“Pobreza franciscana”

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Fernando Rangel de León.

Entre los siglos XII y XIII, existió en Italia, un hijo de un rico comerciante que quiso vivir bajo la más estricta pobreza, conocido como San Francisco de Asís, que ha inspirado hasta nuestros días a personas, a seguir su ejemplo, dentro de lo que cabe, como al Papa Francisco y el Presidente de México, quien lleva una vida privada austera, que lleva también en su vida pública.

San Francisco de Asís, cuyo nombre inspiró al jesuita argentino Jorge Mario Bergoglio, a adoptar el de Papa Francisco, sin número que lo identificara como lo hicieron todos sus antecesores, en Roma; que asemejaba a los Papas con los Reyes, que se distinguían por su número I, II, III y otros; confesó que él “se casó con la pobreza”, imitando el voto de pobreza de Jesucristo, que “se hizo pobre por nosotros”.

Jorge Mario Bergoglio, no solo imitó el nombre de San Francisco de Asís, sino que lo ha emulado también en su austeridad, como el haber destinado la ostentosa residencia veraniega de los Papas de Castel Gandolfo, en las afueras de Roma, a un museo abierto al público.

El Presidente de México, que tiene la vocación de actualizar sucesos pasados de trascendental importancia, adaptándolos a la modernidad, para darle así vida a la historia; en noviembre de 2019, promulgó la Ley Federal de Austeridad Republicana, que elimina entre otros muchos dispendios los beneficios a los funcionarios públicos, como seguros privados y reducir el presupuesto en gasto corriente.

La Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos, cumpliendo con lo ordenado en la Constitución, establece que el sueldo de todos los funcionarios del gobierno no puede ser superior al del Presidente de la República; pero desafortunadamente los que ganan más que él se opusieron a su aplicación pretextando que esa ley es solo para el Ejecutivo Federal, pero no para el Poder Judicial de la Federación ni para los llamados organismos autónomos.

Así tenemos que Arturo Zaldívar, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, gana 284 mil 500 pesos mensuales, y Lorenzo Córdova, presidente del Instituto Nacional Electoral, gana 240 mil 500 pesos mensuales; mientras que Andrés Manuel López Obrador, Presidente de la República, gana 136 mil 700 pesos mensuales.

Ante ello el Primer Mandatario, anunció que presentará una iniciativa de ley para reformar la Ley Federal de Austeridad Republicana y la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos, para que en ese tope de sueldos se incluya también al Poder Judicial de la Federación y a los mentados organismos autónomos, como el Instituto Nacional Electoral INE.

En estas últimas horas el presidente está aclarando que este paso de austeridad republicana a pobreza franciscana, no incluye recortes a los sueldos ni despidos injustificados de los servidores públicos como médicos, enfermeras, maestros, marinos, soldados, policías, y demás, quienes tienen asegurados sus puestos de trabajo, sus aguinaldos y demás prestaciones laborales de ley.