Siguen asesinado periodistas en México en completa impunidad

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Jesús M. Moreno Mejía

“La justicia es una virtud y la
injusticia es vicio del alma”.
Sócrates.

           Los asesinatos de comunicadores van en aumento y lo peor es que, en casi todos los casos, ocurren en completa impunidad pues si acaso capturan al asesino material, pero nunca el autor intelectual del crimen en cada caso.

            Hasta el momento de redactar esta colaboración, durante enero de este año, han ocurrido cuatro atentados en contra de colegas periodistas en diferentes lugares de México, tres de ellos de consecuencia fatal y otro que logró escapar de los disparos que se hicieron en su contra.

            El 10 de enero fue muerto José Luis Gamboa Arenas, en Veracruz; era director del diario “Inforegio”. De sus perpetradores nada se sabe, pero se sabe fue levantado con vida, tras de haber sido herido, falleciendo como un desconocido e identificado 4 días después por familiares.

            El 17 de enero en Tijuana, Baja California, por su parte, fue acribillado a balazos frente a su domicilio, el fotoperiodista Margarito Martínez, quien días antes había dado a conocer que recibió un mensaje, que luego difundió en redes sociales, donde se le advertía: “Mis carros no me los vuelvas a exhibir”.

            El domingo 23 de enero, también en la ciudad de Tijuana, y frente a su casa, fue ultimada de un balazo en la cabeza, Lourdes Maldonado, periodista que ya había denunciado haber sido amenazada de muerte en una de las reuniones matutinas de comunicadores con el presidente Andrés Manuel López Obrador, mejor conocidas como “La Mañanera”. Al ser enterado éste del homicidio de Lourdes, ordenó se realizará una investigación a fondo del crimen.

            Del año 2000 a la fecha han ocurrido 148 asesinatos de colegas en el país, de los cuales 136 eran del sexo masculino y 12 del femenino. Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto ocurrieron 47 homicidios de periodistas y 28 en lo que va del mandato de AMLO.

México ocupa el primer lugar mundial de comunicadores asesinados impunemente, y de acuerdo a cifras de la organización no gubernamental denominada “Articulo 19”, ellos tienen registradas 362 agresiones a comunicadores.

            Dado lo anterior, el martes 25 de enero de este año, se realizaron 28 manifestaciones silenciosas de representantes de los diferentes medios de comunicación en diferentes partes de nuestra nación para exigir a las autoridades gubernamentales una efectiva protección a los compañeros del gremio y se esclarezcan a fondo los crímenes cometidos, dada la impunidad de la casi totalidad de los casos.

            Con cartulinas con frases alusivas: “No más periodistas asesinados”, “¡¡Justicia!! Ni silencio, ni olvido”, “No se calla la verdad con balas”, “Ya basta de balas”, “No se mata la verdad”, “¿Quién sigue?”, etc. Y al ser entrevistados alguno de los manifestados, se emitieron en términos más o menos los siguientes:

“Vemos con coraje e indignación los crímenes de colegas, que siguen en total impunidad”, “Matar periodistas en México equivale a matar un perro callejero, pues no se ejerce justicia contra sus perpetradores”, “Nunca se sabe que las autoridades judiciales lleven a cabo una investigación efectiva que lleve al esclarecimiento de nuestros compañeros asesinados”.

            El miércoles 26 (un día después de las manifestaciones) en Oaxaca, el colega periodista, José Ignacio Santiago Martínez, quien a bordo de un auto con agentes que lo custodiaban, fueron emparejados por un vehículo con individuos armados, pero fue esquivado por el conductor, y al perseguirlos les dispararon sin éxito, logrando escapar de aquellos.

            Existe un mal llamado “Mecanismo de Protección para Periodistas”, que la más de las veces no funciona por un motivo o por otro, llegándose a afirmar que los sicarios entran en componendas con los guardias de seguridad, para en algún momento llevar a cabo su propósito, pues esto último (el crimen) ha llegado a ocurrir.

            Quedan en el aire una serie de preguntas: ¿Los sicarios pertenecen al crimen organizado, contratados por particulares y/o gobernantes? ¿Gozan los criminales con protección de las autoridades? ¿Hasta cuándo se garantizará la seguridad de los comunicadores en México?

            Nadie puede dar una respuesta satisfactoria a dicho cuestionamiento, pues una espesa nube de miedo cubre a la sociedad, incluyendo a quienes tienen a su cargo la gobernanza en cualquiera de los estratos de nuestra sociedad.

¡Hasta la próxima!