UN TEMA PERPETUO: LA PROSTITUCIÓN, TRATADO EN EL LIBRO “ROJA ES LA LUZ”

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Jesús M. Moreno Mejía.

El oficio más viejo:
El negocio del sexo.
Voz popular.

            El jueves 1 de febrero del presente año fue la presentación oficial del libro “Roja es la luz”, cuyo contenido es producto de una dificultosa investigación histórica sobre la prostitución en Torreón, Coahuila, que se remonta desde finales del siglo XIX, cuando esta población era aún una villa.

            Carlos Castañón Cuadros, politólogo e historiador, es el autor de dicho libro, quien hizo saber que el tema que manejó en su investigación “fue tratado como un fenómeno social, dentro del crecimiento urbano de esta ciudad. Considerando que desde 1889 era ya palpable un futuro promisorio, y por lo tanto un lugar favorable para todo tipo de negocios”, según se lee al comienzo del dicho libro.

“En ese sentido, dada la dinámica económica que dependía de la producción algodonera -añade en su obra-, incentivó el crecimiento demográfico, principalmente por la llegada de migrantes, y la población fue terreno fértil para la oferta de bienes y servicios: restaurantes, comercios, boticas, sastrerías, cargadores, músicos, médicos, peluqueros, cantineros, párrocos, prostitutas, y todo aquello necesario para una ciudad.”

Afirma también que así como en la versión gringa existieron mujeres que encontraron lugar en el “saloon” de allende el Río Bravo, las mexicanas recurrieron a bares y cantinas, para emplearse como meseras y en algunos casos en calidad de prostitutas.

Un dato curioso que pocas personas conocen, develó Castañón, es el hecho de la luz roja en la entrada de los prostíbulos, revelando que los ferrocarrileros provenientes de Estados Unidos colgaban sus lámparas rojas afuera de los burdeles, lo que motivó a emplear la luz roja en las “casas de asignación, y la costumbre derivó en la famosa expresión.”

El autor del libro, relata que el crecimiento demográfico de esta ciudad se da a partir de 1850, cuando era un simple rancho, identificado por tener un torreón de adobe, que servía para avistar a tiempo a los aguerridos indios que asolaban la región en aquellas épocas.

Sin embargo, fue hasta 1887, con el paso del Ferrocarril Central Mexicano y del Internacional, cuando el gobierno estatal reconoció a esta población como una congregación, y para 1892 vivían 2,700 personas en esa comunidad, por lo que un año después el Congreso de Coahuila decretó a este pueblo darle la categoría de villa. Catorce años después, en virtud del creciente número de habitantes, el gobernador Miguel Cárdenas dispuso en forma oficial erigir a Torreón al rango de ciudad.

El trabajo y la liquidez económica permitió la apertura de cantinas en buen número desde finales del siglo XIX, y con ello la posibilidad a muchos trabajadores de asistir “a esos lugares de perdición”, tal como lo catalogaban toda persona de marcada moralidad.

Es por eso que las autoridades estatales, desde 1898, regularon el oficio de la prostitución, y lo mismo hicieron las autoridades municipales, si bien éstas exigiendo a quienes ejercían el oficio del sexo a “compartir una tajada” de lo que ellas obtenían, afirma el autor en su libro.

“Roja es la luz” es una obra bien documentada en todo lo relativo a la prostitución en nuestra ciudad, incluso desde los inicios históricos en el país, hasta la situación que priva hoy en la localidad, pasando por las dos Zonas de Tolerancia que han existido en Torreón y las llamadas “Casas de Citas”, producto de una exhaustiva investigación bibliográfica y documental, que lo mismo comprende archivos históricos y hemerotecas sobre el tema.

Para tener una idea de las fuentes a las que hubo de recurrir el autor, se pueden mencionar: el Archivo Municipal de Torreón; Archivo Histórico del Estado de Coahuila; Centro de Investigaciones Históricas de Universidad Iberoamericana de Torreón; Congreso del Estado de Coahuila; Archivo Histórico de la Casa de la Cultura Jurídica de Torreón; las hemerotecas de los diarios “El Siglo de Torreón” y “La Opinión”, etc.

No estamos dando publicidad a dicho libro, sino comentado un tema de interés púbico ahí tratado, que es analizado como materia literaria, fuera de todo morbo que el caso implica, máxime que también lo abordaron escritores de la talla de Manuel José Othón, Francisco L. Urquizo, José Vasconcelos y Salvador Novo, dando su punto de vista desde sus letras.

Finalmente diremos que en la historia de la humanidad han existido hombres ilustres de todos los tiempos, que han manifestado que la prostitución es “un mal necesario”.

Sin embargo, la mejor opinión la tienen nuestros lectores.

¡Hasta la próxima!