Madero no fracasó en ciudad Porfirio Díaz

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Rigoberto Losoya Reyes.

Cada año, cuando se acerca la fecha de conmemorar la revolución mexicana, los historiadores de Piedras Negras, repiten la misma historia: El intento fallido de la revolución mexicana en Ciudad Porfirio Díaz. Esto en relación al plan revolucionario de Francisco I. Madero de iniciar el movimiento social más importante del siglo XX en nuestro país, en la ciudad de Porfirio Díaz (hoy Piedras Negras): La revolución mexicana.

En esos aciagos días de conspiración, el señor Madero estando en la ciudad de San Antonio, Texas, sostuvo correspondencia con los futuros protagonistas de la revolución mexicana y con algunos supuestos incondicionales que lo traicionaron ese día 20 de noviembre de 1910.

Madero había planeado junto con Venustiano Carranza tomar la plaza de ciudad Porfirio Díaz y provocar un gran impacto a nivel nacional con el siguiente título a ocho columnas en la prensa nacional e internacional: «Cayó Porfirio Díaz». La falta de compromiso de algunos personajes involucrados causó un rotundo fracaso y decepción en el líder coahuilense.  

Francisco I. Madero.

Sin embargo, si ocurrió un intento de prender la mecha en Coahuila el martes 22 de noviembre de 1910 y este hecho se dio a conocer a través del periódico norteamericano The Spokane Press que publicó que, “los revolucionarios habían dinamitado dos puentes en la línea férrea del Ferrocarril Internacional Mexicano, muy cerca de Ciudad Porfirio Díaz”.

La nota señala que los soldados del ejército federal se avocaron a reparar los daños estructurales a la brevedad. También informó el matutino que tropas adicionales eran esperadas en esta ciudad y que los rebeldes se habían movilizado en ambos lados de la frontera. Si bien es cierto, este intento no trascendió es muy significativo para demostrar que, en Ciudad Porfirio Díaz, con pocos recursos los revolucionarios si intentaron prender l mecha revolucionaria en Coahuila.

Las condiciones sociales y económicas en el norte, eran muy distintas a las que prevalecían en el sur. La comunidad de Ciudad Porfirio Díaz eran porfiristas y se guardaba una gran admiración y lealtad al presidente de la república. La ciudad había recibido grandes favores del héroe del cinco de mayo. Los campesinos recibían un salario mayor al promedio y no se encontraban encasillados como en el sur. Sin embargo, los planes de Madero se derrumbaron ante la negligencia de sus correligionarios que no supieron responder a su confianza.

De acuerdo al plan revolucionario, atacarían esta población con el apoyo de dos contingentes, uno organizado por Catarino Benavides y otro integrado por los mecánicos y obreros del ferrocarril. El 20 de noviembre Francisco I. Madero arribó a un lugar conocido como las Islas en la margen izquierda del río Bravo acompañado del capitán Rafael Aguilar Olmos y de unos pocos seguidores con el objeto de reunirse con un contingente (que no se presentó) para atacar la plaza fronteriza y dar comienzo a la revolución mexicana. Todo quedó en un intento fallido. Don Catarino llegó con diez hombres mal armados procedentes de Guerrero, Coahuila y los obreros del ferrocarril no cumplieron con su promesa de apoyar el movimiento. Mandaron decir que dispararían desde sus casas cuando se iniciara el ataque.