Fracasó el proyecto para traer agua a la laguna

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Carlos Padilla Muñoz.

Finalmente se comprobó lo que se ya se había dicho: Fracasó el Proyecto de Agua Saludable para la Laguna, (PASL), con un costo actual de 18 mil millones de pesos, aunque podría aumentar a 25 mil millones.

El proyecto consiste en traer agua del río Nazas, desde 50 kilómetros de la Presa Francisco Zarco o Las Tórtolas hasta el poblado San Jacinto del municipio de Ciudad Lerdo.

El agua procedente de la Presa Las Tórtolas será potabilizada en una planta construida especialmente, el agua es conducida a través de tubos de acero de 1.5 metros de diámetro. En algunas partes la tubería queda al descubierto, en otras partes, según la geografía, la tubería queda al descubierto, lo que podrá permitir detectar fugas o hacer otras reparaciones.

Desde el poblado San Jacinto, el agua es conducida hasta el municipio de Lerdo, donde se deriva la tubería a Gómez Palacio, Durango y Torreón, a donde ya está llegando el líquido, aunque al conectarse a la red de tuberías en estos municipios han surgido numerosas fugas, toda vez que las tuberías tienen antigüedades desde los 50 a los cien años.

Esto ha detenido el proyecto, ya que se requiere reponer las tuberías de los municipios de Lerdo, Gómez Palacio, Torreón, Matamoros, Viesca, San Pedro, Madero, Tlahualilo, Mapimí y Ceballos.

Esto aumentará entre tres mil o cinco mil millones de pesos. Lo que está considerado en el proyecto financiado totalmente por la federación, cosa que no ha sucedido.

Esto a pesar que en diciembre vino a la Laguna el presidente Andrés Manuel López Obrador para “inaugurar” dicha obra, considerada para solucionar el problema de escasez de agua potable. De completarse esta obra, se podría solucionar el problema cuando menos por medio siglo.

Los pozos perforados por los municipios laguneros ya están agotados, y otros contienen agua con metales pesados en números superiores a lo que marca la norma sanitaria.

No es novedad, que no se cumplan los tiempos de construcción, porque es un hecho que las obras no estarán terminadas en lo que resta de la presente administración federal, por el tiempo y porque los recursos han dejado de fluir, se deben como cuatro mil millones a constructores y proveedores, lo que ha ocasionado que las obras se hayan retrasado.

 Se calcula que Torreón recibirá 700 litros por segundo, pero hasta el momento solo llegan 150 litros en las colonias del poniente.

El trazo de la introducción de la tubería también ha sido problema, el municipio ha tratado que no se afecten las vialidades.

Así como otras obras que llevó a cabo la administración de López Obrador no han sido terminadas, existen fallas por falta de planeación y por los recursos federales que circulan lentamente.

La comarca lagunera enclavada en el desierto de Chihuahua, cerca al Bolsón de Mapimí, es una de las zonas metropolitana más desértica del país.

La sobreexplotación de los mantos freáticos, es en parte por la zona ganadera y los cultivos de forrajes para el ganado, como la alfalfa que consume mucha agua.

En la laguna existen más de 20 mil pozos para uso agrícola-agropecuario e industrial, sin embargo, la Comisión Nacional del Agua, (Conagua), solo tiene registrados menos de ocho mil pozos.

El tráfico de concesiones de uso de agua para fines agrícolas y pecuario, así como industrial, se ha convertido en un jugoso negocio para coyotes y vendedores, así como el huachicoleo del agua a través de los distritos de riego, en contubernio con funcionarios de Conagua.

Una concesión de agua para 300 mil metros cúbicos de extracción se vende en más de un millón de pesos.

Los ejidatarios ya vendieron sus concesiones de agua y ahora sus tierras ya no tienen valor.

Se tiene la esperanza de que la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, termine esta obra que servirá para quitar la sed de los laguneros cuando menos por medio siglo.

Existe otro proyecto, El Plan Meva, ideado por el lagunero Enrique Vázquez Ávila, consistente en traer agua de los ríos Piaxtla y Dorado, que van desde la Sierra Madre en Durango hasta Sinaloa, la mayor parte se desperdicia al desembocar en el mar.

Con esta agua las presas tendrían llenos sus aforos, se podrían recargar los mantos acuíferos muy castigados y sembrar 20 veces de lo que se cosecha ahora.

Ojalá el Proyecto de agua potable para la Laguna no termine como el Metrobús en Torreón, que no ha sido terminado.