LOS DERECHOS HUMANOS EN LA ONU

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Fernando Rangel de León.

A los tres años de que se fundó la Organización de las Naciones Unidas ONU, en San Francisco, California, el 24 de octubre de 1945; en París, Francia, el 10 de diciembre de 1948, hace setenta y cinco años, su Asamblea General acordó por unanimidad la Declaración Universal de los Derechos Humanos, contenidos en 30 artículos, traducida a más de 500 idiomas y respecto de los cuales se han celebrado más de 70 tratados internacionales.

El antecedente histórico de estos Derechos Humanos, es la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de la Revolución Francesa, de 1789, cuyo lema fue: “Libertad, Igualdad y Fraternidad” (Liberté, Égalité, Fraternité), la que fue ejemplo para la Independencia de los pueblos de América, con excepción de EEUU, que la obtuvo en 1776; y de otras naciones del mundo.

Esa declaración de la ONU, obliga a todos los Estados del mundo, a adoptarlos en sus constituciones, con absoluto respeto a su soberanía; siendo esos derechos humanos  vida, salud, familia, alimentación, educación, cultura, vestido,  vivienda,  trabajo, sueldos dignos, jornadas humanas, vacaciones,  seguridad social (desde la cuna hasta la tumba), libertad, justicia, presunción de inocencia, debido proceso, pro persona, libre tránsito, asilo, nacionalidad, matrimonio, religión, pensamiento, expresión, manifestación, reunión, ciudadanía, accesar al poder público mediante elecciones,  los seguros de desempleo, viudez, invalidez, enfermedad, etcétera.

Nuestra Constitución de 1917, adoptó todos esos derechos humanos; los que constituyen en nuestro país una barrera infranqueable al abuso de poder y a los actos arbitrarios de la autoridad, y en caso de que sean violados o estén por violarse, son suspendidos o restituidos mediante el juicio de amparo.

Los derechos humanos son muy bonitos en la declaración y en la Constitución, y están vigentes; pero son mucho muy difícil de aplicarse en la realidad; pues ni el individuo, ni la sociedad, ni el Estado, han hecho todo lo necesario para que sean positivos.

Por eso el mejor homenaje que podemos rendirle a la Declaración de los Derechos Humanos de la ONU, de 1948, en estas tres cuartas partes de su vigencia, es hacerlos realidad en los hechos.