sangre corre por nuestras venas sin hacer ruido, y sólo en el silencio somos capaces de escuchar los latidos de nuestro corazón”.

Hay momentos en que las palabras distraen y estorban, siendo más oportuna la comunicación basada en los silencios.

El amor se expresa tanto con palabras como con miradas y silencios, hasta llegar al nivel de la complicidad; a los enamorados les basta una mirada para entenderse.

La base del diálogo es el binomio “silencio-escucha”. Se concibe el silencio no sólo como una condición para el recogimiento, la introspección y el contacto con la voz interior, sino también como cierto aislamiento del mundo externo para llegar a una comunicación más auténtica.

Las pausas o silencios que se insertan a lo largo de una conversación no son mutismo ni ocultación; tampoco son lagunas de comunicación, ya que tienen funciones importantes dentro de ellas.

Las pausas de expectativa son el silencio que se hace antes de destacar una idea; las pausas de énfasis se proponen enfatizar lo que se acaba de destacar; las pausas de cambio predisponen a cambiar de idea o de tema.

Esas pausas posibilitan la reflexión personal para tener algo valioso que comunicar y conceden tiempo al interlocutor para que asimile la información y prepara la respuesta, pero hay que aprender a interpretar cada uno de los silencios.

                                               “Yo crecí dentro de un árbol

                                               Tendría mucho que decir,

Pero aprendí tanto silencio

Que tengo mucho que callar

Y eso se conoce creciendo”.

El OXIMORON: Es una Figura retórica que consiste en complementar una palabra con otra de significado contrario u opuesto, lo que a su vez da lugar a otra palabra o concepto.

Ejemplos: Sol de medianoche, calma tensa, altibajo, pico de curva, muerto viviente, agridulce, pequeño gran hombre, menos es más, silencio atronador, realidad virtual, claroscuro, viaje a ninguna parte, etc.

Esta figura retórica, nos permite condensar en frases cortas, los pensamientos que nos llevarían largo rato explicar, al usarlas, nos dan en pocas palabras la imagen larga de explicar. Esto contribuye a hacer más ligera y menos cansada la conversación.

Los gestos y los movimientos corporales muchas veces son más elocuentes que lo que se habla

En un discurso el mayor peso se les da a las palabras. Pero la realidad es que éstas son sólo una parte. El lenguaje corporal dice mucho, y puede decir mucho más que lo que el otro está diciendo con palabras. Así que aprender a interpretar la manera en que el cuerpo habla es esencial, no sólo para tener éxito en los negocios, sino en la vida misma.

Más allá de las palabras

“Esta fuente de comunicación es muchas veces más esencial para comprender qué es lo que realmente está pasando con las palabras mismas”, señala Nick Morgan (**), un experto en comunicación no  verbal en un texto para la Escuela de Negocios de Harvard.

En este tema hay una investigación ampliamente reconocida, la de Albert Mehrabian (***), un investigador y profesor emérito de la Universidad de California de Los Ángeles, el cual se dedicó a investigar la importancia de los mensajes verbales y no verbales.

Sus estudios dieron luz a tres números: 55, 38 y 7

Estos números representan la importancia de los diferentes canales de comunicación:

                        55% corresponde al lenguaje del cuerpo,

                        38% al tono de voz, y

                          7% a las palabras.

¿Entonces, podemos decir que lo más importante siempre es la comunicación corporal? No en todos los casos, según explica en un texto para la revista “Psychology Today”, Jeff Thompson, un policía, detective y doctor en resolución de conflictos que han estudiado, entre otras cosas, también la importancia de la comunicación no verbal.

Aplicarlo como una regla sin excepción sería falsa e inexacta. Y es que esta fórmula fue creada para un contexto en específico en el que el canal no verbal y el verbal son incongruentes; es decir, que cuando hay inconsistencias entre las actitudes comunicadas verbalmente y con el cuerpo, la que predomina la interpretación humana es la corporal.

Lo que Jeff explica es que estos porcentajes nos pueden ayudar a entender al otro y nos permiten tomar nota y observar de una mejor manera qué es lo que está sucediendo.

En este sentido David Navarro, consultor en imagen y director en Imagen Excellence. Coincide y explica que lo que expresa tu cuerpo, tu rostro, tu postura, se expresa mucho antes que las palabras.

“Aunque digas que estás muy bien, si te ves sonrojado y tienes una voz que tiembla, las personas se dan cuenta que tu cuerpo expresa lo contrario. Le hemos dado más peso a las palabras, pero no es así, es más importante, cómo lo dices que lo que estás diciendo”, asegura.

La raíz del comportamiento              

Siempre una expresión corporal tiene una causa emocional, asegura el especialista en imagen. “Lo que creemos que es un mal hábito no es sólo una mala maña, sino que es una respuesta emocional que se canaliza de esa manera” explica Navarro.

Por ejemplo, no se trata sólo de morderse las uñas sólo por un mal hábito, sino porque detrás de eso hay quizá un poco de ansiedad. Ante cualquier mal hábito que se tenga, es necesario preguntarse: ¿Por qué lo hago? ¿En qué situaciones lo hago? Encontrar soluciones paliativas es posible, por ejemplo, si te muerdes las uñas y eres mujer, colocarte acrílico puede ayudarte a detener esa mala costumbre, pero no erradicará de raíz el mal hábito. Lo mejor es identificar cual es la raíz para atacar el problema desde su origen.

“Para mejorar el lenguaje corporal tenemos que estar muy despiertos a nuestras reacciones, si son positivas, fomentarlas y si no, identificar qué nos dio inseguridad”, explica Navarro. Una vez identificada la causa, hay que atacarla y hurgar dentro de nosotros para poder resolverlo y con ello cortar la mala costumbre.

Ojos

Si quieres hacerle sentir tus palabras a alguien, míralo a los ojos.

Un estudio del Darmouth College, en New Hampshire, Estados Unidos, demostró que es un poco cierto el aforismo de que “los ojos son la ventana del alma”, o al menos la ventana de nuestra mente, según explicaron los mismos científicos que lo desarrollaron.

Ellos encontraron que los ojos son una clave en nuestra supervivencia, que son estos los que realmente detectan la vida en lo que observan, es decir distinguen si es una cara viviente o un objeto inanimado.

Así, mirar a los ojos es necesario para proyectar confianza y liderazgo. Esto es, sin embargo, algo a lo que no solemos estar acostumbrados.

Sostener la mirada por unos cuantos segundos puede convertirse en una forma de hacer que los otros confíen en nosotros.

Aquí un ejercicio que te puede ayudar a practicar esto. Cuando entres a un elevador, ponte en medio –sí, nadie quiere ese lugar- y haz contacto visual con la gente que está contigo, puedes decir “buenos días” o simplemente hacer un gesto en el que muestres empatía.

“Da un contacto visual, sin miedo, no hace falta que les hagas plática, sino es suficiente con que des un saludo. Quien está tomando ese espacio está demostrando liderazgo sin imponerse”, explica David Navarro.

Con este ejercicio nos vamos a dar cuenta qué tanto hemos trabajado (y necesitamos trabajar) en nuestra confianza y en la forma de comunicarse visual y de forma corporal.

De igual manera, cuando nos presentamos con alguien es necesario hacer contacto visual. La realidad es que muy pocos están acostumbrados a hacerlo y más bien la reacción inmediata es bajar la mirada. “Lo que importa al presentarse, es dar un contacto visual de dos o tres segundos. Nunca bajes la vista cuando te estás presentando”. Asegura Navarro. Pero este contacto debe durar sólo unos segundos. Eso de que cuando conozcas a alguien entre más contacto visual mejor es un mito, explica Morgan.

“La mayoría de nosotros nos sentimos cómodos con un contacto visual que dure unos segundos, pero si persiste nos puede poner nerviosos, debido a que pensamos que algo está pasando”, asegura. Por ejemplo, un coqueteo.

¿Quieres proyectar confianza?

Muestra las manos cuando hablas. “Si estamos, por ejemplo, en una cita, donde estamos sentados y las manos están debajo de la mesa, proyectas menos confianza porque las manos son el vínculo afectivo con otras personas”, explica David. En este sentido Morgan nos dice que si bien durante un tiempo el poner las manos en la espalda fue señalado como un signo de poder, explica David. La investigación señala que la mayoría de las personas encuentran este gesto como de poca confianza. Ya que, si no pueden ver las manos, no pueden saber qué es lo que está haciendo la otra persona, por lo tanto, ésta es sospechosa.

La Vida es Mejor sonriendo

Este gesto es de suma importancia en el lenguaje corporal. Muchas personas no sonríen porque no les gustan como lucen sus dientes. Si es así, atiende el problema con un especialista, debido a que este gesto es muy potente si se habla de comunicar sin palabras. Sin embargo, no necesariamente la sonrisa se produce cuando se siente felicidad. Paul Elkman, un estudioso de los gestos del rostro, asegura que uno de los aspectos más confusos de la sonrisa es su origen. De hecho, hay muchos tipos de sonrisas e incluso algunos pueden lograr que una sonrisa falsa sea indistinguible de una sonrisa realmente sentida.

Morgan, experto en comunicación no verbal, cita en un texto para la Escuela de Negocios de Harvard, a Daniel McNeill, autor de “The Face: A Natural History: “a pesar de que los jueces tienen la misma probabilidad de encontrar culpable a quien tenía una sonrisa y a quien no, a los que sonreían les dieron penas más ligeras”. Así de importante es la sonrisa.

Morgan, al estudiar y reunir varios análisis sobre el tema, concluye que la investigación acerca de la comunicación no verbal demuestra que las personas no son muy buenas en enmascarar sus sentimientos y éstos terminan aflorando.

“Las emociones tienen una fuga de manera regular, de muchas maneras”, explica.

Clases de comunicación

  1. Persuasión:  Capacidad o habilidad para convencer a una persona que haga o crea alguna cosa, empleando argumentos o razones.
  2. Enajenación:  transmisión a otra persona el derecho sobre un bien, en este caso un derecho sobre alguna comunicación, propiedad de la primera persona.
  3. Manipulación:  el uso de la influencia psicológica sobre una persona o situación para ganar una entrada positiva. 
  4.   Censura:  acción de examinar una obra destinada al público, suprimiendo o modificando la parte que no se ajusta a determinados planteamientos políticos, morales o religiosos, para determinar si se puede o no publicar.

Comunicación pública y privada

Pública: La intención de transmitir un mensaje, o exhibir algo para todo público en general, integrada por los medios de comunicación masiva como prensa, radio, espectaculares, etc., cine, televisión, internet, murales, espectaculares, etc.

Privada: Un mensaje que se le da a una persona específica o a un grupo selecto de sujetos.

Tipos de Comunicación

La comunicación: Es la  trasmisión de mensajes de diferente índole, ya sean deseos, intenciones, conocimientos, sentimientos, experiencias y hasta la afectación del comportamiento del grupo de personas involucradas.

Comunicación directa o interpersonal: cuando existen dos o más en una comunicación,  que es la que practicamos los seres humanos, nos estamos refiriendo a la comunicación interpersonal, que es la forma más directa de relacionarse.

La comunicación se da cuando el emisor y el receptor están frente a frente, aquí también intervienen gestos y movimientos. La comunicación directa es un cambio de conducta entre el emisor y el receptor del mensaje.

Comunicación indirecta y masiva: Es aquella en la cual el emisor y el receptor están separados por el tiempo y espacio. Esta comunicación indirecta es personal porque existe una retroalimentación, en donde las dos partes aportan al proceso sus mensajes.

                        1 Hablar por teléfono             2 Enviar una comunicación impresa

                        3  Los radioaficionados          4  Chat por internet

                        5  Correo electrónico

Cuando el mensaje va más allá de nuestro entorno, puede llegar a convertir la relación humana,

 en comunicación masiva. El proceso comunicacional es el mismo, sólo que ahora se utilizan otros instrumentos tecnológicos: Periódico, TV,  Radio, Libros.

Comunicación Unilateral

Aquella en donde hay intercambio de roles entre emisor y receptor. El mensaje es la referencia o información que un emisor emite a un receptor.

En consecuencia, la comunicación unilateral es un proceso de exposición de las características de lo que queremos comunicar con una serie de argumentos válidos para que todos los receptores acepten las propuestas. Es sólo en un sentido, la información sin retorno.

Comunicación bilateral o recíproca

Se da cuando el  emisor y el receptor intercambian roles como en una conversación. Podemos definirla como el intercambio de información entre el emisor y el receptor. En este sentido la información fluye en dos direcciones, de comunicador a oyente y viceversa.

Existen otros aspectos que son importantes en la comunicación bilateral como por ejemplo, la tradición histórica o cultural que comparten emisor y receptor; la situación de los participantes en el acto comunicativo, en cuanto a sus roles sociales; el medio habitual en el que se encuentran.

Comunicación privada

La comunicación es privada cuando el mensaje está dirigido a una persona determinada o conjunto cerrado de receptores, definidos de manera evidente, y se establece entre individuos que se identifican adecuadamente.

Tiene como función culturizar, es decir, dotar de conocimientos e ideas a una persona que no las posee con la intención que desarrolle sus propias facultades intelectuales.

La transformación directa de información, diálogos, discusiones, persuasiones, etc. Se manifiesta en la comunicación privada:

  1. Una conversación entre padre e hijo
  2. Un diálogo entre sacerdote y feligrés
  3. La charla entre 2 o más amigos
  4. Diálogo entre maestro y alumno

 Comunicación pública: el mensajees dirigido a un conjunto abierto de receptores; a esta comunicación también se le conoce como colectiva o masiva y su función primordial es la de ser mediadora. En ésta  no hay cambio de papeles entre emisor y receptor, por consiguiente no se pretende que haya respuestas en el mismo proceso comunicativo. La comunicación pública incumbe a la colectividad integral, procede de un organismo institucional y el emisor es un comunicador profesional.

Comunicación Interpersonal: puede ser así por la relación que se produce entre emisor y receptor. Se le denomina interpersonal cuando tanto el emisor como el receptor son personas distintas que establecen una relación de comunicación; es decir, que los dos individuos están interactuando, dialogando. Esta es la relación primigenia y personal que nos permite la comunicación directa. Este tipo de comunicación la realizamos todas las personas la mayor parte del tiempo. Sucede cuando nos relacionamos con la gente, dialogando con uno o varios individuos, cuando conversamos en familia o amigos o pedimos orientación o asesoría a personas especializadas.

Comunicación Intrapersonal: Sucede cuando el emisor y el receptor son la misma persona; por lo tanto, es unidimensional, es decir que se realiza con uno mismo. En ella se lleva a cabo un procedimiento en el cual el ser humano se somete a la reflexión sobre sí mismo, sin salir de su entorno individual.

Si consideramos por un instante y con honestidad nuestras propias experiencias, reconoceremos que alguna vez hemos hablado a solas, como si pensáramos en voz alta, porque todos tendemos a comunicarnos con nosotros mismos en nuestro interior.

En la próxima entrega continuaremos con el tema.

*Gerardo Castillo Ceballos, Universidad de Navarra, España

** Nick Morgan,  experto en comunicación, Escuela de Negocios de Harvard.

***  Investigador y profesor emérito de la UCLA