LA PENSANTE

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Oliverio Ascascius.

Ha pensado en sus palabras
una y mil veces.
Y las una y mil veces
lloró, pataleó y desmayó.
Sin embargo, ella decidió
dejar de llorar como niña
y enfrentarse como mujer
a sus desventuras.
Hubo momentos
en que se confundieron en ella
muchos sentimientos,
pero sin embargo
decidió actuar maduramente
y definitivamente no competir:
«A ver quién se friega más a quien»
¡No! -Dijo-,
¡No es éste un objetivo en la vida!
Así pensó,
y se retiró tranquilamente a dormir.