¿MIGRACIÓN O INVASIÓN?

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José Guadalupe Robledo Guerrero.

México está viviendo una oleada de migración sin precedentes, que tiene en jaque a las ciudades fronterizas del sur y norte del país, y está provocando una crisis social y económica como la que vive actualmente Ciudad Juárez, Chihuahua, que junto con El Paso, Texas, conforma la segunda zona metropolitana transnacional más poblada de México y los Estados Unidos.

Pero esta zona fronteriza no es la única en problemas, así están las principales ciudades fronterizas del norte del país, entre ellas Piedras Negras, Coahuila; Tijuana, Baja California, y otras más, como resultado de la migración sin filtros que ha permitido el “gobierno” de López Obrador, que sin ninguna explicación o motivo, ha permitido que transiten libremente por el territorio nacional miles de migrantes de Centro y Sudamérica, en donde destacan por su número los venezolanos, cubanos y haitianos, además de otros lejanos países como China, India y Afganistán.

También por esta crisis migratoria se encuentra en conflicto la frontera sur de México, como Tapachula, Chiapas, ciudad fronteriza del sureste mexicano que tiene grandes dificultades para albergar a los miles de migrantes que cruzan el río Suchiate, y que ha comenzado a tener problemas de abasto de alimentos para la población local y foránea, y en donde los migrantes se organizan en caravanas, para atravesar el país rumbo a Estados Unidos para alcanzar el “sueño americano”.

La migración también afecta a Estados Unidos. El alcalde de Nueva York, Eric Adams, recientemente se quejó de que los miles de migrantes han superado la estructura de apoyo de esa gran ciudad, porque ya tienen graves problemas para albergar y alimentar a los buscadores del “sueño americano”, pues se ha rebasado su capacidad para auxiliarlos. Nueva York es considerado como un paraíso para los migrantes.

Los especialistas en cuestiones migratorias no logran atinar el número de migrantes que transitan por México, y los muchos que se han quedado en nuestro país, pero se habla de más de 600 mil que pululan y acampan en las ciudades mexicanas, incluso en la Ciudad de México, en donde se han adueñado de calles y parques públicos para montar sus campamentos, lo que ha motivado las protestas de los habitantes.

Ante esta crisis migratoria, han surgido dos opiniones tanto de los connacionales como de los estadounidenses: unos piensan que la migración es un derecho humano, y que los migrantes deben ser auxiliados y apoyados para lograr su propósito; otros consideran que tal fenómeno es una invasión, y que deben ser detenidos y deportados a sus países de origen, que dicho sea de paso, están inmersos en el autoritarismo, la corrupción y la falta de empleos para la manutención de sus familias.

Los que creen que la migración es un derecho humano, principalmente las ONGs y la iglesia católica, dan argumentos que no consideran las leyes de los países constituidos, los cuales tienen mecanismos legales para transitar por sus territorios; al contrario, argumentan cuestiones como si el mundo fuera el mismo de hace milenios, cuando los humanos podían transitar por el mundo en busca de recursos para su manutención, tal y como lo hacen actualmente las aves en sus recorridos migratorios.

Aquellos que piensan que la migración que estamos presenciando es una invasión, aseguran que son los mismos gobiernos fallidos, sumidos en la violencia, la represión y la carencia de empleos y víveres, los que están organizando a los migrantes para llegar a Estados Unidos en busca de una mejor vida, tal es el caso de Venezuela y Cuba.

Este tipo de migración se asemeja al éxodo del Mariel en 1980, cuando el régimen de Fidel Castro dejó salir de Cuba a 150 mil cubanos, a raíz de una protesta masiva, mismos que llegaron a Florida, donde también desestabilizaron la economía de Miami, y fueron distribuidos en las principales ciudades norteamericanas. Como un dato perverso, en ese histórico éxodo cubano, Fidel Castro abrió las puertas de los manicomios y cárceles, para deshacerse de los enfermos mentales y delincuentes, para enviarlos a los Estados Unidos, y quitarse un problema interno.

Lo cierto, es que en esta ocasión se cree que los venezolanos y cubanos son organizados por sus propios “gobiernos”, que han abierto sus países para que los que así lo deseen abandonen su patria, y dejen de ser una carga para sus regímenes autoritarios y corruptos. De todas formas, la actual crisis migratoria sigue siendo una incógnita: o es migración o invasión. Lo cierto, es que se ha constituido en un problema para México y para Estados Unidos.

Política aldeana

En la UAdeC se sigue mencionando como precandidato para la Rectoría, cuya elección será en los primeros meses de 2024, a Jorge Alanís Canales, actual tesorero de la Universidad. Debido a ello, se ha difudido la idea de que se encuentra gravemente enfermo, para de esa manera sacarlo de la contienda. Por tal motivo, se dice que el principal promotor y difusor de la “enfermedad” de Jorge Alanís, es el Coordinador General de Adquisiciones, Juan Homero Soto Zúñiga, el mismo al que se ha acusado de utilizar a una “empresa facturera” para saquear recursos de la “Máxima Casa de Estudios de Coahuila”, y casualmente este funcionario universitario es uno de los cercanos al Rector Salvador Hernández Vélez. ¿Fuego amigo?

Preguntas huérfanas

¿Qué tan cierto es que López Obrador es el causante de la crisis del campo mexicano, porque ha abandonado a su suerte a los productores campesinos?

¿Por qué el rector de la UAdeC está obsesionado en decidir quién será su sucesor, a sabiendas de que el rector en turno no elige a su sustituto?