El problema madre de la humanidad

0
347

José Guadalupe Robledo Guerrero.

El economista británico Thomas Robert Malthus (1766-1834), afirmó en 1798 que mientras la población humana crece en progresión geométrica, la capacidad de utilizar los recursos del planeta crece mucho más lentamente, al ritmo de una progresión aritmética. Por tal motivo, según Malthus, la Tierra, como todo ecosistema, tiene un limité de carga, es decir, un número máximo de individuos a los que puede alimentar de forma estable. Debido a ello, se agotarían los recursos del planeta hasta llegar a un colapso sin precedentes.

Esta teoría fue calificada de pesimista por otros economistas como Carlos Marx y David Ricardo, quienes le reprocharon que no tomaba en cuenta la distribución correcta de los recursos y la capacidad de la ciencia y la tecnología para aumentar la producción de nuevos recursos, pero tampoco ellos contaron con la apropiación de esos recursos por grandes empresas, para comerciar con ellos y obtener ganancias, sin considerar las enormes necesidades del aumento poblacional.

Thomas Robert Malthus (1766-1834)

Esta discusión, que se dio a la mitad del siglo XIX, vuelve a ser actual en el mundo, debido a la explosión demográfica que ha sufrido el planeta en los últimos 150 años, lo que ha generado hambrunas, conflictos y muerte.

En 1850, la población mundial fue de 1,260 millones de personas; en 1950 aumentó la población a 2,520 millones de individuos; en 2000 la población llegó a 6,060 millones y para 2022 se pronostica que la población mundial llegará a 8,000 millones de humanos.

Estas cifras son terribles para la subsistencia humana, más aún si consideramos las catástrofes que ya se avecinan con el cambio climático, originado por la devastación del medio ambiente, por la deforestación de la superficie del planeta, por la falta de agua suficiente para la vida y por el uso indiscriminado de los materiales fósiles como el petróleo, y otras acciones humanas en contra del mundo que nos sustenta.

Sin embargo, y pese a la realidad, los científicos han dejado de hablar de la necesidad de poner freno o límites a la acelerada explosión demográfica que a la vez provoca la destrucción del planeta, seguramente porque es políticamente incorrecto abordar este tema por la restricción que supone al derecho de “crecer y multiplicarnos”, sin tener en cuenta que de ello no solo depende la vida en el planeta, sino la viabilidad de las nuevas generaciones.

El mundo actual se encuentra en una encrucijada: o se hace algo por limitar el crecimiento geométrico de la humanidad, o se encuentra una forma de enfrentar y satisfacer las necesidades de la población mundial; de lo contrario, el futuro de la humanidad es funesto, lleno de revueltas, invasiones, guerras, migraciones, muerte y desolación.

Para 2022 se pronostica que la población mundial llegará a 8,000 millones de humanos.

Ya desde ahora se anuncia, que más temprano que tarde, la humanidad se verá involucrada en guerras por el agua, por alimentos, en donde las ideologías sociales y políticas, y las aspiraciones de libertad, democracia y progreso, serán cuestiones utópicas ante las necesidades de subsistencia, pero la humanidad parece estar incapacitada a comprender que la vida en el planeta depende de lo que hagamos hoy, para sobrevivir mañana.

Política aldeana

Cada vez es más preocupante la actitud gobernante del presidente López Obrador, sobre todo en relación con la transparencia en el uso de los recursos públicos. Sobre el particular hay muchos ejemplos. El último, fue la noticia de que se habían canalizado adicionalmente 2,500 millones de pesos para la refinería de Dos Bocas, AMLO respondió que esa cantidad de más se debió a que no se consideró el IVA en el plan original. El caso del tren Maya es semejante, a principio del sexenio se dijo que costaría 120,000 millones de pesos, pero ahora resulta que costará 299,367 millones. Lo mismo sucedió con el AIFA, su costo hasta ahora fue de 115,000 millones de pesos en lugar de los 75,000 que se habían presupuestado. De ninguno de estos emblemáticos proyectos presidenciales se ha rendido cuenta, porque fueron reservados como de seguridad nacional, pero hasta ahora dos de ellos no están funcionando como se esperaba, por ese camino va el Tren Maya.

Preguntas huérfanas

¿Qué destino tendrían los 80 millones de vacunas para el Covid-19 que no se aplicaron?

¿Por qué los migrantes centro y sudamericanos no muestran sus violentas actitudes en sus países como lo hacen en México?

¿Será cierto que Ricardo Monreal ya se les adelantó a las demás corcholatas al autodefinirse como el precandidato presidencial para la reconciliación nacional?