“Don Porfirio Díaz salva a Cesáreo Menchaca de ser extraditado”

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Rigoberto Losoya Reyes.

Existe en el Archivo General del Estado de Texas, en el Fondo Siglo XX, un expediente, que llama la atención, porque requirió la resolución del presidente de la república don Porfirio Díaz en 1903. Se trata del caso de un anciano coahuilense que, en el siglo XIX, había dado muerte a un ciudadano norteamericano en el estado de Texas. No fue detenido al momento de haber cometido el homicidio y al parecer huyó a México. En el año de 1903, el gobierno del estado de Texas, por alguna causa desconocida, revivió el caso no resuelto y solicitó al gobierno del estado de Coahuila la extradición del ciudadano Cesáreo Menchaca acusado de haber cometido en territorio americano el homicidio de John Green el día 9 de julio del año de 1873. 

En atención al exhorto, el gobierno del estado de Coahuila, solicitó la presentación del ciudadano reclamado, por lo que, don Cesáreo Menchaca fue aprehendido por el jefe de policía de Sabinas y remitido a la cárcel de la Villa de Muzquiz, poniéndolo a la disposición del Juez de Distrito en Ciudad Porfirio Díaz (hoy Piedras Negras).

José de la Cruz Porfirio Díaz Mori

Ante esta situación, el hijo del acusado, del mismo nombre, suplicó al gobernador vía telegráfica que su padre fuera juzgado en México por su avanzada edad, pues ya tenía 70 años. El gobernador atendiendo su solicitud pidió informes a las autoridades judiciales y recibió copia del exhorto recibido en el juzgado.

La defensa del reo contestó ante el Juzgado federal la demanda, argumentando que los hechos no habían pasado como el testigo los refería y que, si bien es cierto, había dado muerte a Green, este lo había agredido, y que había actuado en defensa legitima.

Agregó en su alegato, que además de que habían transcurrido cerca de treinta años sin que se le hubiera sometido a un proceso judicial y conforme a las leyes de México, el delito ya había prescrito.  El Juez, remitió el expediente a la Secretaría de la República para que el presidente resolviera por su carácter internacional.

El jefe del ejecutivo, consideró que la extradición no se podía conceder por existir la prescripción que alegó el reo Menchaca y que había sido admitida por el Juez de Distrito y de conformidad con la Ley de extradición vigente en esos días.  El presidente de la república general Porfirio Díaz, acordó la libertad del detenido, por lo que se dispuso que el Juez de Distrito fuera notificado. El 20 de julio de 1903, el presidente municipal de Cd. Porfirio Díaz, Espiridión Cantú escribe al secretario de gobierno del estado darse por enterado de la resolución notificada, cerrando de esta manera el expediente.

Fue de esta manera, como un el caso de Cesáreo Menchaca fue salvado por don Porfirio, a sus setenta años de purgar una condena en el estado de Texas, que reclamaba su extradición. Este caso judicial llamó la atención en aquellos días, en que don Porfirio hizo valer la justicia mexicana.