Él puede

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Javier López Medina.

“…Es mejor se impetuoso que precavido…”
El Príncipe. Maquiavelo

Miguel Riquelme, es el único que tiene el ímpetu para dar la batalla por la presidencia de la República, en este momento.

Riquelme y Mauricio Vila, el primero y el segundo lugar como mejores gobernadores de sus estados, son los únicos que están en la pista de la competencia en los hechos reales, y sus trabajos como gobernadores los muestran como excepcionales. Solo ellos están realmente en la pista de la competencia por la candidatura para el 2024.

Pero Mauricio Vila. Gobernador de Yucatán, se acaba de salir de la carrera, de tal manera que entre los dos gobernadores que tenían el ímpetu para avanzar a la candidatura a la presidencia solo queda uno, el gobernador Miguel Riquelme.

Mientras Riquelme, ha estado por más de cinco años en el campo de batalla, resolviendo los problemas de la gente; por azares del destino el resto de su competencia ocupa cargos que los alejan del impulso natural que da él estar dentro de la arena política.

Las encuestas mencionan a Alfredo del Mazo, que acaba de perder su bastión; a Beatriz Paredes, con muchos años en las tribunas del senado y la cámara de Diputados; Claudia Ruíz Massiu, senadora de la república; Enrique de la Madrid, su último cargo como Secretario de Turismo; Manlio Fabio Beltrones, ex presidente del PRI nacional, y Alito Moreno, Presidente del PRI nacional actualmente. En el PAN, no es la excepción.

Riquelme es el único que está listo para dar la batalla.

El gobernador ha ganado a pulso tres espacios de poder en 10 años consecutivos: la presidencia municipal, la gubernatura del Estado y ser el mejor gobernador del Estado que gobierna.

Alcanzar la aprobación de gobierno por parte de miles de ciudadanos es una tarea titánica con muchas aristas. Y es probablemente la tarea más importante que tiene el gobernante.

El apoyo del pueblo se refleja en las encuestas de aprobación; el 50% más uno, es el número mágico que debe tener un jefe para disfrutar del apoyo de la mayoría de pueblo.

Al empezar a gobernar Miguel Riquelme, entre el 2017 y 2018 su aprobación se encontraba entre los 18 y los 20 puntos, abajo de media tabla entre los 32 gobernadores de los estados del país. En ese momento, Riquelme no pintaba en el horizonte.

El tiempo aún no era suficiente para que pudiera mostrar de que estaba hecho el gobernador. Corría el riesgo de administrar el Estado en vez de gobernarlo.

Riquelme se decantó por gobernar el Estado y lanzarse con todo para resolver los problemas más apremiantes reclamaba el pueblo de Coahuila.

Para septiembre del 2019 en el ranking de Consulta Mitofsky, Riquelme se encontraba en la posición 15 con el 33.2% de aprobación a su gobierno.

Casi un año después, para Julio de 2020 había escalado 12 posiciones, su aprobación se encontraba en el 54.6%. El número mágico se había logrado.

En ese momento, Riquelme ocupaba el sexto lugar, debajo de Mauricio Vila, de Yucatán; Quirino Ordaz, de Sinaloa; Claudia Sheinbaum, de Ciudad de México; Francisco Domínguez, de Querétaro, y Carlos Mendoza, de Baja California Sur. En el 2021, Riquelme figuraba entre los primeros 3 lugares con el 71.5% de aprobación, solo debajo de Mauricio Vila y Quirino Ordaz.

Todo el 2022, fue una intensa disputa entre Mauricio Vila y Miguel Riquelme por el primer lugar en la aprobación de gobierno, un mes amanecía uno en primer lugar y otro mes el otro.

El 2023, Riquelme a ocupado el primer lugar en todos los meses del año en esa competencia por la aprobación del pueblo, pero la distancia es corta.

Alcanzar el 50% más uno y ser el mejor gobernador de los Estados del país, le ha costado prácticamente todo su mandato. Para ser precisos 5 años y seis meses.

¿Está listo para dar la batalla por la presidencia de la república? Los hechos dicen que sí.

¿Cerca o lejos de la candidatura?

No lo sé. Para presidente municipal, nadie lo vio venir y llegó; para gobernador nadie lo vio venir y llegó, para el mejor gobernador de su Estado, nadie lo vio venir y llegó. Ahora nadie lo ha visto venir para presidente de la República.

Una de las cosas más importantes en el político para hacerse del puesto en disputa es que esté en su momento, y que tenga el ímpetu para dar la batalla. Riquelme lo tiene. Él puede.