Jesús M. Moreno Mejía.
“La conciencia no procura
sustento, pero da reposo.”
Niceto Alcalá Zamora.
Estamos a un mes de las elecciones presidenciales más esperadas por la ciudadanía en general y particularmente por los integrantes y seguidores de las coaliciones políticas: “Frente Amplio por México” y “Sigamos haciendo Historia” se encuentran en plenas campañas negras, grises y de todos colores, que lo mismo sirven para atraer que para confundir a los electores.
Es por ello que se recomienda a todo mundo, actuar en conciencia en el momento de emitir su sufragio el domingo 2 de junio próximo, sin querer desconocer un hecho innegable: habrá compra de votos en sus diferentes modalidades, pero aquí apelamos a nuestros lectores conscientes de lo que hacen a la hora de decidir por su mejor decisión.
Hagamos un paréntesis para aclarar lo que significan dos palabras semejantes, pero igualmente importantes: Consciencia es la capacidad del ser humano para percibir la realidad y reconocerse en ella. Conciencia es el conocimiento moral de lo que está bien y lo que está mal, en base a saberse cómo soy y la capacidad de actuar en mi entorno.
Aunque no todos los periodistas lo hacen, por ética profesional ningún comunicador debe inducir a sus lectores a emitir su voto por tal o cual candidato, dado que es decisión libre de cada ciudadano el inclinarse por el aspirante que considere más indicado a ocupar el cargo que pretenda obtener en las elecciones.
No está de más recordar que son tres las propuestas de igual número de alianzas:
1.- La oficialista Claudia Sheinbaum, abanderada de la coalición “Sigamos haciendo Historia”, producto del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y apoyada por el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
2.- La oposición está representada por Xóchitl Gálvez, a través del “Frente Amplio por México” (como originalmente se dio a conocer), para luego identificarse como “Va por México” y finalmente como “Fuerza y Corazón por México” e impulsada por los partidos, Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
3.- Una tercera opción la encabeza el exdiputado Jorge Álvarez Máynez, candidato del partido denominado “Movimiento Ciudadano”, quien por cierto prefiere ser identificado por su segundo apellido (Máynez).
Lo extraordinario de estas elecciones presidenciales, es que las dos aspirantes han manifestado un gran empuje en busca del triunfo, si bien antes hubo otras seis candidatas a la Primera Magistratura. La primera fue la activista social, Rosario Ibarra de Piedra, en 1982, quien perdió frente a Miguel de la Madrid, para participar nuevamente 1988, cuando el triunfo fue para Carlos Salinas de Gortari.
Posteriormente, en 1994, Cecilia Soto, representando al Partido del Trabajo, participó en una jornada electoral de mucha tensión, pues durante la campaña el abanderado del PRI, Luis Donaldo Colosio, fue asesinado en Tijuana, supliéndolo Ernesto Zedillo, y en esa contienda presidencial, participó otra mujer: Marcela Lombardo Otero, hija del líder sindical, Vicente Lombardo Toledano.
Las otras tres candidatas del bello sexo, fueron Patricia Mercado, del Partido Alternativa Social-Demócrata, en 2006, y actualmente militante del Movimiento Ciudadano; Josefina Vázquez Mota, en 2012, representando al PAN, y en 2018 se registró Margarita Zavala, ex Primera Dama en el sexenio de Felipe Calderón, quien previamente renunció al PAN, para aparecer como aspirante independiente, logrando tan solo el 0.06 % de los resultados electorales.
Pero volviendo a las elecciones del 2 de junio próximo, se espera una gran participación ciudadana en dichos comicios, pues la situación actual es expectante, pues se ha vuelto ríspida entre los participantes, sus militantes y sus seguidores.
En Coahuila y en otros estados se sumarán elecciones legislativas y de ayuntamientos, así como de gobernadores en otras entidades, lo que sumado a los comicios presidenciales, la situación actual es más tensa.
Pues bien, el domingo 2 de junio cada quien habrá de decidir por sí mismo cómo habrá de emitir su voto en la casilla electoral correspondiente, a sabiendas de que su sufragio será tomado en cuenta para bien del futuro de la nación.
Por ahora… ¡Es cuanto!
¡Hasta la próxima!
