La verdad traicionada de la línea 12 del metro

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Carlos Padilla Muñoz.

HACE un año, el 3 de mayo, la Ciudad de México se cimbró con la noticia de la tragedia de la Línea 12 del Metro. Dos vagones se vinieron a tierra al colapsar las vías por donde transitaron por años, el saldo oficial fue de 26 muertos y un centenar heridos, aparte de pérdidas millonarias.

Después de atender a las víctimas, que entre paréntesis no han sido indemnizadas como marca la ley, vinieron las investigaciones para tratar de conocer las causas reales de esta tragedia que desde un principio olió a corrupción, irresponsabilidad e impunidad. Lo más grave de esto es que se pudo haber evitado, no solo hubo errores humanos de operación, también corresponsabilidad de las autoridades de primer nivel como son los jefes de Gobierno de la Ciudad de México en tres sexenios.

Claudia Sheinbaum

Lo malo, es que las investigaciones se empezaron a enderezar hacia los jefes Marcelo Ebrard, Miguel Ángel Mancera y Claudia Sheinbaum, dos de ellos con aspiraciones presidenciales.

Finalmente se otorgó el peritaje a la empresa extranjera Det Norske Veritas (DNV), contratada por las autoridades de la Ciudad de México, de quien depende la operatividad del Servicio de Transporte Metro, que funciona desde los 60, y si bien había tenido problemas y accidentes, nunca uno de esta magnitud.

En principio, Claudia Sheinbaum no solo aprobó los trabajos de la empresa DNV, sino que los aplaudió, incluso hizo gala diciendo que se trata de una de las mejores empresas del mundo para hacer estos trabajos.

La tragedia de la Línea 12 no fue obra de la casualidad, ni por voluntad divina, fue obra del error humano desde su construcción, donde fueron detectadas omisiones, deficiencias y actos de corrupción. El peritaje arrojó resultados de trabajos de soldadura deficientes, utilización de materiales indebidos y colocación de pernos en la trabe en forma incorrecta, lo que arrojó que la estructura cediera con el tiempo y la vibración.

El problema es que los trabajos de peritaje dieron un viraje y anunciaron responsabilidad del actual Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, porque durante su administración se construyó la línea 12 del Metro, con las deficiencias ya descritas con los peritajes.

También se habla de corresponsabilidad de la actual Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, quien omitió darle mantenimiento a la obra, a pesar de los reportes de Trabajadores del Sindicato del Metro, lo que provocó la tragedia. También hay responsabilidad del ex jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, por falta de mantenimiento a la línea 12 del Metro.

El año pasado se filtró a la prensa el informe de la empresa DNV, sobre la tragedia a propósito. La empresa noruega con 160 años de experiencia, manifestó que ellos no filtraron este documento, que salió de la oficina de la Jefa de Gobierno Sheinbaum.

Aparte del escándalo, las acciones de la empresa Carso, propiedad de Carlos Slim y constructora de la línea 12 perdieron más de 3 mil millones. Aquí vino lo grave, la Jefa de Gobierno reprobó la parte final del informe, porque los involucraba a los últimos tres jefes de la Ciudad de México, dos de ellos con aspiraciones presidenciales para suceder a Andrés Manuel López Obrador en la Presidencia de la Republica, cuyas aspiraciones son apoyadas por el mismo ejecutivo federal.

Con estas informaciones, podrían verse perjudicadas las aspiraciones presidenciales, por lo que Sheinbaum decidió desconocer el informe de la empresa DNV, no pagará el costo del trabajo ya terminado y se abrirá una demanda en su contra.

Esto habla de la intolerancia de los funcionarios de la Cuarta Transformación, que seguramente fortalecerá la impunidad y los responsables de primer nivel quedarán al margen del castigo que habla la ley.

Una vez más queda al descubierto la descomposición del sistema político y se reconoce que no solo son iguales a los del Prian, son peores, dentro de este autoritarismo en un gobierno que se dice limpio y democrático, pero que refleja los olores nauseabundos de la podredumbre del sistema político actual.

Si no invitan a mis amigos, no voy

La afirmación del presidente López Obrador a la invitación del gobierno de Estados Unidos para asistir a la Reunión de la Cumbre en Los Ángeles, California: si no invitan a los dirigentes de Cuba, Venezuela y Nicaragua, no iré, mandaré a Marcelo Ebrard.

Esto nos recuerda aquel, “Comes y Te vas”, que le espetó el entonces presidente Vicente Fox al presidente de Cuba, Fidel Castro, para evitar que se enfrentara en una reunión con el Presidente de Estados Unidos, George W. Bush.

El colmo del ejecutivo mexicano, fueron sus declaraciones de que intervendrá ante Estados Unidos para levantar el bloqueo que ese país mantiene a Cuba desde los 60.