B a n x i c o

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Lic. Simón Álvarez Franco.

          Las iniciales que dan título al presente artículo se refieren al Banco de México, S. A. institución que a partir de su apertura contó entre otras atribuciones con la más importante para la economía nacional: la creación de un organismo autónomo para emitir moneda y valores de aplicación general en nuestro país.

            Abrió sus puertas el 1° de septiembre de 1925, fue la consumación de un largo anhelo de los mexicanos, con cuya creación cerró un largo período de inestabilidad y anarquía monetaria, iniciado desde los principios del siglo XIX, y durante el cual reinaba un sistema de pluralidad de bancos de emisión; sistema que, además, fue agravado por el conflicto revolucionario de 1910, y con el que sobrevino la desconfianza en el papel moneda y la destrucción del sistema monetario vigente hasta ese momento.

            No obstante, hoy en día es poco recordado el hecho de que los antecedentes del Banco de México se reportan, al menos, hasta principios del siglo XIX. En efecto, en 1822, durante el efímero y poco eficiente imperio de Agustín de Iturbide, se presentó, sin éxito, un proyecto para crear una institución con la facultad de emitir billetes que se denominaría Banco Central Mexicano.

El Banco de México abrió sus puertas el 1° de septiembre de 1925

            Muy lejos para entonces, habían quedado las invenciones de fenicios y pueblos orientales que acumulaban riqueza como metales preciosos y los intercambiaban con otros países con los que mantenían negocios, todavía en el mundo, había casas comerciales y personas que en lo privado guardaban los metales y artículos que servían para trocar por otros que se necesitaban en lejanos reinos, garantizando a sus depositantes la recuperación de su riqueza cuando la necesitaran, llegó a haber legendarias casas comerciales que amparadas en su buena reputación y fama se hicieron cargo de los tesoros reales de los gobernantes, y que ponían a disposición de las autoridades el numerario requerido para mantener ejércitos que conquistaran otros reinos, cobrando réditos leoninos.

            En México tuvimos amargas experiencias, entre ellas la a veces cómica llamada “la guerra de los pasteles” (1838-1839) patrocinada en gran medida por la Casa Jecker establecida en México por tres hermanos de origen Suizo-Francés-Alemán que ofertaron un préstamo al gobierno mexicano presidido por Ignacio Comonfort, y por Santa Ana en otro período, por 20 millones de pesos, de los cuáles éstos recibieron en efectivo sólo la cantidad de $ 1’500.000, la diferencia, $ 18’500,000 fue por el cargo de intereses, ellos cobraban de un 20% a un 40% anual por tal concepto. Esto era normal en todo el mundo “civilizado” en esa época. Como curiosidad, comparemos con los tiempos del siglo XX, sobre todo hasta poco más de la mitad del mismo, donde los intereses bancarios eran de 12% y pagaban a sus compradores de cédulas y bonos un 8%. Conste, no estoy comparando con las tasas actuales en las que vemos tarjetas de crédito que cobran hasta un 90% de interés anual. Esa deuda por el valor de unos pasteles formó parte importante en la pretendida invasión de Francia, Inglaterra y otros países que hizo a México la llamada “Escuadra de las Tres Garantías”.

            Lo anterior es un tan sólo un ejemplo de las finanzas del siglo XIX, dejamos el resto de esta historia para un próximo artículo.

            Según P. A. Samuelson (1) los Bancos Centrales deben ser los responsables de la emisión de moneda de un país y vigilantes no sólo de sus pagos, sino también de estabilizar los tipos de cambio entre países para mantener una estabilidad internacional que no dañe el comercio establecido.

            Siguiendo con nuestro tema; hacia 1850 sólo había dos Bancos realmente nacionales y confiables, el de Inglaterra y el de Canadá. El resto estaba dominado por las Casas J. P. Morgan y Rockefeller Corp. Esto no evitaba que en diferentes países sobresalieran otras como la citada Casa Jecker.

            Hacia 1835 llegaron a México los orfebres y comerciantes de metales preciosos Jecker, los que complacientes aceptaron la aventura fraguada por Napoleón III, apodado “El Pequeño”, para distinguirlo de su célebre tío, Napoleón el Grande, sintiéndose seguros de que con el establecimiento del imperio de Maximiliano I, pudieran seguir medrando y acaparando las riquezas del país. 

            Obra en mi pequeña y arcaica biblioteca un folleto de 10 páginas fechado en México, 21 de noviembre de 1864, escrito y firmado por un señor N. Davidson, quien se ha escondido a mis investigaciones y no he podido conseguir más información sobre su vida a pesar de haberlo buscado en periódicos y obras literarias de su época. Este folleto obra en mi poder desde más de 70 años y seguiré buscando información sobre el autor. Si alguno de mis lectores conoce algo de él, suplico me lo indique para seguir la búsqueda.

            Lo interesante es que inicia así: MÉXICO, 1864

         “Apuntes sobre el establecimiento de un banco nacional en México”

            SU MAJESTAD EL EMPERADOR, al llegar a México, manifestó su intención de otorgar el establecimiento de un gran Banco Nacional. Con el objeto de establecer las bases de tal institución, se han reunido varios proyectos que desde un año á (2) esta parte han sometido casas notables y experimentadas de Europa, para fundar el Banco de México.

La posición que tengo el honor de ocupar en la Comisión de Hacienda me ha proporcionado la ocasión de estudiar estos proyectos y animado del mayor deseo que tengo de contribuir al engrandecimiento de México, he dedicado todo el tiempo que mis ocupaciones ordinarias me ha permitido, al exámen concienzudo é imparcial de la cuestión indicada. El resultado es, que me e persuadido, con una convicción profunda, de que el establecimiento de un Banco Nacional, no sólo será inminentemente útil, sino que la situación del Imperio lo exige de una manera apremiante; pero que los buenos efectos y ventajas que resultarán al país serán incalculablemente mayores si se concede el Privilegio a una Compañía Nacional, de preferencia á una Sociedad anónima exclusivamente extranjera.” … no me puede caber la menor duda sobre este punto… tanto S. M, el Emperador, como todo mexicano que desea el bien de su país, ha de apreciar la fuerza de este principio…” en párrafo posterior indica: “Examinemos ahora la cuestión de los billetes, base fundamental de todo Banco. ¿Cuál será el realce que daría al crédito de México el establecimiento de la circulación de billetes de una compañía europea? En mi concepto, sería muy corto o ninguno; sería lo mismo que traer al país una cierta cantidad de billetes del Banco de Inglaterra ó del de Francia.

            Muy distinto sería, sin embargo, si los billetes fueran de una compañía mexicana o mixta. Su aceptación en el país no puede ser materia de duda; y una vez generalizada su circulación, esto constituirá la prueba más palpable de la regeneración de México, de su riqueza, de su buena fe comercial, y por consiguiente del inmenso campo que ofrece este país para emplear en él los grandes capitales; en una palabra, el crédito de México, hoy tan caído, se vería restablecerse como por encanto”. S. M. daría el derecho exclusivo de la emisión al Banco Nacional. Debiendo ser pagaderos al portador y a la vista”.

            Agrega: “la junta directiva será compuesta de las personas más caracterizadas del país, tanto por su fortuna, como por su notoria moralidad y buen crédito”.

            Volviendo a los tiempos actuales, el Artículo 28 Constitucional ordena: “El Estado tendrá un banco central que será autónomo en el ejercicio de sus funciones y en su administración” agregándose en abril de 1994: “el objetivo prioritario de procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional” habiéndose satisfecho tal objetivo como un pilar de estabilidad, después de haber tenido tasas de inflación superiores al 100% en la década de 1980, México ha podido vivir en los últimos casi 25 años con índices que han disminuido hasta 3% anual. (3) a reserva de revisar índices del presente 2022, cuando sea el momento de evaluar el desempeño de la actuación de la actual Junta Gobernadora del Banco de México.

Lo importante es que hemos visto cómo los anhelos de tener una Banca Central en México, se han visto realizados y tras sufrir transformaciones de fondo y forma, bajo la vigilancia de la H. Comisión Nacional Bancaria se ha ido perfeccionando la supervisión y mejora de la banca del país, rama en la cual ha habido pocas quiebras felizmente sólo de bancos y banqueros poco especializados y que han cerrado un par de bancos “chatarra”, permaneciendo establecidos bancos mixtos con capital foráneo y nacional.

De tal manera los experimentos y perfeccionamientos de las ideas bancarias desde hace casi 200 años, nos han permitido gozar de un mejor sistema bancario que ha dado utilidades al país y confianza entre la banca internacional.

(1) P. A. Samuelson, Curso de Economía Moderna

(2) Al referirme a este folleto he respetado la grafía original

(3) Sergio Sarmiento, El Siglo, nov.15 de 2021