LAS CORCHOLATAS SE REBELAN

0
406

Carlos Padilla Muñoz.

Ha sido tanto el desgaste de los precandidatos a la Presidencia de la República por el partido Morena, que llegan sin control alguno a la parte más importante de este proceso que ha llevado de la mano el presidente Andrés Manuel López Obrador, dueño del partido que lo llevo al poder.

Fue tanta la calentura de las corcholatas presidenciales, Claudia Sheinbaum Pardo, Marcelo Ebrard y Augusto Adán López Rodríguez, que difícilmente han llegado al proceso de elección al interior de este partido de la 4T con la disciplina con la que quisiera López Obrador.

Esto, además de los agregados presidenciales, que no han sido considerados por el propio presidente como tales, como el presidente del Senado Ricardo Monreal y el petista Gerardo Fernández Noroña, quienes no fueron invitados a la famosa cena con las corcholatas de Palacio Nacional y los gobernadores morenistas, donde se pidió calma, disciplina y unidad en torno a quien el proceso designe, que  será una encuesta anunciada durante la reunión de este 11 de junio, cuyo resultado se dará a conocer hasta septiembre. El acuerdo incluye la renuncia o licencia de los aspirantes a sus puestos en el gabinete, en el caso de los secretarios de Gobernación y Relaciones Exteriores y la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México.

Renuncia de Marcelo Ebrard

En el caso de Ricardo Monreal, pedirá licencia como presidente del Senado y el diputado federal Gerardo Fernández Noroña del PT y Manuel Velazco diputado por el Verde Ecologista, también tendrán que dejar sus curules temporalmente.

Sin embargo, el acuerdo de Morena no es muy transparente para aclarar, si las encuestas se harán solo entre las tres corcholatas presidenciales y bien se incluye a Monreal y Fernández Noroña.

Curiosamente en los últimos días se han dado algunos casos de madruguetes con anuncios espectaculares y bardas a favor de Ebrard y Sheinbaum, hasta cargadas al mero estilo priista se han observado.

El presidente se ha multiplicado para calmar las aguas, que se han agitado tanto, que algunos aspirantes han dado a entender que podrían buscar estar en la boleta electoral, por otros partidos.

Mientras tanto la oposición, PRI, PAN, PRD y hasta Movimiento Ciudadano no han dicho esta boca es mía, y aunque no hay precandidatos firmes, algunos han sacado la cabeza como Lily Téllez, Santiago Creel, Luis Donaldo Colosio, Beatriz Paredes y otros políticos reciclados.

El anuncio anticipado de presentar la renuncia a la Cancillería por parte de Marcelo Ebrard, a solo unas cuantas horas de haber terminado las elecciones en Coahuila y el Estado de México, puede leerse como un madruguete al más estilo priista, lo que ocasionara que las demás corcholatas presenten renuncia o licencia, ocasionando un boquete al gabinete presidencial.

Marcelo Ebrard ya había anunciado algunas propuestas para llevar a cabo la selección del candidato, incluso se incluye en el paquete cambiar las encuestadoras, las que hicieron la selección del candidato en el Estado de México, Delfina Gómez, quien debería haber ganado por más de 20 puntos porcentuales, lo mismo la candidatura de Armando Guadiana Tijerina, ocasionando un divisionismo al dejar fuera a quien el propio presidente estuvo apapachando en las mismas Mañaneras.

Las fallas de los márgenes del triunfo de Delfina Gómez, solo el 8% sobre la candidata de la Alianza PRI, PAN Y PRD Alejandra del Moral, así como la selección de Armando Guadiana para Coahuila, un candidato que nunca pudo conectarse con la ciudadanía, ponen en duda a las encuestadoras que utilizó Morena con pocos resultados

Este panorama de acelere de Marcelo Ebrard, ocasionando las renuncias o licencias de la Jefa de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López, el senador Ricardo Monreal y el diputado federal del PT Gerardo Fernández Noroña, hará que el presidente haga los ajustes necesarios para que el pastel presidencial no se le desquebraje en las manos.

Fue tanto el cachondeo que las corcholatas adelantaran los tiempos y posiblemente las formas de este proceso, que aunque el presidente hace todos los intentos por convencer, de que se aplicará la democracia y que será el pueblo quien designe al candidato o candidata.

Aunque la mejor forma aplicando la democracia, sería una elección abierta y general entre los morenistas y la propia ciudadanía, lo que daría como resultado que saliera un candidato fuerte que pudiera conservar el poder para Morena.

Con la conducta de Ebrard, de anticiparse en los tiempos, hace pensar que de ser el candidato y el presidente, difícilmente sería dócil y manejable con AMLO, no así Claudia Sheinbaum, quien tiene el sello familiar, fue pareja de un hijo de López Obrador y existen dos hijos de esta unión, además de que la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México de 60 años, fue fundadora del partido de izquierda Morena, junto con Andrés Manuel López Obrador.

El Secretario de Gobernación, amigo desde la infancia del presidente, podría ser dócil a la pretensión de AMLO de seguir gobernando el país, desde uno de sus ranchos. El Secretario de Gobernación entró al equipo de las corcholatas presidenciales, Sheinbaum y Ebrard, para darle un tinte de democracia, ante la polarización que se formó desde hace algunos años.

Para nadie es desconocida la inclinación que ha mostrado el presidente para la Jefa de Gobierno, quien se podría convertir en la Primera Presidenta de México, aun cuando ha tratado de ocultarlo. Para AMLO no existe mejor colaboradora que Claudia, quien si ha demostrado docilidad y lealtad.

Ebrard, en cambio, en momentos ha mostrado indicios de que podría gobernar el país sin la colaboración o participación de López Obrador, y lo más seguro de que en caso de que fuera el candidato y ganara las elecciones, se quitaría de inmediato el yugo que mantiene el presidente AMLO con todos sus colaboradores.

Aun cuando López Obrador niega que terminó el dedazo y las cargadas políticas del pasado, todo parece indicar que será este mismo sistema para designar al sucesor, como lo hicieron los presidentes priistas desde los 40s hasta los noventa.

Un dedazo disfrazado de una encuesta morenista orquestada por el dirigente nacional que ha sabido hacer su tarea. Lo malo es que Ebrard ya no se chupa el dedo y ha amagado de irse por la libre.  Sabe que más de una vez López Obrador se le adelantó y lo bloqueó para que el fuera el candidato de Morena, después de varios intentos para llegar al poder. Hay quienes aseguran que en 2018 el candidato idóneo en Morena era Marcelo Ebrard.

Así las cosas, podría decirse que la elección interna en Morena, bajo cualquier esquema o sistema, será entre dos, Ebrard y Sheinbaum, el resto son comparsas para justificar el proceso que se disfraza de democracia, ya que no tienen mayor oportunidad.

Morena, ni el presidente López Obrador, no resiste una consulta abierta a la ciudadanía, saben que el excansiller tiene más simpatía que la propia precandidata.

Con todo este desgaste, podría conseguirse una candidata sin la fuerza suficiente de su partido, además su cercanía con el ejecutivo federal, podría producir un efecto de rechazo, sobre todo de aquellos antiobradoristas, que ya no son pocos.

López Obrador ha tratado de convencer a la gente que tiene el apoyo de un 70% del país, lo que sería el doble de los 30 millones que logró en 2018. Pero en las consultas realizadas abiertamente, una de ellas fue para enjuiciar a los expresidentes y meterlos a la cárcel, no superaron los 2 millones de votantes, lo que dice que las simpatías del presidente, están colgadas del voto duro de las personas que reciben pensiones.

Si a esto le sumamos que el presidente se ha encargado de echarse en contra al 90 por ciento de la prensa, desde las plumas influencers a nivel nacional hasta los modestos comunicadores, que están indignados por los calificativos recibidos por parte del presidente en las Mañaneras, de que todos los periodistas son corruptos y rateros.

El panorama electoral para Morena y el presidente se torna difícil, los 23 gobernadores morenistas podrían ser la solución para las elecciones del 24, sobre todo la caballada de la oposición se ve muy flaca.

No se cuenta con un personaje fuerte políticamente y con el carisma suficiente para imponerse al candidato que apoyará con todo López Obrador, porque de lo contrario podría ir a la cárcel, como el propio presidente teme.

Ya se dio el primer caso, se confirmó el sistema de selección por encuestas, aunque continua la duda entre algunos aspirantes, sobre todo Marcelo Ebrard, de que podría haber dados cargados.

En este proceso las condiciones se dan para que Morena pueda tener una votación suficiente, sobre todo ahora que logró rescatar al INE,  aunque la piedra en el zapato será la Suprema Corte de la Nación,

Solo quedan dos

Tiene razón el Gobernador de Durango, Esteban Villegas, solo quedan dos estados gobernados por el PRI: Coahuila y Durango, después de que hace 30 años todo el país era gobernado por el PRI, así empezó a perder gubernaturas y en el 2,000 vino la alternancia con Vicente Fox.

Cuando se pensaba que con Enrique Peña Nieto podría recuperar el PRI gubernaturas y continuar con el poder, la ciudadanía decidió castigar al tricolor por la actuación de sus gobernantes y del propio Peña Nieto, y decidió probar con otro partido opositor, la izquierda, después de dos gobiernos de derecha que poco dejaron al país.

En el PRI, solo se oyen los nombres de Beatriz Paredes con más de 70 años; el propio Alejandro Moreno quien ha perdido los últimos estados y posiblemente el mismo gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme. Por el PAN esta Santiago Creel, Lily Téllez y posiblemente Ricardo Anaya, si logra quitarse la marca personal que le impuso López Obrador. El joven alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio Riojas, podría ser una especie de Caballo Negro, porque el apellido todavía pesa, pero con algo más que el Partido Movimiento Ciudadano. Y párele de contar.

Se desmarca Riquelme, dice que mejor se ira a su casa

El todavía Gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme se desmarcó este lunes 12 de junio, prefiere irse a su casa y olvidarse de las corcholatas y las elecciones del 24. Por el momento solo quiere terminar bien su administración, la que se destacó por la seguridad que le dio a Coahuila, a pesar de estar presionada por el cinturón de inseguridad integrado por Tamaulipas, Nuevo León, Zacatecas y Chihuahua. Las inversiones privadas en el estado y la salud, completaron los ejes principales, aunque también se trabajó en la educación y otros factores.

Ni siquiera piensa en la dirigencia nacional de su partido, aunque le pavimentara el camino a su sucesor, Manolo Jiménez, para buscar la conservación y seguimiento de algunos factores de su administración.

Por lo pronto en Coahuila se vivió un ambiente priista con un aplastante triunfo del abanderado de la Alianza histórica integrada por los partidos PRI, PAN Y PRD, y con una administración también de alianza, una nueva fórmula para derrotar al partido oficialista.