LEON FELIPE (4)

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Lic. Simón Álvarez Franco.

¿Dónde está Dios?
“Oh, quien me diese el saber dónde poder hallarlo.”
Dios está en todas partes… en el aire, en el agua y en la tierra…
pero, hoy nadie lo encuentra
ni el detective… ni el sabueso… ¡ni el Poeta!
¡Ni el Poeta!… El poeta sabe solamente dónde no está
Sabe por ejemplo que NO está en Europa… Ni en Norteamérica…
… ni aquí en México, claro está… ¿En España?
Cuando Franco, con su gran compañía de cardenales y banqueros. . . se atrevió a decir que la Guerra de España era una “Cruzada Religiosa”

Y que Dios estaba con ellos. . . todos los poetas españoles nos pusimos
En guardia, fue cuando en el mundo se presentó la gran bufonada teológica,
repartieron a Dios, como se habían repartido la ambición, la trilita y las plumas estilográficas para escribir las leyes y el decálogo del Mundo Venidero: Chamberlain tenía un Dios para que le abriese el paraguas.

Churchill otro, para que le encendiese el cigarro… Hitler, el suyo,
para que le recortase el bigotito. El de Mussolini le pulía la cabezota, pelada, aquel cráneo grotesco y brillante, como si fuera ya un mármol clásico glorificado para la Historia…
Aquí, arriba, en este continente, los yanquis levantaron más alto que la costumbre su mejor slogan inglés: God´s Country. Pero ya sabemos quién es este Dios: Una divinidad antiséptica y esterilizada que no se propaga… Una especie de Malaria muerta… (a todos los mexicanos les trajo el arzobispo Martínez un Dios blando,) cómodo, tolerante, con las mangas de la túnica muy modernas y muy anchas… para poder bendecir todo… Todo: La casa de los nuevos ricos… la de los mismos mercaderes tramposos que sobornarían a Caifás. Se puso de moda Dios… Y todos los espías, todos los traficantes de pólvora… Todos los canallas del mundo llevaban a Dios en el bolsillo, lo mismo que un negro supersticioso o un camionero de Peralvillo… lleva la pata protectora de un conejo.

Todos tenemos un Dios… Todos:
La cobardía… y la injusticia
El escarnio… y la ignominia…
¡El Crimen!… Las balas y la Sombra…

¡La Sombra!

Sólo los españoles del Éxodo y del Viento, sin tribu, sin obispo
Y sin espada, destinados y malditos, no teníamos Dios.
Pero… Dios es la Luz… y las tinieblas… el pecado,
Y tal como está el mundo, en esta hora de la Historia… ¿qué fariseo
Se atreve a decir: La Luz es mía… y vosotros sois las Tinieblas?
Está escrito en el Génesis, y luego San Juan, en el 4° Evangelio, lo volverá a repetir: La Luz resplandecerá en las Tinieblas… y las Tinieblas no se la apropiarán.
Sin embargo, todo nos lleva a pensar que hoy, las Tinieblas se han apropiado de la Luz…
Nadie ve nada… ¿qué veis vosotros?
Las esquinas… todas las esquinas del Mundo, están rotas por los cacharros de los ciegos.
Y nadie nos ve… Polvo es el aire, polvo de carbón apagado.
Rompe ya tus señales y rasga tus banderas, marinero, ¿A quién guiña aquél faro presumido?, le tumbará el mar y quedará allí apagado como una colilla, pisoteado por el desprecio y la saliva de las olas… ¡Polvo es el aire!, ¡Polvo de carbón apagado… Y nadie nos llama ni nos guía… Allá en el cielo apagado de la noche… ni una voz, ni una estrella. . .

¿Qué es aquello… Sí aquello… aquello que ondea allá lejos, en Madrid, sobre la torre de palacio?… Es la bandera roja y gualda de España… o es la camisa ensangrentada y purulenta del caudillo?

Yo lo pregunto, lo pregunto solamente porque yo no veo bien… ¿Véis vosotros mejor?… Nadie ve nada.

¡Eh! Tú boticario, buen boticario… véndenos un pomo de colirio para ungir nuestros ojos nublados y legañosos.

¡Eh! Boticario buen boticario, véndeme a mí una onza de almizcle para perfumar mi imaginación… Dios no es de nadie… sino de quien lo gane… Y la Luz de quien la pague mejor… Todo se paga con sangre… y con el sudor de la sangre. . . con llanto. . . y se gana la <luz como se gana el pan. Y yo digo ahora aquí que nadie ha dado su sangre por Dios, por la Luz, en esta hora terrible y oscura de la Historia, con más heroísmo y generosidad que el Español del Éxodo y el Viento, desde ahora 10 años.

No he venido a escandalizar a nadie ni a disputar siquiera sobre un viejo pleito que damos ya por terminado. Yo también. Políticamente zanjado. . . A mí ya como español, no me mueve ni Franco, ni la República ni la dinastía borbónica, ni la corona de un rey. Estoy aquí esta noche para defender a un español desconocido que anda por el mundo y que no es político ni guerrero, ni diplomático. Es un ser invisible e invulnerable, misterioso y espiritual, múltiple y personal que se mueve en una dimensión poética donde todo ocurre de otra manera y bajo otras leyes que las ordinarias. Sin embargo, él es el que hace la Historia. Ya le conocéis. Ya os lo he presentado, sabéis cómo se llama… y ya os he contado algunas de sus hazañas. En realidad, este Español del Éxodo y el Viento… es el alma poética de España.

Vino aquí en la galera de Rubén Darío… y va hoy en la misma galera todavía. . . ¿hacia dónde?. . . ¿hacia la Luz?,. . .¿hacia el reino de la poesía?. . .¿hacia qué Patria?. . .le gusta decir:

Mi Patria está donde se encuentre aquel pájaro luminoso que vivió hace ya tiempo en mi heredad. Cuando yo nací, ya no le oí cantar en mi huerto. Y me fui en su busca, solo y callado por el mundo. Donde vuelva a encontrarle, encontraré mi casa, porque allí estará Dios.

Un día, con este pájaro había vuelto a España y me entré por mi huerto nativo otra vez. Allí estaba de verdad, pero voló de nuevo. Y me quedé solo otra vez y callado en el mundo, mirando a todas partes y aplicando el oído. Luego empecé a gritar. . . a cantar. . . Y mi grito, y mi verso no ha sido más que una llamada otra vez. . .

Otra vez un señuelo para dar con esta ave huidiza que me ha de decir dónde he de plantar la primera piedra de mi patria perdida.

Este espíritu poético de España –errabundo—y sin patria, este ser invisible del Éxodo y del Viento, ya he dicho que navegó con Colón y con Cortés, vino después a América en las galeras de la Colonia y más tarde con los gachupines y los refugiados. . .Antes había navegado ya por otros mares. Los marineros que encontraron a Jonás en la bodega de aquel barco que caminaba para Tarsis, porque el profeta perezoso y remolón no quería ir a predicar a Nínive, son los mismos que se encuentran después con el Jonás español, y le arrojan también, lleno de supersticiones, hasta el vientre profundo y oscuro de la ballena.

A veces es un espíritu burlesco. . . que cuando los canónigos aletargados, después de comer se duermen y roncan en los oficios de la Catedral. . . les roba el Salmo. . . y se va por los caminos pedregosos del mundo, cantándolo a su manera.

A Franco le ha despreciado. Le ha dicho: tuya es la espada. . . pero la canción es mía. . . Y la canción, no la espada, es la que ha compuesto la Gran Historia, la Historia desnuda y sonora de España. . .sin números, sin nombres…y sin paños.

Este espíritu es el que ha hecho el romancero. Y el Romancero no es la Historia cómo fue, sino como debió ser, o como será en una proyección extra lejana y trascendente de los hechos.

La Historia ordinaria y doméstica que hacen los generales iscariotes, los políticos ambiciosos y los revolucionarios impacientes y epilépticos, la escriben los hombres: el cronista del Rey, el historiador y el erudito. . . pero, la historia poética la escribe el Viento, y el Viento es el que habla por intermedio de los poetas y de los profetas, cuya voz, a su vez, es la voz comunal y tradicional de la Tierra, del pueblo que no solamente corrige la Historia secular y cronológica de los escribas, sino la epopeya también . . . y convierte el mito en realidad.

Al Rey Don Rodrigo que vende a España por el amor de la cava, doncella hermosísima, y que la Historia no sabe qué fue d él, cuando los árabes entraron en la península, el Viento, el espíritu del pueblo, lo salva en un romance, castigándole, es verdad, por do más pecado había”. . . pero luego le abre la puerta de los cielos. Fue Don Rodrigo un rey excesivamente amoroso, vicioso del amor, pero, en el Viento poético de España, en el espíritu del pueblo español, encuentran siempre misericordia estos pecados de amor, aunque hayan pagado con un reino.

El episodio del leproso no está en la historia ni en el poema épico del Cid. . . pero como era un accidente que debía afrontar el héroe, porque el pueblo era capaz de afrontarlo también, como un signo de alta caridad cristiana en la historia poética de España y que construye el Viento, el Cid se quita el guantelete para estrechar la mano del leproso.

Lo que hace el héroe, es lo que tiene que hacer
el pueblo a quien personifica. . . y lo que dice
el Viento por la boca del Poeta, es una consigna
para los que militan en el Ejército
que dirige el Destino, que es el Gran Capitán
de la humanidad poética y luminosa.

El episodio de la quema de las naves por Cortés en Veracruz no es históricamente exacto, pero poéticamente es la hazaña más gloriosa del conquistador, y dá un gusto cómico y ecuménico de gran aventura sin retorno a toda la epopeya española en América.

Luego, cuando llegue el primero y el último barco de refugiados en 1940, también a las playas de Veracruz, el Viento poético será el que grite estas palabras por si alguno piensa en volverse: Hay que quemar las petacas y los baules porque nosotros vinimos aquí empujados por la brisa poética del Destino y volveremos a la Patria futura, como el hijo del espíritu, como aquel tercer hijo pródigo, después de dar la vuelta al mundo, siguiendo el camino del Sol, para entrar en la casa paterna, no por el postigo del huerto, sino por la escalera principal.

Poetas de Torreón: para vosotros que conocéis el misterioso mecanismo de la Poesía van tas palabras que siguen y en las que yo voy a terminar mi discurso. . . “Vosotros sabéis porqué se escriben ciertos poemas a la hora de la muerte. . . y quien manda que los escribamos.

Yo escribí este que voy a decir el 19 de marzo de 1938, cuando los aviones italianos y franquistas, bendecidos por el Papa bombardeaban Barcelona, con la simpatía y el alborozo de la gran prensa universal que gritaba desde la barrera: que mueran esas ratas. . . Es la fecha de la muerte de España de la Sangre, que yo presencié. . . . los grandes mercaderes de la tierra, los políticos y los eclesiásticos, fueron cómplices criminales. . . está el mundo aún sin justicia y sin Paz.

España tenía que morir. . . y morir como Cristo. Estaba escrito. España tenía que ser el Cristo. . . . el Cristo Colectivo. Tenía que morir como el redentor. . . Dar su sangre en la península y rendir su espíritu en América.

Esta idea era ya vieja entre nosotros. La venían acariciando algunos poetas. Don Miguel de Unamuno, allá por el año ’30 la expresa con palabras conmovedoras que siento no tener a la mano. Por el mismo tiempo Picasso pinta un cuadro que se llama “crucifixión”, en el que España aparece crucificada, con muchas de las circunstancias que la llevaron a la muerte, unos años más tarde. Luego en el “Guernica”, donde hay un miliciano muerto y con los brazos en cruz, vuelve sobre el mismo tema. Yo, en este poema, no hago más que recoger el hecho, decir lo que vi, dar testimonio de lo que presencié, de lo que otros, que hablaron antes habían ya profetizado. . . Juan Larrea, unos años más tarde, ya en el destierro, junta los tres documentos: las palabras de Unamuno, los cuadros de Picasso y este poema que voy a decir, en un ensayo que se llama “La Luz Iluminada”, donde se aclaran algunos puntos de Rendición del Espíritu.

Son documentos poéticos que invitan a la exégesis y a la meditación. Porque ni el Poeta escribe sus poemas, ni el pintor pinta sus cuadros por mandatos políticos ni por propaganda de partido ni por simpatía siquiera hacia el temor patético y sagrado. El poeta y el Pintor son los más sorprendidos a la postre. .

También el que trabaja es . . . el Viento. . . y en una dimensión extrahistórica donde el hombre actual no sabe moverse todavía. Así comienzan los mitos y los milagros. . . El Viento habla el primero. España venía muriendo desde hace mucho tiempo, pero su calvario, lo presenciamos nosotros, los españoles del Éxodo y del Viento.

Diré cómo murió (aquí empieza el poema):

Un día que está escrito en el calendario de las grandes ignominias. España, antes de morir, habló de esta manera:

Mercaderes. . . ingleses. . . hombres del Vaticano y del Capitolio:
Yo España. . . ya no soy nadie aquí.
En este mundo vuestro, yo no soy nadie. Ya losé.
Entre vosotros, aquí en vuestro mercado, yo no soy nadie ya.
*Un día me robasteis el airón
Y ahora me habéis escondido la espada.
*Entre vosotros, aquí en nuestra asamblea, yo no soy nadie ya.
*Yo no soy la virtud, es verdad.
Mis manos están rojas de carne fratricida
Y en mi historia hay pasajes tenebrosos.
*Pero el mundo es un túnel sin estrella. . .
Y vosotros sois sólo, vendedores de sombras.
El mundo era sencillo y transparente y ahora no es más que sombras. . .
Sombras . . . sombras un mercado de sombras. . . una Bolsa de Sombras. . .
Aquí. . . en esta feria de tinieblas, yo no soy la mañana. . .
Pero sí sé, y esta es mi creencia y mi orgullo, un eterno cascabel y su penacho.
Sé que el firmamento está lleno de Luz. . .
De Luz. . . de Luz. . . que es un mercado de Luz. . .
Que es una feria de Luz. . .
Que la Luz se cotiza con sangre. . .
Y lanzo esta oferta a las estrellas:
Por una gota de Luz. . . . toda la sangre de España
La del niño. . .la del hermano. . .
La del padre. . . la de la virgen. . .
La del criminal y la del juez. . . la del Poeta
La del pueblo y la del presidente
¿De qué os asustáis?
Por qué hacéis esas muecas, vendedores de sombras?
¿quién grita. . .? ¿quién protesta?. . . Quién ha dicho:
Oh, no. . . eso es un mal negocio.
Aquí. . . en este otro gran mercado. . . en esta otra Gran Bolsa de signos y deliquios estelares, por torrentes históricos de sangre,
Sólo existe un negocio. . . sólo una transacción y una moneda: ¡la sangre!
A mí no me asusta la sangre que se viert.
Hay una flor en el Mundo que sólo puede crecer
Si se riega con sangre.
La sangre del hombre está no sólo hecha para mover su corazón
Si no para llenar los ríos de la Tierra, las venas de la Tierra.
Y mover el corazón del Mundo.
Mercaderes. . . . Oíd este pregón:
El destino del hombre está en subasta.
Miradle aquí, colgado de los cielos, aguardando una oferta.
¿Cuánto. . . mercaderes. . . cuánto por el destino del Hombre?
Silencio. Ni una voz, ni un signo. Todo el Mundo se calla,
Y España, sólo España dio un paso hacia adelante para decir:
Aquí estoy yo otra vez. . . Aquí sola. . . Sola y en cruz. . .
España.Cristo. . .
Con la lanza cainita clavada en un costado.
Sola y desnuda . . .
Jugándose mi túnica dos soldados extraños y vesánicos;
Sola y desamparada.
Mirad cómo se lava las manos el Pretor.
Y sola, sí, sola. . .
Sola sobre este yermo que ahora riega mi sangre. . . .
Sola sobre esta tierra española y planetaria;
Sola sobre mi estepa y mi agonía;
Sola sobre mi calvero y mi calvario;
Sola sobre mi historia de viento, de arena y de locura. . . .
Y sola bajo los dioses y los astros. . .
Levanto hasta los cielos esta oferta:
Estrellas. . . vosotros soís la luz. . .
La Tierra. . . una cueva tenebrosa sin límites. . .
Y yo tan sólo sangre.
Sangre . . . sangre. . .sangre.
España no tiene otra moneda:
Toda la sangre de España
Por una gota de Luz.
No hay España. . . Ya no hay más que Hispanidad. . .
Muerto Cristo después de la crucifixión ya no hubo más que “Cristiandad”.
Y ahora, vamos a definir la Hispanidad. . . la hispanidad poética, la hispanidad del Viento que es otra cosa que esa Hispanidad imperial que quieren resucitar los franquistas.
Hispanidad. . . . tendrás tu reino.
Pero tu reino no será de este mundo. . .será un reino sin espadas ni banderas, será un reino sin cetro.
No se erguirá en la Tierra nunca. . . . será un anhelo. . . sin raíces. . . ni piedras. . . un anhelo
Que vivirá en la Historia, sin historia. . . ¡sólo como un ejemplo!
Cuando se muera España para siempre quedará un ademán en la luz y en el aire. . . un gesto. . .
Hispanidad será aquél gesto vencido, apasionado y loco del hidalgo manchego.
Sobre él los hombres levantarán mañana el mito quijotesco. . .
Y hablará de hispanidad la historia, cuando todos los españoles se hayan muerto.
Para crear la hispanidad hay que morirse, porque sobra el cuerpo.
Murió el héroe y morirá su pueblo,
Murió el Cristo y morirá la tribu…toda
Que el Cristo redentor será ahora un grupo entero
De hombres crucificados, que al Tercer Día han de resucitar de entre los muertos: Hispanidad, será este espíritu, este Viento que saldrá de la Sangre y la Tumba de España para escribir un Evangelio nuevo.
España no es más que verbo y espíritu cristiano en el Viento. . ¿Os parece poco?

Dejad que vaya y vogue la galera
entre la tempestad sobre la ola. . .
va en rumbo a una atlántida española
en donde el porvenir calla y espera
No se apague el rencor ni el odio muera
ante el pendón que el bárbaro enarbola
Si un día la Justicia estuvo sola
La rutina, la humanidad entera.
Que vogue entre las olas espumantes
Y siga la galera que yá he visto
Como son las tormentas de inconstantes
Las velas al Destino. . . el Viento listo
Que va en el puente el capitán Cervantes
y . . . arriba el pabellón de Cristo.

España ha muerto. . . pero el español vive y vivirá. Y el gran español de mañana, de la gran hispanidad del futuro, ése que ya no tendrá patria ni fronteras geográficas, pero que su espíritu inmortal limitará al N con la pasión, al E con el orgullo, al S con el lago de los estoicos y al Occidente con una puerta inmensa que mire al mar y a un cielo de nuevas constelaciones. . . Ese. . . no será ya ni franquista ni republicano ni monárquico tampoco. Será un ciudadano del Reino de la Poesía, un reino de 4 dimensiones donde la Historia
la organizará el Viento. . . que es el aliento sagrado y amoroso de DIOS.

Continuará: