La fortuna de tener ventura

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Rufino Rodríguez Garza.

Después de batallar con la computadora pude comprar el nuevo libro de José Flores Ventura, la aplicación es difícil pero mi hijo Iván con el conocimiento y con la tarjeta Bancomer pudo pagar y tener solo en la pantalla el libro: Hasta donde la vista alcance.

Libro lleno de vivencias y una especie de resumen de las salidas constantes al campo lo que permite conocer personas, comunidades y sitios de interés antropológico, arqueológico, paleontológico, paisajes, naturaleza, flora y fauna; tanto de ahora como de hace setenta millones de años solo se consigue por Gandhi o Amazon, pagando un módico precio que no llega a los 130 presos bien vale la pena ver a través de los ojos de Ventura la riqueza que abarca nuestro territorio, el «desierto viviente» tiene de todo, ensayos que van desde descubrimientos de paleontología así como apuntes de lo que será en el futuro otro libro de mariposas, pues le falta el norte del Estado el actual va de Torreón a Paredón y llega hasta la Sierra de la Muralla y al decir de él falta de la Muralla hasta el Río Bravo, por allá de Acuña, Piedras Negras, Nava y Guerrero.

El libro es como el autor, polifacético, porque salpica con unas anécdotas de sus recorridos, muchos de los que fui testigo, pues cuando la salud y la condición física lo permitía salíamos en su carro o en la camioneta de quien suscribe, cada fin de semana. La ruta la decidíamos entre semana o al estar ya trepados en el vehículo cargados con el impedimento para llegar a lugares alejados de Saltillo, en busca de sitios de todo tipo como en Unión y Progreso, o a la Jococa, uno en Cuatro Ciénegas y el otro en San Pedro. Ventura se quedó corto, pues posee material para otros textos como el que aquí comentamos. Ventura, aunque no lo dice en su mini currículum, es un excelente fotógrafo y pudo incluir más material gráfico qué nos acerque a sus experiencias, y para meternos en sus observaciones.

En el divisadero pudo retratar una hermosa venada, otro caminando al pie de la Sierra; cuando saltó un venado que Ventura pudo retratar pues llevaba la cámara en ristre; otra serían las tortugas tanto de agua terrestres o grabadas en las rocas, como las de Ojo Grío en Ramos Arizpe. Aventuras con Ventura donde se nos descompuso la camioneta y encontramos (San Rafael de los Milagros) un mecánico ambulante de los que arreglan, no de los que solo cambien piezas descompuestas por las nuevas, este mecánico con carbones de viejas baterías e hilos de costura se da habilidades para rehacer la pieza y sacar a uno sacar a uno del atolladero. Ventura, lo repito, es producto del esfuerzo, pues siendo de una familia muy humilde pudo lograr una carrera técnica, después una licenciatura (ingeniería industrial), pero también biólogo, paleontólogo, arqueólogo y naturista en general que le ha permitido conocer a investigadores temáticos de Canadá, Estados Unidos, Sudamérica, la UNAM, como Vega Vera, los cuales lo consultan o le piden que les lleve a sitios de su interés particular.

Más de un fósil lleva su nombre, pues él los ha descubierto.

Otra faceta poco conocida de Ventura es su amor a la música, desde la música popular hasta la clásica, pasando por la ópera y el gusto por escribir poesía.

Otras anécdotas que contará en otra obra será cuando se nos han ponchado algunas llantas o cuando en Unión y Progreso nos ofrecieron un guisado muy rico, picoso acompañado con un té de salvia y al final la señora Hernández nos contó que el preparado era víbora de cascabel.

O aquella vez qué nos agarró una tormenta y que no podíamos salir porque crecieron Los Arroyos y tuvimos que pedir que pasarán por nosotros y «estirar» mi camioneta y poder salir de aquel atolladero.

«Hasta dónde llega la vista»… recuerdos de recorridos

 $129 en Gandhi o Amazon Google Books y Barnes & Noble. 

Un libro de Quintanilla Ediciones.