El buen fin, una buena idea desvirtuada

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José Guadalupe Robledo Guerrero.

Siempre que se acerca El Buen Fin, en los medios de comunicación se recuerda que fue un saltillense quien propuso ese evento comercial de relieve nacional, Jorge Dávila Flores, exitoso empresario e integrante de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio (Concanaco), en la cual ocupó diversos cargos directivos, entre ellos Secretario General, Tesorero y Presidente.

Como Presidente nacional de la Concanaco, Jorge Dávila instauró en 2011 El Buen Fin que se realiza antes del “Viernes Negro” estadounidense, y al ofrecer descuentos, los comerciantes mexicanos incrementan sus ventas y de paso benefician a los compradores. Esta excelente idea promueve el comercio interno en favor de la economía Nacional.

Jorge Dávila Flores, empresario saltillense creador del «Buen Fin»

Jorge Dávila logró que en este evento comercial se involucrara el gobierno federal, las tiendas comerciales, el Consejo Coordinador Empresarial, los bancos, las Cámaras patronales, industriales, de Comercio y de Radio y Televisión. El Buen Fin comenzó con buenos augurios y altos estándares de aceptación, y hasta se logró que algunas veces se adelantara el aguinaldo y prestaciones laborales, para que El Buen Fin tuviera el mayor éxito posible, pero nunca falta un prietito en el arroz.

Con el tiempo, la buena idea de Jorge Dávila se fue desvirtuando, principalmente por aquellos comerciantes simuladores, que aprovechando las expectativas despertadas, aumentan los precios, para que con los descuentos queden en su precio normal; además de exigir que los pagos sean en efectivo o se utilicen las tarjetas de las tiendas para hacer valer los descuentos.

Este año, aprovechando la inflación, esos malos comerciantes han aumentado los precios en artículos de uso común y necesario hasta en tres veces su valor con respecto al año anterior. Un botón de muestra son los calentadores eléctricos. Y esto no solo sucede en los comercios donde compran los sectores modestos, sino también en donde adquieren sus bienes los compradores pudientes.

Por eso es menester, que para que El Buen Fin, además de tener éxito, ayude -en estos tiempos inflacionarios- a la economía familiar, los comerciantes dejen de escamotear los descuentos y eviten simular con la reetiquetación los beneficios del evento comercial, que Jorge Dávila ideó para dinamizar la economía nacional.

Política aldeana

Además de las críticas que se le han hecho al Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, de ser un incondicional del Presidente López Obrador y una vergüenza para la justicia mexicana, también hay que señalar que se le acusa de plagiar dos libros para acceder al nivel 3 del Sistema Nacional de Investigadores, y la persecución legal en contra de la familia de su hermano fallecido, que según se dice tiene que ver con un depósito de 8 millones de dólares en un paraíso fiscal a nombre de su hermano y que se supone son de él. Estas cuestiones no han sido aclaradas, pero rondan en la mente de los mexicanos.

Preguntas huérfanas

¿Por qué a Manuel Bartlett se le olvidó decir que cuando se le “cayó el sistema” en 1988 era Secretario de Gobernación, que el presidente no era Carlos Salinas sino Miguel de la Madrid, y que él fue precandidato a la Presidencia de la República?

¿Por qué Bartlett no dijo que en el gobierno de Salinas de Gortari fue Secretario de Educación Pública y Gobernador de Puebla como pago a sus servicios?