¿POR QUÉ NOTARÍAS?

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Fernando Rangel de León.

            El escándalo provocado por Marko Cortés, dirigente nacional del PAN, por haber hecho público un acuerdo secreto hecho en lo oscurito con el entonces candidato del PRI a la gubernatura de Coahuila Manolo Jiménez Salinas, no solo cundió en todo México, sino también cruzó el Océano Atlántico y llegó a Europa; en donde el diario El País, de España, se ocupó de él.

            El País, publicó en días pasados un detallado análisis  del mencionado acuerdo que a espaldas de sus militantes, y desde luego de sus electores, celebraron entre sí el PRI y el PAN, para ir juntos en las elecciones para la gubernatura en 2023, por el que según Marko Cortés, el tricolor le cedería al albiazul la candidatura a la Alcaldía de Torreón, para las elecciones del cada vez más cerca domingo 2 de junio; lo que incumplió  alegando el flamante gobernador Manolo Jiménez, que esa cesión estaba condicionada a que el PAN obtuviera el 20 % o más de votos en la pasada elección; lo que no logró; pues solo sacó el 6%.

            En ese acuerdo el PRI prometió al PAN, además de la candidatura a la Alcaldía de Torreón, darle también Secretarías de Estado, Subsecretarías, Direcciones, Jefaturas, Oficialías Mayores, la ratificación de un Magistrado, seis Notarías Públicas y otros puestos de importancia; lo cual cumplió.

            Pero de todo eso lo que más le llamó la atención al diario español El País, fueron las seis Notarías; preguntándose que para qué las quería el PAN; contestándose que para la creación de empresas fantasmas para cometer delitos sobre todo de carácter fiscal, se necesitan Notarios Públicos.

            Y así tenemos a Notarios Públicos que se han hecho ricos de la noche a la mañana, que por estar muy ocupados  en la elaboración de escrituras públicas en las que protocolizan las asambleas constitutivas de sociedades mercantiles de actividades comerciales no muy claras, dejan de atender al pobre pueblo que requiere de sus servicios para que le certifiquen la copia fotostática de un documento por el         que cobran unos 200 o 300 pesos; olvidándose  que es su obligación atender a todo mundo; pues la fe pública se las deposita el Estado, mediante un Fiat.

            Pero además de enriquecerse con su Notarías, los fedatarios públicos organizados en colegio, han adquirido fuerza política para imponer a incondicionales en puestos claves como Catastro y Registro Público de la Propiedad, donde les facilitan y agilizan los trámites de inscripción de sus escrituras; en detrimento de la pobre gente que no tiene el dinero suficiente para contratar los servicios de esos influyentes Notarios Públicos, consentidos del poder público.