Treinta años amándonos

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Oliverio Ascascius.

Cada vez que te veo
es como si fuera
la primera vez que te viera.
Cada vez que te hablo
es como si no lo hubiera
hecho antes jamás.
La emoción me embarga,
el corazón palpita,
y los sueños se estremecen
como niños sorprendidos.
Cada vez que te beso
es como si fuera la primera vez
que nos besamos.
Después de treinta años de amarnos
y aún nos emocionamos,
aún nos derretimos,
aún nos sentimos el uno en el otro
como si estuviésemos hechos
de la misma sustancia,
del mismo corazón…