León Felipe (5)

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Lic. Simón Álvarez Franco.

Esta conferencia en el salón Azul del Casino de la Laguna, se vio muy concurrida, los organizadores tenían buena capacidad de convocatoria, pero el público gritó al Poeta; ¡MENTIROSO!, ¡BLASFEMO!, ¡HEREJE! Y BUENA PARTE DE ELLOS ABANDONARON el acto molestos con el orador. Lo cuál motivó que al día siguiente en el periódico local EL SIGLO pagaran la publicación de esta nota:

LA CONFERENCIA DE LEÓN FELIPE EN EL CASINO DE LA LAGUNA
NECESARIA ACLARACIÓN

El penoso incidente registrado la noche del viernes último en el Salón Azul del Casino de la Laguna, durante el desarrollo de la Conferencia sustentada por el poeta español León Felipe, obliga al Consejo de Administración de este Centro a hacer públicas las siguientes aclaraciones:

El Casino es una Institución social cuyas actividades son ajenas a toda finalidad política o religiosa. Abre invariablemente sus puertas generosas a todos los eventos de verdadera cultura, sin otro interés que el de contribuir al desarrollo espiritual de esta Comarca.

León Felipe

Accediendo a la solicitud del “Seminario de Cultura Mexicana” y del “Liceo de la Laguna”, la Presidencia del Casino puso a disposición de estas Sociedades el Salón Azul, para la presentación del poeta castellano León Felipe para una CONFERENCIA POÉTICA  anunciada “España y el Viento”, sin sospechar siquiera que el conferencista, ocultando sus verdaderas intenciones, se dedicara en el curso de su perorata a lanzar desahogos políticos y a revelar  su aguda clerofobia, refiriéndose en forma insultante no sólo a una personalidad de altas virtudes, reconocidas por creyentes y por incrédulos, tanto en nuestra patria como en el extranjero, como es la del respetable primado de la Iglesia Católica de México, Monseñor Martínez, sino vertiendo denuestos contra los altos jerarcas de la misma Iglesia, que merecen también el respeto de todo el mundo.

En esta misma forma el conferencista, que se presentó como poeta de altos vuelos, resultó un agitador radical que con sus descomedidas palabras lastimó los sentimientos del auditorio que escuchó sus palabras y ocasionó una protesta que se tradujo en el abandono del salón por una gran parte de las personas que se sintieron defraudadas por la invitación engañosa que se les hizo.

La Dirección de nuestro primer centro social, por medio de estas líneas, lamenta el engaño de que fueron víctimas las honorables organizaciones que patrocinaron esta penosa velada y protesta por ese sensible acontecimiento, que tan mala impresión causó a sus socios, proponiéndose en lo sucesivo cuidar con esmero de que no vuelva a registrarse una violación de sus estatutos.

   Torreón, Coah., 16 de julio de 1949.

ALBERTO E. RODRÍGUEZ, Presidente; PEDRO TORRES, Secretario; HELIODORO Consejo de Vigilancia; HELIODORO DUEÑES; ING. JOSE F. ORTIZ; ING. JESUS DE LA FUENTE.

Al despedirse León Felipe de la Comarca Lagunera; como supo que no volvería, dijo adiós a su peña de amigos con el poema “Adiós y… Gracias” que dirigió a las señoras Vizcaíno y Angelina Rodríguez de Siller, para que lo transmitieran a todos sus amigos, y nos dice;

                                      Señora de Siller, Madame y Salvador…
–Pongan aquí sus nombres mis amigos –
   Será imperdonable, enumerándoles
Caer en un olvido.
Los que lean estas líneas
Saben a quienes me dirijo.
Aquí la voz que alimentó mis sábados,
Aquí la casa abierta, el trigo limpio,
La mano franca y generosa, el festo,
La paciencia de Dios y el buen estilo.
Despedirse, arrancarse
La piel, casi es lo mismo.
Pobre de mi voz última.
Tartamudeo, olvido.
Mi voz futura ha de quemarse sola
Para cantaros y para sentiros.
-Los que lean estas líneas
saben a quienes me dirijo-
Os debo un homenaje. Aceptad mi palabra
No he de morirme, sin rendíroslo.

NOTAS: 1.- C.P. Juan Manuel López Reyes, incansable promotor cultural y literario, encontró esta joya y de su peculio a editó hace casi 20 años. Me regaló un ejemplar con el facsímil de mano del poeta.  No la registró.

                                      2.- Errores posibles de traducción de la letra manuscrita de León

                                      Felipe, débense a que él veía muy mal y yo leo peor.

¡GRACIAS! Simón Álvarez Franco.