Caín y Abel Moreira

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José Guadalupe Robledo Guerrero.

Luego de la perorata, disfrazada de entrevista, llena de resentimientos familiares que el exgobernador Humberto Moreira Valdés nos escupió en la cara el pasado 18 de mayo, en donde para no abandonar su pretenciosa religiosidad la equiparó con el pasaje bíblico de Caín y Abel; pero a pesar de ello todavía hay quienes piensan que el conflicto personal entre Humberto y Rubén es falso, un pleito familiar que no aborda los problemas que interesan a los coahuilenses.

Seguramente esta creencia se origina en que hasta ahora nada se ha dicho sobre el asunto que tiene a Coahuila en la deplorable situación económica en que se encuentra: la mega deuda que el sexenio de Humberto le heredó a nuestro estado. Por ejemplo, no sabemos el por qué Rubén encubrió el endeudamiento de su hermano, y hasta la fecha se mantiene reservada la información sobre en qué se gastaron esos préstamos millonarios.

Este solo caso, hace pensar que el pleito entre Humberto y Rubén no es verdadero, porque solo se están reprochando sus desavenencias familiares, las cuales no los comprometen ni explican los endeudamientos. Por otro lado, a pesar del pleito público, pocos entienden porqué en el gobierno de Rubén continuaron cobrando en la nómina gubernamental los mismos que le sirvieron a Humberto en su sexenio, y según se dice a muchos de ellos se les continúa pagando.

Lo cierto, es que el pleito entre Caín y Abel Moreira tiene algunos aspectos que nos aseguran que dicho conflicto no es de fondo, es superficial porque “se anda por las ramas”, pero aún así ya conocemos la contaminación que trajo al proceso de sucesión las rencillas personales entre los hermanos exgobernadores.

Por ejemplo, ya sabemos desde ahora que los simpatizantes y excolaboradores de Humberto, votarán en las próximas elecciones en contra del partido que les dio todo lo que ahora presumen: riqueza, negocios, empleos bien pagados y cargos inmerecidos, pagados con dinero de los coahuilenses. ¿Nombres?, los que usted ya conoce, porque durante los sexenios de los hermanos Moreira, esos funcionarios fueron de todos conocidos, no tuvieron recato para ocultarse, y hasta la fecha siguen ostentando su orgullo de ser moreiristas.

También sabemos que los “miles” de votos de Jericó habrán de manifestarse en contra del candidato del PRI, aún cuando se inscriba en la disputa partidista por conseguir la candidatura a gobernador. Alguien me preguntaba que si viviera Jorge Masso, abuelo de Jericó, qué diría sobre el comportamiento político de su nieto, y le contesté que seguramente lo apoyaría y lo alentaría para hacer valer sus presuntos méritos.

Nadie duda que Jericó es simpatizante de Humberto, como también es verdad que Manolo Jiménez está respaldado por Rubén. Por tal razón, ambos políticos priistas se verán afectados por el pleito de los hermanos exgobernadores. Pero, no son los únicos que tendrán que cargar con tan pesada carga, también el gobernador Riquelme sufrirá las consecuencias, pues ya de entrada le causaron problemas a su proyecto de sucesión, de tal forma que hay quienes piensan en la posibilidad de un acuerdo preelectoral.

Si a esto le sumamos, el golpe que recibió la alianza PRI-PAN-PRD, al conocerse los audios en donde el dirigente del PRI, Alejandro Moreno “Alito”, señalaba que a los periodistas no hay que matarlos a balazos, sino de hambre, la situación se antoja de pronósticos reservados, con el agregado de que Morena obtendrá el triunfo en cuatro de las seis gubernaturas que se disputarán el próximo 5 de junio.

¿Qué le espera a Coahuila para 2023?, nadie lo sabe, y quien aseguré tener algún pronóstico, éste será emanado de sus deseos personales no de la realidad que se mantiene oculta, porque no sabemos lo que se mueve en los ámbitos del poder.

Lo cierto, es que el silencio sobre estos asuntos, en nada ayudará para vislumbrar el futuro del estado y por lo tanto, la participación de la ciudadanía. El mismo día de los exabruptos de Humberto, un priista me decía -para justificar su sordera-, ¿Qué importa lo que diga Humberto Moreira?

Política aldeana

A propósito de corrupción: en días pasados apareció en público el expresidiario Alejandro Gutiérrez Gutiérrez, montado en una cuatrimoto y llevando provisiones a las personas que se encuentran combatiendo los incendios en las montañas cercanas a Saltillo. Otra vez de manifiesto la nefasta tríada: corrupción-impunidad-cinismo.

Preguntas huérfanas

¿Sabrá el presidente López Obrador que una de las acepciones de la palabra carajo es pene?

¿Lograrán ocuparse las 13 mil plazas para médicos que AMLO puso a disposición sin mayores datos para solicitarlas y con la fecha límite del 3 de junio?