El instituto del pueblo en Piedras Negras

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Rigoberto Losoya Reyes.

Este plantel educativo fue fundado por Samuel Guy Inman, en el año de 1908. Este personaje se distinguió como misionero de una iglesia protestante denominada “La Junta de misiones metodista episcopal del sur de los estados Unidos.  1913 fundó la institución “Mexican Christian Institute” profesor y reformador social. Originario de Trinity County (Texas), nació 24 de junio de 1877. Antes de llegar a Piedras Negras fue misionero protestante en algunos lugares de américa latina y se distinguió por fundar escuelas con enseñanza religiosa de origen protestante.  Autor de varios libros entre ellos, A History of Latin America for Schools (1945).

Inman falleció el 19 de febrero de 1965 en Nueva York. El edificio fue construido para la enseñanza con programas religiosos y en febrero de 1926, después de haber estado operando desde hace 16 años, el ayuntamiento de Piedras Negras lo clausuró por contravenir la ley de Cultos, quedando así fuera del control de señor J.A. Phillips, quien fungía como director del mismo.

El edificio fue sometido a un juicio de nacionalización a petición del ministerio público federal. El edificio había sido construido con ladrillo y constaba de dos plantas. Se localizaba en las calles de Zaragoza y Fuente. Durante su construcción, se solicitó la cooperación del gobierno y de los particulares. El plantel siguió operando bajo la supervisión oficial con la misma denominación hasta la década de 1950. 

Posteriormente se denominó “Instituto Andrés Osuna”, y llegó adquirir un gran prestigio en esta población, por la calidad de su enseñanza, en el norte del Estado, aunque no se encontraba al alcance de las familias humildes por sus colegiaturas.

En su oferta educativa se apreciaba algunas carreras comerciales, como auxiliar de contador y secundaria. En la década de 1980 se produjo una huelga por parte del personal docente llegando a los tribunales laborales. Ya jamás volvió a abrir sus puertas.

El edificio permaneció cerrado por muchos años casi en ruinas, pero afortunadamente el litigio se resolvió y el edificio del Instituto Andrés Osuna se conserva y fue restaurado.